«Tuve cáncer, pero pude salir gracias al amor de Felipe» – GENTE Online
 

"Tuve cáncer, pero pude salir gracias al amor de Felipe"

Modelo top, un matrimonio feliz, un bebé –Felipe, su primer hijo–
adorable de diez meses y una casa soñada en un barrio privado de Escobar.
Un mes atrás la vida de Dolores Moreno (28) era casi perfecta, hasta que
durante un chequeo de rutina el ginecólogo le descubrió un tumor
maligno en el cuello del útero. De pronto, todo pareció derrumbarse.
“Sentí mucha bronca, no me podía estar pasando a mí…
Y todo sucedió muy rápido, al punto que, por suerte, no tuve demasiado
tiempo para pensar... Una tarde me fui a hacer un PAP y mi médico de toda
la vida me dijo que tenía un CIM 3 de alto grado en el cuello del útero
(léase un tumor). Me explicó que el mío era un caso atípico,
porque no se da en mujeres jóvenes. De hecho mi mamá lo tuvo no
hace mucho”
.

–¿Cómo te preparaste para la
operación, Dolores?

–Me pasa algo raro cada vez que tengo que
entrar a un quirófano (confiesa que se hizo las lolas), porque lo tomo
como un trámite. No tuve tiempo de asimilar nada, ni me angustié.
Pero sí me agarraron ataques de bronca… Pensaba: “¿Por
qué a mí, justo ahora que puedo disfrutar a Felipe?”
. Afortunadamente
mi ginecólogo, el doctor José Farah, es especialista en cuello de
útero y me tranquilizó mucho. A los cinco días me reservó
una habitación en el Sanatorio Otamendi y a las 24 horas de la intervención
ya estaba en casa.

–¿Llegaste a sufrir físicamente?
–Gracias
a Dios, no. Lo mío fue un cáncer silencioso –que no produce
dolores– y por eso no tuve síntomas. Cuando me lo dijeron no lo podía
creer, porque siempre me controlé; de hecho, con el último chequeo
solo me retrasé tres meses. Recién me enteré de lo grave
que era después de la operación, porque el médico no me quería
asustar. El se lo explicó a mi mamá. Por suerte, hace unos días
me confirmó que quedó descartada la quimioterapia. Solo tengo que
hacerme chequeos trimestrales y después, dos veces al año.

–¿Nunca
tuviste miedo de morirte?

–¿Sabés que no?… Seguro
que si un psicólogo lee esta nota va a pensar que estoy loca. Me molestó
el hecho de que tenía que hacer reposo… Venía mi cumpleaños
y no podía estar a full con Felipe. No es que lo tapo, tampoco soy una
negadora. Sé lo que tuve, pero no me doy manija. Me enrosco con pavadas;
por ejemplo, si no me gustó como desfilé.

–¿Cómo
repercutió la enfermedad en tu pareja?

–El Mono (el empresario
Diego Dalvia, de 33 años) es un santo. Me contuvo y me dio mucha paz; es
un tipo muy optimista.

–¿Y qué cambios notaste en
vos misma?

–En realidad, desde que quedé embarazada se me transformó
la cabeza. Pero después de mi enfermedad, veo todo diferente… Crecí
mucho con esta experiencia. Todavía no termino de procesar lo que viví
en solo veinte días. Es rarísimo, pero a veces pienso que no me
pasó a mí. Y si aceptan mi consejo, tengo algo que decirles a todas
las mujeres, a las que tienen esta enfermedad y a las que nunca se hacen un control:
¡Que se pongan las pilas! Tengo 28 años, un hijo chiquito y no me
esperaba esta vuelta de la vida. Yo pude salir gracias al amor de Felipe y a la
atención de un buen médico.

por Soledad Ferrari
fotos: Alejandro
Carra
(agradecemos a Mimo)
Dolores disfruta como nunca a su bebé. <i>.">

Dolores disfruta como nunca a su bebé. "Pipe es un santo y se convirtió en la prioridad número uno de mi vida. Los primeros días tras la operación no podía alzarlo y estaba medio ofendido, pero ya lo reconquisté".

<i> ">

"Cuando me enteré de mi enfermedad, no tuve tiempo de asimilar nada, ni me angustié. Pero sí me agarraron ataques de bronca... Pensaba: '¿Por qué a mí, justo ahora que puedo disfrutar a Felipe?'"

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig