Un balcón al Nahuel Huapi – GENTE Online
 

Un balcón al Nahuel Huapi

En los años 70, decir esquí en Cerro Bayo era lo mismo que decir Jean Pierre. Es que a él y al grupo de aventureros que en 1975 fundaron el Club Andino de Villa La Angostura les decían "los locos". "Aprendimos a e
squiar con el manual en la mano, aventurándonos a pie en la montaña más cercana
", recuerda, con un leve acento francés, mientras muestra fotos en blanco y negro y las cartas que les escribía a sus padres en Bruselas. Aquel loco de la colina es Jean Pierre Raendomck, belga de 64 años, que hace cuatro décadas descubrió la Patagonia argentina después de recorrer toda América en su moto todo terreno. Hoy es el dueño y administrador del Cerro Bayo. Un hombre alto, delgado y de manos fuertes, que todavía se calza todas las mañanas las tablas de esquí y vigila de cerca el funcionamiento de su montaña. Sin duda, el ojo del amo engorda el ganado…

La historia de Cerro Bayo es la historia de Jean Pierre, quien llegó a estas latitudes en 1961, con sólo 23 años y mucho entusiasmo y espíritu de aventura. Junto a su hermano Michel se dedicaron al transporte en un lanchón de cargas por el Nahuel Huapi y a la venta de waffles belgas a los turistas. Y esos waffles los cruzaron a la otra orilla del lago -el barilochense Cerro Catedral-, donde conocieron los deportes de invierno. Así nació el sueño de crear un centro de esquí en su pueblo, Villa La Angostura.

"En Bariloche nos regalaron algunos esquís viejos, y los domingos empezamos a ir con otras personas del pueblo al límite con Chile", cuenta Jean Pierre. En 1975, "los locos" fundaron el Club Andino, construyeron el primer refugio y el primer medio de elevación -usando los mismos árboles de las laderas- a 1.500 metros en el Cerro Bayo. Verdaderos pioneros del deporte, llegaban hasta el refugio a pie, cargando comida, bolsas de dormir y el equipo. "Así nos convertimos en montañistas y esquiadores a la vez", afirma Jean Pierre.

Entusiasmados con el proyecto, en 1978 se creó la Asociación Cerro Bayo, sin fines de lucro, en la que cada interesado (en su mayoría comerciantes que apostaron al turismo) aportó 1.000 dólares para comprar los terrenos donde hoy funciona el centro. En término de diez años convencieron a 150 miembros fundadores, al tiempo que año tras año, el centro iba progresando gracias al esfuerzo personal de un reducido grupo de soñadores. Primero se abrió un camino hasta el refugio, luego se llevó a cabo el desmonte para abrir la primera pista. En 1988 ya se había instalado el primer poma, desde la base hasta los 1.500 metros. Pero hacía falta una inversión mayor para convertir el cerro en un centro de esquí capaz de competir con los del resto del país. Entonces Jean Pierre obtuvo la concesión por 35 años con el compromiso de poner una aerosilla, un
T-bar para llegar a las pistas más elevadas y asegurar la calidad de las mismas. "Todos mis esfuerzos se dirigieron a mejorar las posibilidades de esquiar. Tener un centro de esquí es una actividad filantrópica, porque si hubiéramos pensado únicamente en el negocio, nos habríamos quedado con un solo medio de elevación", cuenta el belga.

Hoy, rodeado de la magnífica vista que posee el cerro, Jean Pierre puede contar esta historia con orgullo. El Cerro Bayo -en la provincia de Neuquén y a 80 kilómetros de Bariloche- ofrece pistas para principiantes a 1.500 metros de altura y 504 metros esquiables para los expertos. Cuenta con 4 aerosillas, un T-bar y varios pomas que hacen accesible las pistas más alejadas y las pendientes más abruptas. Es ideal para ir en familia, a sólo nueve kilómetros del encanto de Villa La Angostura, que cuenta con opciones de alojamiento de primer nivel. El paisaje es único: bosques de lengas y coihues y la espectacular vista al lago Nahuel Huapi y a las nieves eternas del cerro Tronador. "El año que viene esperamos inaugurar la quinta aerosilla, y entonces llegar a la cima para poder seguir esquiando del otro lado de la montaña", promete Jean Pierre, un apasionado que por ahora no planea un descanso, sino seguir entregándose a la montaña para cada día llegar un poco más alto.

En la base, el refugio El Chaltén ofrece opciones gastronómicas para recuperar calorías, además de alojamiento. A 1.500 metros, todos los servicios: se destaca el Balcón del Bayo, con una vista única. La escuela de esquí, la guardería para los más chiquitos, la calidez la atención y los precios acordes completan las ventajas.

En la base, el refugio El Chaltén ofrece opciones gastronómicas para recuperar calorías, además de alojamiento. A 1.500 metros, todos los servicios: se destaca el Balcón del Bayo, con una vista única. La escuela de esquí, la guardería para los más chiquitos, la calidez la atención y los precios acordes completan las ventajas.

Jean Pierre Raendomck, verdadero pionero en  La Angostura, fue el creador del centro de esquí Cerro Bayo.

Jean Pierre Raendomck, verdadero pionero en La Angostura, fue el creador del centro de esquí Cerro Bayo.

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