El pequeño BMW que se convirtió en leyenda – GENTE Online
 

El pequeño BMW que se convirtió en leyenda

El BMW Isetta era un “Motocoupé” en forma de huevo con “dos plazas y media”. Su única puerta se abría frontalmente ante el conductor y el acompañante.
Autos y Motos
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Los autos pequeños como el smart no son algo nuevo dentro de la industria automotriz. De hecho, hace más de seis décadas BMW fabricó un vehículo de reducidísimas dimensiones que fue todo un suceso: el BMW Isetta.

La historia de este singular vehículo comenzó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1954 cuando un agente de BMW descubrió lo que entonces era un diamante en bruto. El fabricante con sede en Munich adquirió de la italiana Iso la licencia para fabricar el Isetta, utilizando un nuevo motor procedente de una motocicleta BMW monocilíndrica y remodelando su “indumentaria” italiana.

BMW Isetta

El pequeño auto alemán comenzó a comercializarse en 1955 y rápidamente se convirtió en un éxito. El Isetta era un “Motocoupé” en forma de huevo con “dos plazas y media” propulsado por un ágil motor de 12 CV instalado en su parte posterior. Su velocidad punta era de 85 km/h.

Su única puerta se abría frontalmente ante el conductor y el acompañante y la distancia entre las dos ruedas posteriores no llegaba ni a la mitad de la que separaba a las ruedas delanteras. Ningún BMW producido antes o después de este modelo ha podido jactarse nunca de un atractivo tan idiosincrásico.

Ciertamente, no contentos con este mecanismo de apertura frontal tan poco ortodoxo, la puerta también integraba el volante y el salpicadero. El conductor cambiaba de marchas utilizando una pequeña palanca instalada en el suelo, a su izquierda, que recordaba al sistema utilizado por los coches de competición de aquel tiempo.

BMW Isetta

BMW había dado en el clavo describiendo su nuevo modelo como,“la solución ideal para todos aquellos que buscan un coche ágil y ligero con mínimos gastos de mantenimiento y fácil de aparcar o de guardar en el garaje”.

Además de sus cualidades técnicas, el Isetta también ofrecía grandes ventajas económicas. El precio de tan sólo 2.550 marcos era una buena noticia para los trabajadores alemanes, quienes ganaban una media de 90 marcos semanales. El seguro obligatorio a terceros era de 95 marcos, mientras que el impuesto de circulación se reducía a 44.

Pero no sólo Alemania cayó rendida bajo el hechizo del “huevo rodante”. El Isetta se entregó a clientes que se encontraban más allá de sus fronteras e incluso atravesó el océano. Elvis Presley fue fotografiado con uno de estos coches enviados a los Estados Unidos. El Rey prefería el entorno más regio de un deportivo BMW 507 pero, según cuenta la leyenda, compró un Isetta como regalo para su manager.

BMW Isetta

Las cifras de ventas se negaban a caer después del sorprendente éxito de 1955 a pesar de las profecías de algunos y, en 1956, BMW añadió nuevos modelos a la gama. Incorporó al Isetta original de 250 cc un motor más potente de 300 cc y 13 CV, y ambas versiones se ofrecieron en un modelo de exportación más completo que utilizaba ventanas laterales abisagradas en la parte superior y un chasis mejorado. BMW también añadió una gama de extras opcionales, que incluía el volante a la derecha en lugar de a la izquierda, una capota flexible y una plataforma de carga desmontable con capacidad para transportar 200 kg, que se complementaba con una suspensión reforzada.

En Alemania, solo el Glas Goggomobil rivalizaba con el Isetta en esta categoría. En 1957, BMW vendió casi 40.000 Isettas, antes de que la tendencia hacia los modelos ligeramente más grandes con cuatro asientos y la condición de “auténticos” coches inclinase la balanza en perjuicio de los microcoches. BMW respondió a esta evolución del mercado con la introducción del 600, una versión mayor del Isetta con motor Boxer de dos cilindros instalado en la parte posterior.

BMW Isetta

Sin embargo, este cuatro plazas solo se fabricó hasta 1959, año en el que fue sustituido por el BMW 700, notablemente más avanzado y cuya carrocería tipo “pontón” se consolidó mediante la incorporación, por primera vez, de la estructura autoportante. El Isetta, entretanto, siguió produciéndose y disfrutando de gran popularidad, especialmente fuera de Alemania. La última de sus 161.728 unidades abandonó la cadena de montaje en 1962.

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