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Una pancita real

Esta es la tercera nota de futuras decenas de notas, ¿qué decenas?, futuras
centenas de notas sobre un mismo tema: El hijo de Máxima Zorreguieta. Tema que,
se sabe, el periodismo del mundo anticipó cinco meses atrás mediante aquella
aclaración que rompió el fuego sobre semejante cuestión de Estado ("Máxima niega
haber quedado encinta
"). Tema que se confirmó hace apenas una semana desde Amsterdam ("Zorreguieta espera familia"). Y tema que ahora avanza hacia la
citada y presente tercera parte ("Primera aparición pública de la princesa
embarazada"
). Recorramos, entonces, este capítulo.

Sucedió el miércoles 25 de junio en Utrecht, 100 kilómetros al sur de la capital
holandesa, donde inauguró un puente que bautizó Príncipe Claus, honrando a su
difunto suegro. Allí, entre una multitud que pugnaba por sacarle fotos y robarle
algún autógrafo, Máxima (32) salió al ruedo tras admitir la buenanueva. Obvio,
también estuvo su esposo, Willem Alexander, tan cuidadoso como la policía, que
debió interceder para evitar que miles de personas, ansiosas por compartir la
noticia, le acariciaran a la argentina su pancita de dos meses y tres semanas.
Otra clase de tentador recuerdo.

"Esperábamos ansiosos tal confirmación -admitió un padre que, pocket en mano,
aguardaba consumar la epopeya de verla posar a su lado-. Nuestra realeza
mantendrá continuidad a lo largo de la próxima generación
", explicó el hombre
de barba colorada, uno de los que integran el 95% de habitantes que apoyaron el
casamiento del 2 de febrero de 2002 y ahora festejan el hecho de que Máxima,
gracias a sus gestos sociales (entiéndase beneficencia multisectorial), sus
particulares vestimentas (léase ropa de diseñadoras porteñas) y sus especiales
procederes (sépase que hasta le envió una tarjeta de felicitación a Emily
Bremers, la ex novia del príncipe, que acaba de convertirse en madre), haya
logrado descontracturar y refrescar los rígidos modos protocolares de la
monarquía local.

Rodeada de músicos, admiradores y curiosos, Zorreguieta delata sus once semanas de embarazo. Dentro de un mes y medio, decrecerán las tareas oficiales, y en dos, se mudará de casa.

Rodeada de músicos, admiradores y curiosos, Zorreguieta delata sus once semanas de embarazo. Dentro de un mes y medio, decrecerán las tareas oficiales, y en dos, se mudará de casa.

Flores de regalo, Willem como esposo y la inauguración del puente a nombre de su fallecido suegro; Máxima disfruta el mejor momento desde su llegada al país de los tulipanes.

Flores de regalo, Willem como esposo y la inauguración del puente a nombre de su fallecido suegro; Máxima disfruta el mejor momento desde su llegada al país de los tulipanes.

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