Se trata de un culebrón digno de las mejores plumas. Bien podría llevar la firma de Abel Santa Cruz, Alberto Migré o Enrique Torres. Sin embargo, tiene el inconfundible sello Made in Venezuela. Los títulos presentan a sus protagonistas, dos estrellas del género: Catherine Fulop y Fernando Carrillo.
Ahora la imagen funde del negro y recrea un casamiento. En perfecta letra de molde, las invitaciones descubren una fecha que, según dicen, será inolvidable: 28 de septiembre de 1990. Se trata de "La boda del año", según los expertos del showbizz. Catherine luce exquisita frente al altar. Blanca y radiante, como toda novia que se precie. Fernando parece ansioso. El smoking hace resaltar su estampa de varón, experto en el arte del buen besar. Algunos de sus clubes de fans se han declarado de luto. "Perdemos al sex symbol masculino más codiciado de Latinoamérica", dicen. Los novios cruzan anillos y, luego del sí, quedan envueltos en una lluvia de falsees. Y se besan, claro. Los editores de las revistas del corazón respiran aliviados: ya tienen su foto de tapa. La boda es televisada "en vivo y en directo" para todo el país, y en
pantalla la imagen repite viejas ficciones como Pasionaria (N. de la R.: en cuyo set se conocieron nuestros personajes) o la exitosa Abigail. Ya son marido y mujer. Durante la celebración, Catherine y Fernando bailan el vals, cortan la torta, conceden nuevas fotos a la prensa. Sonríen y vuelven a besarse. "Es el día más importante de mi vida", repiten cada uno a su vez. Ya en la madrugada del jueves 29, el matrimonio abandona el salón y parte rumbo a un destino inequívoco: su noche de bodas. Las primeras horas de Catherine y Fernando desposados no son un detalle menor en esta historia, ya que durante los últimos días fue un tema recurrente en la televisión local. ¿Cuál habrá sido la performance amatoria de la pareja más sexy del mundo en su noche de bodas? ¿Cómo se entregarán a la pasión semejante diosa y un varón con mayúsculas? ¿Resistirán los cimientos de aquella suite de hotel? Sin embargo, la realidad de la pareja fue otra. Habría sido así. Cathy y Fernando están tendidos en
su lecho nupcial. Exhaustos, aunque colmados de felicidad. Fernando la toma de la mano y se despacha entonces con su secreto mejor guardado. "Era el momento oportuno -insiste él aún hoy-. Sólo así podríamos comenzar puramente y de forma nuestra nueva relación". Y ya nada volvería a ser igual. "En ese instante murió nuestro amor. El resto de nuestro matrimonio fue como una amistad de cuatro años", asegura Catherine. La historia del breve y tumultuoso matrimonio dirá que la naturaleza no los bendijo con hijos y ellos mismos confesaron luego haber tomado los recaudos pertinentes para que así fuera. En septiembre de 1994, Catherine y Fernando se encuentran ante una de las paradojas más crueles que puede afrontar una pareja de actores: construir un nuevo amor de ficción para las cámaras y desmontar un matrimonio en la vida real. Comienza el rodaje de Cara bonita. Catherine y Fernando separan definitivamente sus destinos algunos meses después, aunque abandonan la vidriera sin resolver l
a intriga planteada en un principio: ¿qué ocurrió aquella noche?, ¿cuál fue la revelación de Carrillo que espantó a Fulop?
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Ayer, cuando todo parecía marchar bien. Catherine y Fernando se casaron en septiembre de 1990. El matrimonio duró cuatro años, aunque hoy ella asegura que "me hubiese separado la misma noche de bodas".
Me llego el rumor de que mi ex marido me engañaba con un señor. Pensaba que sería el hombre de mi vida, pero la noche de bodas me di cuenta de que no"">
"Me llego el rumor de que mi ex marido me engañaba con un señor. Pensaba que sería el hombre de mi vida, pero la noche de bodas me di cuenta de que no"
