“Ya pasamos los cincuenta, pero tenemos la misma pasión” – GENTE Online
 

“Ya pasamos los cincuenta, pero tenemos la misma pasión”

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Glamour, fashion, raros peinados nuevos y mucha actitud. El final de la década del ’70 encontró a un grupo de chicos de Birmingham, Inglaterra, formando una banda a la que llamaron como el personaje del film de Roger Vadim, Barbarella. Fue Duran Duran el grupo estandarte del pop de los años ochenta, que descubrió que –además de la música– la estética y la imagen eran fundamentales en la nueva era. Usaron sus videos como una gran herramienta de marketing y así, casi sin escalas, llegaron al éxito. Hasta la princesa Lady Di se animó a confesar su fanatismo por el grupo y ellos, agradecidos, tocaron en un megaconcierto en su homenaje.

Al ascenso vertiginoso se contrapuso el ocaso a fines de los ’90: separaciones, cambios de formación, encuentros y desencuentros entre sus integrantes. Pero el siglo XXI volvió a reunir al tecladista Nick Rhodes, el baterista Roger Taylor, el bajista John Taylor y el cantante Simon LeBon, que volvieron a creer en esa energía y recuperaron la buena estrella: a Rio, Save a Prayer, A View to a Kill, The Reflex y otros tantos clásicos que sacudieron miles de cuerpos, se sumaron nuevos hits. El año pasado grabaron su último disco, Red Carpet Massacre y hoy, a treinta años de su formación, suman 70 millones de discos vendidos, 18 single hits en los Estados Unidos, treinta top singles en el Reino Unido.

La gira 30º Aniversario del Mejor Pop los trae a la Argentina por cuarta vez. La primera, en 1993, en el estadio Vélez, fue la que demostró que ésta era tierra de miles y miles de “duranies”. Volvieron en 2005 y convirtieron el Personal Fest en una discoteca con 50 mil personas y, dos años más tarde, fueron las estrellas de un evento que se realizó en Mar del Plata, en el marco del lanzamiento de un reality show de fútbol. La excusa fue anecdótica y el estadio estuvo casi vacío, pero unos 5 mil fans hicieron frente al gélido clima sólo para demostrar su incondicional apoyo a la banda.

Antes de su presentación en el club GEBA, Simon LeBon (casado desde 1985 con la modelo Yasmin Parvaneh, con quien tuvo tres hijas: Ambar, Saffron y Tallulah) habló con GENTE desde Nueva York sobre el show del 7 de noviembre y su particular relación con los “duranies” argentinos.

–En los últimos tiempos se vivieron varios regresos, por distintos motivos, de bandas que tuvieron éxito en los ’80. ¿Qué fue lo que llevó a Duran Duran a relanzar el grupo?
–Cuando Nick, John y yo volvimos a tocar juntos, fue simplemente genial. Sonó increíble y no lo dudamos: teníamos que volver a la formación inicial de la banda. Sólo eso. Para nosotros es un placer volver con Duran Duran. Por eso hicimos temas nuevos y sacamos otro disco.

–¿Qué público creen que los sigue hoy en día? ¿Los de treinta y pico, un poco nostálgicos, o nuevos fans?
–Bueno, vemos que la gente cambió un poco. Está algo diferente, más tranquila, más calma. No se vuelven tan locos como antes. Debe ser porque ya tienen más de treinta, ¿no? Pero… ¡nosotros también ya pasamos los 50! Hay que decirlo (risas). De todas formas, creo que vienen a vernos los que crecieron con Duran Duran y los nuevos fans, más jóvenes. Y nosotros, por suerte, seguimos teniendo mucha energía.

–¿Cómo se siente estar sobre el escenario después de treinta años?
–Creo que ahora soy mejor actor o performer. Tengo un trabajo fabuloso, que me sigue gustando tanto como siempre. Y, te digo la verdad, me sigo poniendo nervioso cada vez que subo al escenario. Eso quiere decir que la magia sigue intacta. Realmente, me considero un privilegiado. Después de tantos años haciendo shows, ahora siento que soy mejor arriba del escenario.

–Entonces, todavía no estás cansado de hacer shows y giras.
–Nooooo… ¡Para nada! Sería un ingrato si me quejara. Hay gente que trabaja en sus oficinas todos los días; mi trabajo es éste. Tengo suerte. Estuve haciendo esto por muchos años y me encanta.

–Duran Duran fue una de las bandas precursoras en cuanto a la importancia de la estética. ¿Influyeron a todo el mundo de la música?
–No sé si impusimos un estilo o una marca particular, ni si cambiamos radicalmente la música. Sería demasiado presuntuoso pensar eso, ¿no? Pero todo fue cambiando a partir de aquel momento.

–¿Qué recuerdos tienen de sus visitas a Argentina?
–El primer show fue en 1993. ¡Impactante! Recuerdo que estaba repleto, llovía, y la gente no paraba de bailar. El año pasado estuvimos en Mar del Plata. Increíble. El público fue muy efusivo. Nunca deja de sorprendernos esto. Es alucinante lo que pasa con el público argentino. Siempre nos gusta volver. Sabemos que vamos a divertirnos, porque la gente es maravillosa. Estamos ansiosos por llegar.

–¿Cómo será el show en Buenos Aires?
–Habrá muchas sorpresas, pero no voy a adelantarlas. Lo que puedo decir es que vamos a tocar los hits que todos quieren escuchar y varios temas nuevos. Por suerte, tenemos mucho para elegir, somos afortunados. Pero para enterarse, ¡tendrán que ir al show!

El cantante dice que la magia sobre el escenario está intacta. <i>“Me siento un privilegiado de poder vivir de lo que más me gusta”</i>, agrega.

El cantante dice que la magia sobre el escenario está intacta. “Me siento un privilegiado de poder vivir de lo que más me gusta”, agrega.

Irrumpieron en los ochenta con un obsesivo cuidado de la estética, impusieron glamour y se convirtieron en los pioneros de la ola New Romantic y en un ícono del pop.

Irrumpieron en los ochenta con un obsesivo cuidado de la estética, impusieron glamour y se convirtieron en los pioneros de la ola New Romantic y en un ícono del pop.

Tuvieron altibajos, cambiaron varias veces de formación, pero se renovaron, y tres décadas después armaron un exitoso tour mundial.

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