La cantante británica sorprendió con sus declaraciones picantes en la semana en que decidió convertirse en modelo de un vibrador.
El mundo está acostumbrado a ver a Lily Allen (35) caminando por entregas de premios, cantando sobre escenarios o luciendo su sonrisa en videoclips, pero esta semana ¡sorprendió a todos!
Con un juguete sexual (un succionador de clítoris con seis niveles de intensidad) delante de su cara, la artista dio a entender que está arrancando un nuevo camino. Y sus palabras vienen siendo tan audaces como sus acciones.
"Yo no me masturbé hasta casi tener 30 años. Me costaba mucho entrar en ese ambiente de placer hasta que descubrí los juguetes: estaba en un tour por Estados Unidos, lejos de mi pareja durante bastante tiempo, y cuando pasé por un sex shop pensé: 'Quizás debería comprar algo'. Ésa fue mi introducción, y fue revolucionaria. O sea, los juguetes me cambiaron la vida, ¡son muy divertidos!", exclamó la británica, que fue nombrada "Directora de liberación" de la marca alemana Womanizer.
Además, sin vueltas, sumó: "Yo me masturbo. ¿Por qué es extraño decirlo en voz alta? Amarte a vos mismo debería ser la cosa más normal del mundo. Todos merecemos orgasmos alucinantes, ¿no?".
Siguiendo con el tema, la recién casada sumó: "Yo no tuve un orgasmo hasta mis veintitantos. Estuve fingiéndolos durante años".
"Creo que cuando pasas a ser dueña de tu propio placer dejas de depender de otra persona. Y eso es empoderamiento. Creo que los juguetes sexuales se consideran un tema tabú, porque están relacionados con el placer femenino, y el placer femenino en sí mismo es un tema tabú. La única manera de des-estigmatizar estos temas es hablar de ellos abiertamente, con frecuencia y sin vergüenza ni culpa. Y eso pienso hacer".
