En enero de 2004 Nicole Neumann cambió el rumbo de su vida. Abandonó a su
novio de entonces (Matías Libermann) por una pasión que luego se transformaría
en El Gran Amor (así, con mayúsculas). Nacho Herrero (de él se trata) la sedujo
en cuerpo y alma, y dieron forma a su pasión en un juego amoroso en las
desiertas arenas próximas a la laguna de José Ignacio. Juego amoroso (y
caliente) que captó un fotógrafo de GENTE y se convirtió en el escándalo del
verano.
Y contra todos los que apostaban a que esa relación no duraría mucho, Nicole y
Nacho se pusieron formalmente de novios, y en diciembre se comprometieron en la
chacra en la que viven, en las afueras de Los Cardales, en una ceremonia íntima,
sólo con familiares y muy pocos amigos.
En 2005 la historia se repite. Sólo cambia el escenario. Con niños mirando de
reojo mientras ellos se besaban, los futuros marido y mujer encontraron su
territorio en las arenas de Punta Piedra .
Llegaron, se acomodaron y disfrutaron
de una tarde romántica. Herrero no olvidó su guitarra -como es su costumbre-,
pero no deleitó a su chica con ningún rasgueo porque nunca sacó su viola del
estuche. Los treinta y pico de grados invitaban a quitarse más y más ropa, más
que a interpretar música. Entonces Nicole se sacó el corpiño y se embadurnó el
cuerpo con cremas, bajo la mirada de Nacho, quien cuidaba que el bronceador no
dejara sin cubrir ni un centímetro de cola y espalda de su amada.
Al atardecer levantaron sus cositas y emprendieron la retirada hacia su refugio
en el Este. Así, para no dejar dudas entre los agoreros, Nicole y Nacho
demuestran que aquello que nació un año atrás como el escándalo de la temporada,
ya se convirtió en una de las parejas más consolidadas en el mundo fashion.
Nicole y Nacho eligieron las arenas de Punta Piedra. El la ayudó en la protección y le puso crema en toda la espalda. Gesto de amor hacia la diosa de la agencia Multitalent.
