En la noche de ayer Jorge Rial participó del ciclo televisivo de Canal 9, La divina noche, pero por primera vez no como preguntador sino como entrevistado. El famoso conductor decidió hablar de su infancia, una etapa de su vida casi desconocida para su audiencia.
En la pantalla del estudio la producción colocó tres fotos de Jorge de pequeño y emocionado por la sorpresa Rial comenzó a contar de qué momento de su vida se trataba, “La foto esa que estoy de negro fue mi debut como conductor, sin saberlo. Fue en séptimo grado creo, se hizo una fiesta y me invitaron a mí para conducir”.
Jorge Rial también recordó a su familia perteneciente a la clase media baja argentina, quienes a pesar de las dificultades siempre lo apoyaron en sus sueños de triunfar en la televisión. “Mi papá era mozo. Atendía un almacén y después se hizo mozo. Y era horario cortado, se iba a trabajar, volvía al mediodía, dormía una siesta y después salía. Estaba muerto mi viejo y la vieja en aquel momento era sagrada. Mi mamá me decía que no podía hacer ni un ruido”.
Brindando algunos detalles de su casa de toda la vida en San Martín continuó, “Mi casa familiar era un solo cuarto, la cocina, el baño en el patio que era una letrina. Hasta los ocho años no me senté en un inodoro. De Avenida Mitre, a seis cuadras. Y teniamos un pasillo que daba al almacén y en ese pasillo estaban los tanques de kerosene, que se vendían sueltos en aquel momento y yo me acostaba abajo porque estaba fresco. Había una ventana que daba a la habitación de mi viejo y de ahí escuchaba Radio Colonia con Ariel Arias, en la época de la Guerra de Malvinas”.
“Ahí comentaban todos los boletines y a mi me volvía loco, esa voz, la guerra y yo la veía… Y después me acuerdo de los títulos grandes de Crónica. Por casualidades de la vida terminé trabajando con el Gallego y trabajando con Ariel Delgado”, recordó por su paso por los diferentes medios de comunicación.
Y cerró, "La verdad es que yo sentí que el momento en el que triunfe fue cuando estuve con ellos, todo lo que vino después, los 50 puntos, Intrusos, fue un extra en mi vida".
