Uno… dos.. ¡Trikini! – GENTE Online
 

Uno... dos.. ¡Trikini!

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Hay una verdad inapelable: el traje de baño que mejor le queda a una mujer es
su propia piel. Todo lo demás, desde el perfume hasta el corte de pelo, pasa a
un nivel secundario. Salvo, claro, que la piel esté sutilmente mostrada u oculta
por prendas distribuidas armoniosamente. Este año, la trikini marcará la
diferencia, el estilo de quién la use y la saque a pasear por la playa para
delirio, ratoneo y placer de quienes la vean y la disfruten a la distancia que
les sea permitida. Es fácil. Tomar nota. Triangulitos arriba. Los clásicos y
amados triangulitos que dejan ver lo exacto del escote e insinúan aquello que
todos quieren ver pero solo se les permite imaginar con perfección. Como siempre
atados al cuello, sobre la nuca y por detrás, en la espalda con un rouloté del
mismo material. Abajo la diminuta dupla de triángulo delantero y trasero unidos
por un hilo dental. Literalmente, hilo dental. Un hilo tan diminuto que hay que
hacer foco para verlo bien. Micro tanga tan chica que le permite hacer al sol lo
que tiene que hacer: broncear sin dejar marcas. Encima de la mini tanga, un
culotte transparente que se usa apenas por debajo del ombligo (mirada desde
adelante) y se extiende hasta el mismo lugar en el que empieza la pierna o
termina la cola (vista desde atrás), como se prefiera. Lo más cool de la trikini
es que permite moverse a gusto, jugar en la arena, entregarse a las olas,
caminar, llegar a la playa casi como si estuviésemos vestidas pero con una
enorme cuota de sensualidad y, chau culotte a la hora de tirarse al sol.

La trikini no viene a reemplazar nada, es un sucedáneo que renueva la bikini.
Nuestra querida bikini que tiene mil versiones a través de los años y un
nacimiento bien original. El 5 de julio de 1946, en la pileta Molitor de París
empezó una historia muy relacionada con la realidad del momento y terminó con la
palabra bikini incluida en el diccionario de la Real academia Española como
sustantivo. Por esos días, en el atolón de Bikini, en el Océano Pacífico se hizo
el primer ensayo nuclear norteamericano. La reacción social fue un shock que
pasó al escándalo y todo el mundo supo que nada sería igual en el universo a
partir de ese momento. Louis Reard (nacido en Lille, al norte de Francia) supo
inmediatamente que su invento -ese que dejaba al descubierto un misterio
guardado por siglos: el ombligo femenino-, quedaría liberado al público de las
playas y piscinas y surtiría el mismo efecto que la explosiva prueba del atolón.
Tomó la palabra bikini para nominar a esas dos piezas diminutas que venían a
cambiar para siempre el centimetraje de piel que el sol puede broncear.
Inmediatamente nació la forma de descubrir cuál era la manera de saber si un
bikini merecía ser llamado como tal: debía pasar sin esfuerzo por un anillo.
Estrellas como Brigitte Bardot y Ursula Andress, atrevidas y esculturales,
contribuyeron a consagrarlo. De todas maneras, el bikini se metió para siempre
en la historia y se transformó en el voto más fuerte de la liberación femenina.

Vinieron versiones más osadas como el monokini para las chicas que en el verano
del 68 exigía a las europeas más liberación y mostrar los pechos era una
tentación. Se contentaban con los triángulos con la cinta anudada a los
costados, resbalando por las caderas. Pero duró poco, el eterno bikini siguió
vigente y seguirá acompañando a las mujeres como un amigo fiel. Este año, la
dupla se vuelve terceto. El culotte transparente que esculpe el cuerpo de una
manera más sugestiva que la desnudez y crea misterio extra, será un accesorio
ineludible.

La textura no importa siempre que sea un material mórbido, que se amigue con la
piel y la muestre tersa bajo la transparencia. Los colores son parte de la
libertad de llevar la trikini. Pero los habrá preferidos: amarillo a full para
combinar con turquesa o naranja. Rosa bombón con blanco roto. Algunos tejidos
high tech laminados en todas las variantes del morado, el tomate o el verde
shocking pueden ser bien acompañados por la bombacha transparente en varios
tonos más suaves o los contrastes correspondientes.

La trikini ya está lista para que el verano del 2004 sea el más recordado, el
más brillante y se convierta en ese verano siempre esperado en el que se cumplen
todos los deseos. Hasta los más hot. Usted, ¿va a animarse?

por Teresa Ferrari
Fotos: Santiago Turienzo
Asistente: Gustavo Sancricca
Producción: Fini Bencardini
Maquilló: Sonia Rossen para Mauricio Curaba Catarain
Peinó: Juan Manuel para Roberto Giordano con productos Sebastian
Agradecemos a Marcelo Pérez Vilchez, Class Life, Caro Cuore, Susila Tantrik y Areneras Sanclas S.R.L.

Carolina Oltra (20) de La Lucila, Buenos Aires, sueña con ser una top. Fabiana Algorri (22), recién llegada de Córdoba, tiene porte para el éxito. Paula Tavella (20), nacida en Las Junteras, Córdoba, ya triunfó en Europa: las mejores marcas como Roberto Cavalli y Stella McCartney la reclaman para sus gráficas. Paula Girao Díaz (19) es de San Isidro. Estrena look rubio y promete ser la chica shocking del verano.

Carolina Oltra (20) de La Lucila, Buenos Aires, sueña con ser una top. Fabiana Algorri (22), recién llegada de Córdoba, tiene porte para el éxito. Paula Tavella (20), nacida en Las Junteras, Córdoba, ya triunfó en Europa: las mejores marcas como Roberto Cavalli y Stella McCartney la reclaman para sus gráficas. Paula Girao Díaz (19) es de San Isidro. Estrena look rubio y promete ser la chica shocking del verano.

Encima de la mini tanga, un culotte transparente que se usa apenas por debajo del ombligo y se extiende hasta el mismo lugar donde empieza la pierna o termina la cola, como se prefiera".">

"Encima de la mini tanga, un culotte transparente que se usa apenas por debajo del ombligo y se extiende hasta el mismo lugar donde empieza la pierna o termina la cola, como se prefiera".

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