Un caballero en la cancha, un campeón en la vida – GENTE Online
 

Un caballero en la cancha, un campeón en la vida

"Junto a Paula, mi mujer, hicimos esto sólo por los chicos. Porque en las villas Tres de Febrero, Primero de Mayo y Remedios de Escalada, de donde vienen estos pibe
s, no hay un solo jardín de infantes público. ¡Una locura! Hay muchas familias que tienen seis o siete hijos y ninguno va a la escuela. Están totalmente abandonados a la suerte del destino. Los más pequeños viven en la calle y muchas veces lo primero que aprenden de esta vida injusta es que tienen que robar para poder sobrevivir…
(Piensa unos segundos y sigue).

Si esto sirve para salvar por lo menos a uno de todos los chicos que tenemos, entonces este trabajo y este esfuerzo no habrán sido en
vano
".

Después de estas palabras, que llegan vía teléfono desde Italia, Javier Zanetti (28) hace un largo silencio. Al capitán del Inter de Milán y de la selección argentina (lució la cinta en el partido que la albiceleste la ganó a Alemania), se nota, nuestro país le duele en el alma. Por eso piensa bien cada frase antes de pronunciarla. No quiere herir a nadie, pero deja en claro que a pesar de su condición económica y de vivir a miles de kilómetros de distancia, la crisis no le es ajena.

Al Pupi, titular inamovible del equipo de Marcelo Bielsa para Japón-Corea, la solidaridad le brota por los poros. Hace unos meses, cuando la Red Solidaria lanzó una campaña para juntar el dinero que hacía falta para ayudar a Felipe, el chico que debía ser operado del corazón, él se encargó de hablar con sus compañeros en el vestuario antes del partido que Argentina jugaba frente a Brasil y de convencerlos para que donaran 25 mil dólares de sus premios. Estas actitudes, y su buen desempeño como jugador, hicieron que el 13 de abril, la Unión de Prensa Deportiva Italiana lo distinguiera con el Balón de Plata por
"su comportamiento y su lealtad para con sus adversarios y árbitros, además de bregar por los más débiles".

Ahora, con el mismo espíritu con que va a jugar cada pelota dentro de la cancha, decidió jugársela por los chicos. Junto a Paula (23), su esposa, inauguraron la fundación
PUPI (Por Un Piberío Integrado). Este lugar se encarga de albergar, educar y alimentar a 35 chicos de tres barrios humildes de Remedios de Escalada.
"Al principio, con Javier queríamos hacer un comedor para ayudar a los chicos del barrio, pero después decidimos agregarle el jardín de infantes y las actividades complementarias
-cuenta Paula, y completa-: Como en Italia la solidaridad es moneda corriente, todo se nos hizo mucho más fácil. En esta obra colaboraron todos los jugadores del Inter, a los que se les sumaron Ronaldo, Christian Vieri, Nelson Vivas, Clarence Seedorf, Andrés Guglielmipietro, y algunos cantantes y actrices de ese país".

Como Paula nació en Remedios de Escalada y Javier en Dock Sud, al principio no se ponían de acuerdo con el lugar. Pero finalmente lo solucionaron levantando la obra en Bolaños 850, en el partido de Lanús. Un punto intermedio entre los dos. Para asegurarse de que los chicos puedan llegar todos los días, un micro se encarga de recogerlos en cuatro paradas designadas de antemano: "A las siete de la mañana pasa el ómnibus y media hora después están en el jardín 922. Allí permanecen hasta las 11:50, horario en que se los lleva a la fundación. Almuerzan, realizan distintas actividades, como talleres de gimnasia, plástica, higiene, fonoaudiología, música, recreación, video, natación y computación", explica Javier con entusiasmo.
"Poder hablar de esto me pone muy contento. Un sueño que se hizo realidad gracias a la ayuda de muchos amigos y de muchos
familiare
s", completa con orgullo.

Como los Zanetti viven en Italia -más precisamente en Lago di Como, cerca de la frontera con Suiza-, los padres de ambos son los encargados de dirigir la fundación. El papá de Paula, Andrés De la Fuente, es el presidente; Mónica, la mamá, es la directora. Mientras que los padres de Javier, Rodolfo y Violeta, son los vicepresidentes y se encargan de controlar todo el lugar. Esta casa que hoy alberga las ilusiones de los que más necesitan se inauguró el viernes 19 de abril, pero fue sólo un acto de presentación porque la Aduana Argentina no les dejó retirar a tiempo las donaciones que habían llegado desde Europa:
"Mi papá estuvo ocho horas haciendo los trámites y ese día no pudimos sacar nada. Allí teníamos un contenedor lleno de muebles, juguetes, ropa, zapatillas, equipos de fútbol, que mandó el Inter, y electrodomésticos, pero la gente de Aduana nos decía que tenían que verificar todo. Encima había un freezer nuevo, donado por un empresario, pero como tenía algunos rayones nos dijeron que parecía usado y que por eso iba a quedar incautado. Una vergüenza
-dice Paula y remata-: Vos venís con todas las ganas de hacer una obra de bien, y apenas pisás la Argentina, hay muchos que te quitan las ganas. Por suerte todo quedó arreglado y el lunes 22 los chicos pudieron disfrutar de este lugar que les
pertenece
".

En total, la obra costó más de cien mil dólares y el mantenimiento, diez mil por mes, pero los Zanetti prefieren no hablar de dinero:
"No nos interesa cuánto costó, lo único que queremos es que los chicos puedan disfrutarlo. Sabemos que mantenerlo será bastante duro, pero vamos a cumplir. Es más, hace unos días hicimos un partido de voley y una cena con muchos jugadores de fútbol y todo lo que se recaudó fue para la fundación
-cuenta el Pupi, y cierra-: La verdad es que no veo la hora de estar en la Argentina para conocerla. El día de la inauguración estaba como loco. Llamé cinco veces para ver cómo iba todo. Hasta ahora sólo la vi por fotos y por un video que trajo Paula. Y la verdad es que me emocioné. Arrancarle una sonrisa a esos chicos es algo que no se paga con nada. Esta obra es el mejor gol de mi vida".

Paula y Javier posan con la bandera de la Fundación PUPI. A pesar de las exigencias deportivas que tiene Zanetti, siempre se hace un lugar para ayudar a los más necesitados.

Paula y Javier posan con la bandera de la Fundación PUPI. A pesar de las exigencias deportivas que tiene Zanetti, siempre se hace un lugar para ayudar a los más necesitados.

Todos los días, los chicos almuerzan y meriendan en la fundación. Antes concurren al jardín de infantes 922, a pocas cuadras del lugar.

Todos los días, los chicos almuerzan y meriendan en la fundación. Antes concurren al jardín de infantes 922, a pocas cuadras del lugar.

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