“Todas mis fuerzas están puestas en saber quién es el asesino” – GENTE Online
 

“Todas mis fuerzas están puestas en saber quién es el asesino”

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Te la hago corta, porque ya me tienen cansada! Acá, en Río Cuarto, todos estamos seguros de que el crimen de Norita nunca se va a esclarecer. Si el asesino hubiera sido un pobretón, ya estaría preso. Pero acá se esconde algo que nadie se imagina. ¿Y los medios de Buenos Aires de qué se sorprenden? ¿Acaso no tienen su propia Norita? ¿No tienen a María Marta (García Belsunce)? Bueno, esto es lo mismo, pero en Río Cuarto”.

–Usted era una de las mejores amigas de Nora...
–Sí, claro…

–¿Y alguna vez ella le comentó algo sobre su vida privada? Se habla de que el asesino podría ser un amante despechado…
–Me contaba cosas, pero no las voy a decir... No creo que sirvan de nada. Y si tenía amantes, no los habría llevado a su casa. Y no hablo más, porque no quiero problemas...

Luego de este diálogo, la puerta alta y negra de madera, que desde afuera parece ser infranqueable, se cerrará de golpe. Y en su interior, la amiga de más confianza que Nora Dalmasso tuvo en vida, se quiebra. Minutos después volverá a asomarse por el costado de su casa del barrio privado Villa Golf para hacer un pedido con los ojos llenos de lágrimas: “Y por favor no publiques mi nombre, mi foto, o el frente de mi casa. Tengo nenes chiquitos que están sufriendo, y ya no puedo más…”.

A pocos metros de allí, el sábado 25 de noviembre de 2006, Nora Dalmasso (51) fue asesinada en el primer piso de su casa, asfixiada con el cinturón de su bata después de haber tenido relaciones sexuales. Casi 36 horas después, su cuerpo completamente desnudo (de 1,56 de altura y 51 kilogramos de peso), fue descubierto por un vecino en la cama de la habitación de su hija. “Estaba boca arriba, tenía los ojos abiertos y desorbitados y sus piernas semiabiertas. Ella se encontraba arrinconada entre el ángulo de la pared y la cama sin respaldo”, narró con precisión la autopsia. La habitación estaba prolijamente acomodada, y sobre el modular había un frasco de vaselina. Causa de la muerte: “isquemia cerebral”, falta de irrigación de sangre en el cerebro.

Hasta ahí, todo lo que figura en el “informe oficial”. El resto parece ser un verdadero misterio que conmueve a esta ciudad de 200 mil habitantes, ubicada a 233 kilómetros de la capital cordobesa.

En esa casa, atravesada por la sombra de una muerte espantosa, aún vive Marcelo Macarrón (47), el viudo de Norita, junto a sus hijos Facundo (19) y Valentina (16). Ya hace tiempo que el médico traumatólogo volvió a la Clínica Nuevo Centro Médico para atender a sus pacientes. Y aunque parece un poco más animado, no puede ocultar su dolor cuando se queda a solas con sus íntimos: “Muchas veces pienso que el esfuerzo de tantos años ya no tiene sentido. Cuando me siento en los sillones del living de casa, miro por la ventana a mis hijos tristes y lloro como un chico. El sueño de Norita era poder tener una familia unida. Y ahora, cuando empezábamos a disfrutarla, me quedé solo…”. Sin embargo, el mismo Macarrón que calla ante los medios, le confesó hace unos días a uno de sus mejores amigos, a quien visita todas las tardes: “Hoy mis mayores fuerzas están puestas en saber quién es el asesino. No sería justo que mis hijos se tengan que preguntar toda la vida quién mató a su mamá”.

A FOJA CERO. Durante semanas, las pesquisas que llevaron a cabo los dos fiscales de Río Cuarto, Javier Di Santo y Fernando Moine, para cumplir los deseos de Macarrón, se aferraron a las pruebas de fluidos, sangre y pelos encontradas en la escena del crimen. Sin embargo, los resultados no arrojaron ninguna respuesta positiva: “Ahora enviamos las muestras para que las analice el FBI, pero hasta hace unos días estaban demoradas en la aduana americana, porque como no se cumplieron los pasos de manera correcta, no podían ingresar al país”, le contó a GENTE Tirso Pereyra, el abogado de Macarrón. Y añadió un pedido que, al cierre de esta edición, el fiscal Di Santo aceptó: hacer la reconstrucción del crimen, lo que sucedería el jueves 8.

