Desde que asumió como Primera Dama, el vestuario de Cristina Fernández de
Kirchner duplicó su volumen. Según su entorno más íntimo, la ropa y su imagen la
desvelan. No sale sin el brushing y las manos con manicure. Elige
sus atuendos con precisión de estratega y combina hasta las joyas. Cuando viaja,
compra equipos completos y revistas como Vogue. De su peinado (y
extensiones) se ocupa el especialista Alberto Sanders. De su dentadura,
blanquísima, el doctor Carlos Cecchi –responsable de muchas bocas estrella, como
la de Susana Giménez y Mirtha Legrand–. Pruebas, a la vista. Comentarios y
elogios, muchos.
La Primera Ciudadana –como a ella le agrada que la llamen– dio que hablar en la
gala del Festival de Cine de Mar del Plata. Primero estuvo en contacto con el
público que la aplaudió cuando caminó por una gran pasarela rumbo al teatro
Auditorium. Allí la saludaron actores y actrices, directores, productores y
personalidades vinculadas al mundo del cine. Cristina acompañó de pie las
palabras de Federico Luppi, y se vivió un momento de gran emoción cuando ella le
entregó al actor el Astor de Oro por su trayectoria. Para la ocasión,
lució un vestido de satén y gasa en tonos ocre, al cuerpo, con stilettos
y baulito al tono. Coqueta y sonriente, agradecía los piropos que recolectaba al
paso.
Había llegado a la ciudad el viernes a las seis de la tarde en un helicóptero
que aterrizó sobre la rambla marplatense. “Es un honor para mí entregar esta
distinción a una personalidad y un excelente actor como Federico Luppi”,
dijo al momento de darle el premio.
En la ceremonia, además se rindió tributo a los veinte años del estreno local de
la película Esperando la carroza, de Alejandro Doria, con la presencia de
algunos de sus protagonistas, como Juan Manuel Tenuta y Cecilia Rossetto.
También recibieron una merecida distinción Jorge Luz, Ulises Dumont e Isabel
Sarli por su destacada labor en el cine argentino.
La mujer del presidente Néstor Kirchner charló con Adrián Suar sobre la
actualidad del cine, felicitó a los “que entregaron su vida por esta maravillosa
industria”, y luego se dirigió al hotel Hermitage donde se hizo la cena
que convocó al mundillo del cine en pleno. Allí comió, bebió sólo agua mineral
(sigue una dieta disciplinada con muchas verduras y frutas), y charló
animadamente durante casi dos horas con casi todos los presentes. Luego pidió
disculpas, y antes de retirarse rumbo a su habitación para descansar, dijo: “Es
fantástico contar en el país con gente tan talentosa dedicada al cine. Para mí
fue un verdadero honor participar de este festival. Me voy conmovida”.
Aún cuando se había ido, todos seguían comentando su look, sus curvas
–forjadas a fuerza de patinar y hacer footing por los jardines de Olivos–
y sus atuendos cuidadosamente elegidos.
La senadora eligió los tonos ocres y dorados. El peinado y las extensiones llevan la firma de Sanders. Lo único que no cambió en su look es el maquillaje con abundante delineador y rimmel.
Aplaudió a Federico Luppi después de entregarle el
Astor de Oro en reconocimiento a su trayectoria. También felicitó –junto a Víctor Bo– a Jorge Luz, Isabel Sarli y Ulises Dumont que recibieron distinciones.
Con Adrián Suar conversó sobre la actualidad del cine argentino.
