La acústica del Madison Square Garden es, como cualquiera puede sospechar,
impecable. Por eso en sus muros, cuando fue anunciado, no retumbó el nombre de
Bacilos, la banda que se llevó, el domingo a la noche, el Grammy en la categoría
Mejor Album Latino de Pop. Como tampoco habría retumbado el de Diego Torres, si
a él le hubiera tocado ganarlo. "Vine hasta acá con las expectativas más grandes
porque el disco está funcionando muy bien en una gran cantidad de países, pero
bueno… no pudo ser. De todas formas, prefiero que a este disco le vaya como le
está yendo antes que ganar cualquier premio, te lo juro". La voz de Diego llega
alegre. Está en Nueva York, apurando un vino argentino en un restaurante
argentino mientras afuera el frío congela Lexinton Av., la Quinta, Bleeckers St.,
en fin, Manhattan entero.
-¿Triste?
-No, para nada. Me pasaron cosas demasiado dolorosas durante el año pasado como
para entristecerme por algo como esto. Los premios son importantes, pero perder
un Grammy, en comparación con haber perdido a mi madre, es, como te imaginarás,
muy ligth.
-Desde ese punto de vista no hay comparación posible. Me refería a una tristeza
de otro orden, menos honda…
-Sí, te entiendo. Pero no, la verdad es que no me pone mal. Siento que hicimos
un gran esfuerzo y que valió la pena haber llegado hasta acá.
-¿Por qué no te acompañó Angie esta noche? Estar nominado a un premio Grammy no
es algo frecuente.
-Ella estaba muy ilusionada con estar acá hoy, pero la nieve complicó la llegada
de su avión y sufrió un desvío a Chicago. La verdad, fue una ca… eso. En unas
horas nos vamos a encontrar en Los Angeles, donde ella está haciendo unos cursos
y también analizando algunas ofertas de trabajo.
-¿Cómo está la relación de ustedes hoy?
-Muy bien, estamos muy bien.
-Y supongo que el affaire que te adjudicaron con esa chica marplatense, Victoria
Rodríguez, lo tendrán bien hablado.
-Yo no tengo nada que aclarar. Esa es una película fabricada por algunos medios
y nada más. Angie sabe lo que significa estar expuesto, sabe que todo esto es
parte de estar en el candelero y también sabe que yo no le miento. Hace
muchísimos años que voy a Mar del Plata y allí nos conocemos todos con todos. Es
perfectamente normal que un día acerques a alguien con tu auto. Lo que no es
normal, o mejor dicho, lo que es una locura es que a partir de eso armen una
historia. Nosotros, como pareja, conocemos este paño y sabemos cómo tomarnos las
cosas.
Sobre la avenida Broadway, en el corazón neoyorquino, a sólo unas cuadras del Madison Square Garden, donde participó de la entrega de los Grammy, el premio más importante de la música mundial.
Diego fue la sensación en el Festival de Viña del Mar. Se llevó la Antorcha de Plata (premio entregado por el público, siempre difícil en este evento) y durante su show, el canal 13 de Chile, que transmitía el festival en vivo, alcanzó su pico de audiencia con 40 puntos de rating.