Al parecer, aquí las cosas se habrían hecho mal desde un principio, y nada parece haber cambiado. Tal vez la confesión en off the record que hizo un alto jefe de la Policía de Río Cuarto explique el porqué de tantas desprolijidades: “Acá existe una interna feroz entre la Fiscalía y la Policía, porque todos los sospechosos son amigos o parientes de los fiscales. Comparten cenas, el mismo club, cumpleaños, casamientos, y hasta tienen negocios en común. Es decir, son del mismo target. Y los policías venimos de una clase distinta. Queremos investigar esto a fondo. Saber todo sobre la supuesta ‘vida paralela de la víctima’, y también todo lo referido a Macarrón. Y eso implicaría arrasar con todas las amistades y, posiblemente, con familiares y amigos de estos magistrados. Saldrían a la luz los testaferros que existen y el dinero en negro que se mueve. Habría que allanar estudios de abogacía, escribanías, contadurías, el Colegio Médico, ingenieros y arquitectos, jueces... Te voy a dar un dato, hasta ahora desconocido: uno que declaró ser amante de la víctima trabajó en el estudio del intendente. Entonces, ¿cómo investigar esto?”.

El alto funcionario policial no se detiene ahí: “Hasta ahora, las únicas órdenes de allanamiento que nos llegaron fueron para las casas de la gente más humilde. Caía la Brigada y les daba vuelta el rancho. Sin embargo, todavía no se revisó ninguna de las viviendas de los sospechosos de Villa Golf. Los fiscales sólo van allía a tomar whisky y café”.

Estas denuncias habrían llegado hace rato a los oídos del gobernador cordobés. Su actual pareja, Adriana Nazario, es oriunda de Río Cuarto, y habría sido la encargada de terminar de confirmar esta interna. Es por eso que José Manuel de la Sota envió a Marcelo Hidalgo, un tercer fiscal –distrito 3, turno 5, de la ciudad de Córdoba–, para que tome las riendas de la investigación, apoyado por treinta policías de la Provincia. Pero el ingreso de Hidalgo no les habría caído en gracia a los otros dos fiscales. Mucho menos cuando el recién llegado opinó que “el asesino se trata de un violador, alguien ajeno al entorno de la familia”. Para muchos, como para el funcionario policial que prefiere mantenerse en el anonimato, Hidalgo entró a la causa con el pie izquierdo: “Se olvidó de que en la escena del crimen había un frasco de vaselina. Y en 35 años que tengo de carrera, jamás escuché de un violador tan caballero que lubrique su pene antes de ultrajar a la víctima”.

Como se mencionó anteriormente, para los fiscales es fundamental el resultado que llegue desde los Estados Unidos (se dice que demoraría unos 45 días más). Por lo pronto, en los estudios realizados en el laboratorio provincial Ceprocor –el mismo que reveló que Marta Holgado no es hija de Juan Domingo Perón–, se determinó que “el líquido seminal hallado en la víctima no contenía espermatozoides”. Y fue ahí cuando comenzaron las especulaciones sobre un supuesto complot para encubrir a algún “peso pesado”.

Esta semana, el abogado Rafael Magnasco (41), ex asesor del secretario de Seguridad provincial, Alberto Bertea, único imputado en el caso por mérito propio (ante los rumores que lo vinculaban con Nora, se presentó espontáneamente para que le hicieran el examen de ADN, y nunca se pudo despegar), se hizo una prueba para demostrar que su semen contenía espermatozoides. Para los policías, “todo esto es un circo armado para perder tiempo”. Ya transcurrieron 73 días del crimen y, como reza un viejo axioma policial, “el tiempo que pasa es la verdad que huye”.

EL AS EN LA MANGA. Ellos tendrían en la mira a un sospechoso inesperado: nada menos que el propio Marcelo Macarrón. Y esperan, a través del marido de Nora, llegar a Miguel Roher, un empresario apodado El Francés, con quien estaría vinculado comercialmente: “Hay que indagar al traumatólogo hasta la médula. Y sobre todo, habría que averiguar cómo hizo su dinero. Y cómo se convirtió en el dueño de varias propiedades, campos y haciendas. Existen algunas ‘sospechadas herencias’, que ya están en la mira de la Justicia”, fue el comentario que hicieron ante los fiscales y que éstos se negaron a atender. Es que, sostienen los sabuesos, “según el testimonio de varias amigas, la señora Dalmasso le habría pedido el divorcio a su marido y quería la mitad de todos sus bienes. Y luego del testimonio de varios testigos, estaría casi comprobado que El Francés era amante de la víctima desde hace años. Conocía a Nora desde la infancia, porque sus papás tenían los campos pegados. Nosotros tenemos una teoría que lo involucra, pero los fiscales no se atrevieron a investigar”.

