Tras la muerte del tío de Máxima Zorreguieta, la biógrafa Soledad Ferrari revela secretos familiares – GENTE Online
 

Tras la muerte del tío de Máxima Zorreguieta, la biógrafa Soledad Ferrari revela secretos familiares

En diálogo con GENTE, la autora de Una historia real cuenta cómo la reina consorte de los Países Bajos se maneja en lo familiar, a qué hermanos protegió más y cómo cambió desde que es una royalty. 

Tras el fallecimiento de Jorge Horacio Cerruti, el tío de Máxima Zorreguieta (49) quien falleció a los 77 años víctima del covid, GENTE se comunicó con Soledad Ferrari, la biógrafa y autora de Una historia real (2009, reeditado en 2013), el libro que cuenta "la verdadera historia de la argentina que llegó a ser reina de Holanda".

La escritora brindó detalles sobre la paranoia de la royalty, contó cómo se cuida en el contacto con algunos allegados y familiares y cómo la Casa real "se ocupa de decir 'éste sí, éste no'". "Es súper familiera y amiguera, muy cercana sobre todo a sus hermanos más chicos, pero es de las que promueve la unión entre todos", reconstruye Ferrari.

La relación de Máxima con sus hermanos

"Igualmente siempre hizo una diferencia con sus seis hermanos. Cuando se casaron, las hermanas mayores se hospedaron fuera del palacio, mientras las menores dentro", puntualiza Ferrari. Con Martín Zorreguieta Cerruti, por caso, siempre estuvo muy presente: "Tal vez por una cuestión de edad. Hasta lo ayudó a poner uno de sus restaurantes, con las mayores no había esa relación con la plata".

El estilo inconfundible de Máxima

"Cuando era chica, Máxima heredaba toda la ropa de las hermanas mayores; eran siete hermanos y se cuidaban con el dinero, no eran millonarios", explica Ferrari. Sin embargo, siempre se movieron en un círculo de elite e "iban a esquiar". Ese estilo low coast, basado en el reciclaje, aún marca a la royalty.

Durante sus escapadas a Pergamino, donde vivieron los Cerruti, hay una anécdota muy graciosa que surgió en las visitas a la casa de una de sus tías. "A su prima Luciana, le decían Mínima", dispara la biógrafa real.

Máxima en las festividades virtuales por el Día del Rey, el 27 de abril pasado, dos días antes de recibir la noticia del fallecimiento de su tío materno, Jorge Horacio Cerruti.

El cambio que significó llevar corona

¿Pero cómo cambió Máxima desde que se convirtiera en reina consorte de los Países Bajos? "Ahora es mucho menos espontánea y habla poco. Está paranoica por todo y siempre es muy mamá, pero antes era una rea, iba al campo y se ensuciaba como todos", recuerda la autora, quien entrevistó a allegados y familiares de la royalty.

"La madre puteaba porque Máxima no cuidaba nada, de hecho una vez, el perro le terminó comiendo los aparatos de ortodoncia", señala Soledad, a quien todas sus fuentes consultadas calificaron a Máxima como "mal hablada y con mucho carisma".

Una vez convertida en reina, una de las cosas que más le preocupaban a Máxima eran los operativos de seguridad a la hora de desembarcar en Buenos Aires. "Cada vez que un familiar se acercaba a las hijas, se activaba un alerta roja, incluso estaba estipulado que nadie que no fuera ella o sus niñeras les podía dar de comer", cuenta Ferrari, que aclara: "Eso también valía para la familia de ella".

La pérdida de lazos de Máxima Zorreguieta

"Al convertirse en reina perdió algunos lazos, fue inevitable. La Casa Real vetó a muchos en el listado de casamiento", manifiesta Ferrari, quien desconocía el fallecimiento del tío de la royal pero recordaba su participación en la boda real.

La fidelidad de Máxima es total cuando se trata de sus viejas amigas del secundario. "Cuando viene a Buenos Aires no se queda en hoteles. De hecho, cuando falleció el papá de una de ellas, de su círculo más íntimo, se internó con ella a acompañarla", concluye la escritora.

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