Los secretos mejor guardados de la famosa serie de Roberto Gómez Bolaños salen a la luz y dejan sorprendidos a los fanáticos.
A pesar de que Roberto Gómez Bolaños –Chespirito– tenía otras historias, la que más conmueve al público latino es la del Chavo del 8. Por alguna razón ese niño sin casa, sus amigos de la vecindad y sus desventuras cotidianas calaron hondo en el corazón de varias generaciones.
De hecho, la serie llegó a su fin en enero de 1980 y desde entonces ha tenido un sinfín de reproducciones en todo el mundo. Muchos incluso se alegraron al saber qué había sido del barril en el que el Chavo se escondía.
Otro de los datos que se conocieron luego de la muerte de Gómez Bolaños es que el protagonista era efectivamente un niño huérfano que nunca había conocido a sus padres. De hecho, en alguna ocasión trascendió que se trataba de un pequeño que luego de escaparse del orfanato donde lo abandonaron en múltiples ocasiones siendo un bebé, acabó viviendo en la vecindad en la que conoció a Quico, su mejor amigo.
Cuando llegó al lugar, el Chavo vivió un tiempo en el departamento 8, con una mujer mayor. De ahí viene su apodo. Luego pasó por diversas casas. Y usaba su barril para esconderse y jugar.
Entre las múltiples revelaciones que siguen saliendo a la luz, se encuentra el nombre del personaje. El Chavo del 8 se llamaba Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi. O al menos eso creen los más fanáticos de sus series, aunque la información no fue todavía confirmada ni desmentida por Florinda Meza (71) ni por su hijo, Roberto Gómez Fernández (56).
