-¿Sabe que De la Rúa lo votó a usted?
-¿¿¿??? No sé, ni me interesa.
Serio y
contundente como de costumbre, Ricardo López Murphy (52) recibió con cierto
asombro la consulta de GENTE mientras daba las últimas indicaciones a sus
colaboradores, de la mano de su esposa, Norma Ruiz Huidobro, en el búnker del
tercer piso de avenida Leandro Alem 1110. Era consciente de que dejaba atrás un
día histórico, repleto de expectativas e ilusiones que terminaron chocando
contra la realidad de los resultados que depositaron a Carlos Menem y Néstor
Kirchner en el ballottage.
El domingo había amanecido bien temprano. Se despertó a las siete y saboreó un
té con leche con tostadas integrales junto a su mujer y Ezequiel (18), su hijo
menor. Luego leyó los diarios y aprovechó para limpiar su piscina. Antes de
votar, casi suelta una lágrima cuando lo llamaron por teléfono sus otros dos
hijos: Analía (26) -vive en Nueva York-, y Juan Pablo (28, está haciendo un
doctorado en Ciencias Políticas en California). A las 9.30 en punto votó en el
Colegio Irlandés de Adrogué, y regresó para almorzar su plato favorito: fideos
de albahaca con salsa blanca. Y después, una buena siesta. Como la que tomó el
sábado, pero, claro, aquel día había sido bastante más relajado que éste para el
candidato de Recrear. Había ido a misa a las cinco de la tarde en el Seminario
de la Santa Cruz, donde recibió la bendición del padre Héctor, y de inmediato
había preparado su bolso para disfrutar de unos largos en el club ECA de
Temperley. Con antiparras y un par de coloridas manoplas, había dedicado una
hora y media a practicar los estilos que mejor ha perfeccionado: crol y
mariposa.
"Ahora me vendría bien hacer unos largos para neutralizar el estrés de esta
campaña", explica López Murphy mientras se retira pasada la medianoche, y mira
de reojo una planilla con los últimos cómputos..
-¿Una campaña estresante pero que no sirvió para llegar a la segunda vuelta?
-No sea tan duro, tan negativo. Hice todo el esfuerzo que pude para ganar, pero
no se dio. Más de lo que trabajé, imposible. Si se necesitaba más, la verdad es
que no estaba a mi alcance.
-¿Está insinuando que baja los brazos?
-Ni se le ocurra. Hoy, o mejor dicho, mañana, porque a lo mejor esta noche a la
gente de mi partido la voy a dejar dormir, ya empezamos a trabajar para edificar
el triunfo en las próximas elecciones en la ciudad de Buenos Aires y en las
provincias (sonríe). Luego vendrá 2007.
López Murphy dio rienda suelta a su deporte preferido: la natación. Practicó crol y mariposa en la pileta del club ECA de Temperley. "Me resultó fundamental para bajar el estrés de la campaña", confesó a GENTE.
El domingo se despertó a la siete en punto. Media hora después desayunó con Norma, su mujer, té con tostadas integrales. Luego la acompañó a votar a un colegio de la zona de Adrogué. A las 9.30 horas votó en el Colegio Irlandés, a pocas cuadras de su casa, y cuando fue abucheado por integrantes del grupo Quebracho, dijo: "No les tengo miedo". A las diez y media de la noche admitió la derrota en su búnker, pero igual cosechó aplausos de sus seguidores.
