Bueno, no sólo se vive de contratos cinematográficos. Para llegar un poco más cómodo a fin de mes, si sos famoso, están las publicidades. Charlotte Gainsbourg –hija de Serge, algo así como la voz más grossa e inconfundible de la canción francesa, y actriz de profesión–, posó para Gérard Darel y su nueva línea de ropa. En tanto, Liv Tyler, vegetariana, disléxica y madrina de Marlon, el hijo menor de Keith Richards, hace rato es abanderada de los perfumes de Givenchy, y todos los otros productos de la marca. Ahora, todo lo que sea Louis Vuitton es un símbolo de status. No cualquiera puede ser cara de la marca. Mejor, dejémoselo a Uma Thurman, que lo hizo con mucho charme, por cierto. Próximamente, la podrá ver como una treintona acomplejada que sale con un jovencito en Prime, con Meryl Streep haciendo de su psicóloga.
Charlotte Gainsbourg, con el saco puesto.
Liv Tyler, perfumada para Givenchy.
Uma Thurman y todo su charme, para Louis Vuitton.
