Faltaban minutos para el inicio del último amistoso de la Selección argentina de básquet previo al Mundial de Japón. En la calle, el termómetro marcaba tres grados. Adentro, el estadio Obras era una caldera. Más de cinco mil personas alentaban al equipo liderado por Manu Ginóbili. De repente, todo quedó oscuro, y Rocío Guirao Díaz (22), vestida para el infarto, con un diseño propio en color turquesa –by Natalia Antolin–, irrumpió en escena cantando I was born to love, el clásico de Queen.
Sensaciones I. Las del público: “¿Quién es esa rubia? ¿Es americana? ¡Está buenísima! Además, canta muy bien”.
Sensaciones II. Las de los jugadores locales y visitantes: basta de ejercicios, y más de la mitad del equipo visitante sacó sus filmadoras para llevarse un lindo recuerdo...
Sensaciones III. Las de Rocío el día después: “¡Fue increíble! Nunca había vivido algo así. Cuando me propusieron participar de este homenaje, dudé un poco. Pero no me arrepiento. Fue como tocar el cielo con las manos. Ser cantante es lo que busqué toda mi vida”.
–¿En serio? ¿No es una frase hecha?
–Para nada. Los que me conocen saben que siempre quise ser cantante. Mis papás, Carlos y Laura, tocan muy bien la guitarra, y yo aprendí viéndolos. Cuando estaba en la cuna, me ponían temas de los Beatles para tranquilizarme...
–¿Y cuándo fue que te animaste a cantar en público?
–Hace poquito, cuando festejé mis 22. Esa noche interpreté cinco temas: Turn me on, de Norah Jones; Oh, darling y Yesterday, de los Beatles; All I wanna do, de Sheryl Crow, y Mercedes Benz, de Janis Joplin. Ahí fue cuando recibí la propuesta de cantar en Obras y hacer un disco.
–¿Y en qué etapa estás del disco?
–Estamos eligiendo las canciones y viendo con qué estilo me siento más cómoda. Yo me veo cantando en español, y me inclino por el blues, el folk, aunque también me gusta el hip hop. Va a tener un poco de todo. Lo que es seguro es que en diciembre voy a sacar un disco con letras que compongo desde los 15 años.
–¿Y por dónde pasan esas letras?
–Cuentan cosas que le pasan a una chica de 22 años: con sus problemas, sus inseguridades, su confianza, sus amores… Siempre que algo me marca, lo vuelco en canciones.
–¿Vas a dejar de modelar para dedicarte a la música?
–Hoy me siento bien como modelo y es algo que no quiero dejar. Ahora, si saco el disco, a la gente le gusta y me va bien, no lo voy a dudar. Cuando empecé a modelar, lo hice pensando que esta profesión me iba a servir para cumplir ese sueño que siempre tuve: ser cantante. Y pienso poner toda mi energía para no desaprovechar esta oportunidad.
Es el sueño de Rocío, y asegura que está “decidida a intentarlo”. En su exitoso debut estuvo asistida y acompañada por su manager, Tomás Darcyl.
“Cuando empecé a modelar, lo hice pensando que esta profesión me iba a servir para cumplir el sueño que siempre tuve: ser cantante”
