Más allá de Alemania 2006, el futuro de Carlinho es incierto. ¿Seguirá hasta fin de año en el Corinthians? ¿Ya fue vendido al Chelsea de Inglaterra por 32 millones de euros? ¿O esperarán para venderlo que una buena actuación en el Mundial multiplique el valor de su pase? Sea cual fuere la verdad, está claro que su destino está lejos de la Argentina. Y, por encima de sus gambetas millonarias, si hay algo que le tira al delantero es el barrio y los amigos, y cuando viene al país nunca se despega de ellos.
Por eso el último jueves, luego de que el Corinthians los licenciara tanto a él como a Javier Mascherano para viajar a Buenos Aires y concentrar con la Selección, Carlos Tevez (22) aprovechó los días libres para estar con su familia y el sábado viajó a Mendoza con Piolavago, la banda cumbiera de su hermano, Diego, y otros amigos de Fuerte Apache.
A bordo de su Audi TT, y en sólo seis horas, el delantero estaba en la capital cuyana. La primera presentación comenzó pasadas las 2 de la mañana en el Club Villa Seca de Maipú, a 30 kilómetros de la ciudad, frente a 1.500 espectadores. Y el segundo show, dos horas más tarde, fue ante ¡3.500 fans! en el Club Ingeniero Giagnoni, en el departamento de Junín. Allí Carlitos, con un look más bien hiphopero, bailó y cantó al ritmo de las cumbias de sus amigos. “Estoy muy contento de estar acá esta noche. Gracias por el apoyo que les dan a los pibes”, agradeció al terminar sus multitudinarios shows.
Imposible saber cuál será la suerte que correrán la Selección y sus gambetas en el Mundial que se viene, pero esa noche quedó claro que Piolavago ya está para llenar Obras…
Sobre el escenario del Club Villa Seca, en Maipú, Carlitos entona Pobre diabla, el hit de la banda. A su derecha, Luciano (el cantante) y su hermano Diego (en teclados).
