Perros de búsqueda: por qué resultaron clave para encontrar a Maia – GENTE Online
 

Perros de búsqueda: por qué resultaron clave para encontrar a Maia

Con su olfato pueden identificar con un millón de veces más de precisión que los humanos.
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El caso Maia Beloso, que puso en vilo al país en los últimos días, cuando la madre de la nena de 7 años denunció que un hombre se la había llevado, tuvo unos protagonistas que resultaron clave en el hallazgo de la menor: los perros de búsqueda. 

La fuerza canina fue determinante para orientar la pesquisa por los lugares donde Maia había pasado. 

El rastrillaje, que también tuvo lugar en Moreno y General Rodríguez, se llevó a cabo con más de mil efectivos, helicópteros, patrulleros y la tarea de campo esencial que llevan adelante los perros de rescate.

En este sentido, los perros tienen una característica diferencial a la del ser humano: pueden dividir la columna de aire en dos: la más gruesa les sirve para respirar y la más fina la mandan a un órgano que se llama vomeronasal o Jacobson, que le permite identificar con un millón de veces más precisión y con una discriminación que los humanos no tenemos, olores que dan los compuestos orgánicos volátiles.

Los compuestos orgánicos volátiles son moléculas que determinan la identidad de una persona. Por eso, la imagen recurrente de los perros oliendo algún objeto que pertenezca a la persona buscada es a fin de guiar al animal para encontrar la unión con aquello que se busca.

En una nota publicada en Infobae, el profesor doctor Juan Enrique Romero destacó cómo los canes han estado trabajando al servicio de los humanos durante años. "Además de ser dulces y leales, asisten a personas con discapacidades, ayudan en el combate del crimen alistados en las fuerzas de seguridad, bomberos, en la detección de drogas y hasta en la respuesta ante catástrofes. Los servicios que los perros pueden proporcionar no sólo son útiles, sino que también pueden salvar vidas", apuntó el especialista.

Además, Romero destacó la ayuda que proporcionan en algunos casos de familias con niños con autismo, como perro de asistencia para el menor que también encuentra un compañero con el que jugar adentro de casa, compartir actividades de ocio, interactuar, reírse y trabajar los niveles de ansiedad ante los cambios, lo que ha generado mejoras y aprendizajes.

“Las familias tienen un recurso más dentro del hogar para mejorar la calidad del tiempo y de las crisis de las personas, trabajando desde lo vincular y conductual con el perro, para lograr que los niños accedan de forma más amena a realizar ciertas actividades en casa y lograr que se relajen en momentos de crisis”, sostuvo.

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