De todos modos esta hipótesis quedaría descartada en caso de que Miguel Rohrer pueda comprobar, como declaró durante tres horas en la Fiscalía, que “esa noche estaba en Buenos Aires”. Además, cuenta con todo el apoyo de la familia Macarrón. Tanto que uno de los integrantes le confesó a GENTE: “Es imposible que sea El Francés, porque él fue quien trajo a Valentina, la hija de Nora, desde Ezeiza a Río Cuarto cuando llegó al país para el entierro de su mamá”.

Por eso, cuando alguien le pregunta por los rumores que lo vinculan con el asesinato, el doctor Macarrón, que todas las noches continúa tomando pastillas para poder dormir, se defiende con uñas y dientes: “No tengo nada que ocultar, y siempre colaboré con la Justicia. Por eso me causa mucho dolor cuando se dice que estábamos atravesando una crisis. Si fuera así, mi mujer no habría ordenado ampliar el living o construir un quincho y un vestidor nuevo. Teníamos planeado envejecer juntos en el mismo lugar donde nacieron nuestros hijos. Dentro mío tengo mucha paz. Y a pesar de todo lo que se dijo, yo confío en mi esposa. La amaba mucho y la extraño”.

Según la madre de Nora, María Delia –Nené– (74), no era dinero lo que le sobraba a su hija: “Mirá: si tuviera toda la plata que dicen, no me habría jubilado como preceptora en un colegio del Estado. De la empresa Grassi sólo heredé un porcentaje menor”, asegura. Y para sorpresa de muchos, coincidiendo con una de las mejores amigas de la víctima, Nené arriesga su opinión sobre lo que pasó con su hija: “A Norita la mandaron a matar por venganza, no tengo ninguna duda. Esto se trató de un crimen bien premeditado y calculado. Todas las pistas que dicen haber encontrado son puras mentiras. No tengo dudas de que el asesino fue alguien pagado. Nunca lo van a encontrar”.

Villa Golf es un barrio que se construyó alrededor de los links. En total, son 250 las familias que eligieron este lugar para vivir. Entre sus vecinos más conocidos se encuentra el tenista Agustín Calleri, y también tiene casa el futbolista Pablo Aimar. El valor promedio de sus casonas es de 200 mil dólares, y en su mayoría, los habitantes son de clase media acomodada: médicos, abogados, magistrados y contadores. En apariencia, todos conviven como buenos vecinos. Sin embargo, como aseguró hace unas semanas el intendente radical, Benigno Antonio Rins, “este lugar se parece a Sodoma y Gomorra” (las ciudades pecaminosas que según el Antiguo Testamento fueron destruidas con una lluvia de fuego hace cuatro mil años). Y una de las vecinas más antiguas, que está pensando seriamente en mudarse, esbozó una descripción de la gente que vive en el barrio: “La mayoría de las mujeres están operadas por el mismo cirujano, y casi ninguna trabaja. Todas viven de la billetera de sus maridos y si alguno comete algún desliz, miran para un costado. Porque si se separan, tendrían que salir a laburar, algo a lo que no están acostumbradas. Ya son siete los maridos expulsados de sus hogares por haber confesado ser amantes de Norita. Pero te aseguro que cuando todo vuelva a la normalidad, van a ser perdonados por sus esposas. Una joya, un viajecito por Europa, y listo... Total, ellas les van a devolver la infidelidad”.

Macarrón se cruza desde su casa en el barrio cerrado Villa Golf para visitar a un amigo. El médico traumatólogo de 47 años, que vive junto a sus hijos Facundo (19) y Valentina (16) asegura: “<i>No me voy a ir de Río Cuarto</i>”.

Macarrón se cruza desde su casa en el barrio cerrado Villa Golf para visitar a un amigo. El médico traumatólogo de 47 años, que vive junto a sus hijos Facundo (19) y Valentina (16) asegura: “No me voy a ir de Río Cuarto”.

Marcelo y Nora, en una de las tantas fiestas en las que se los veía juntos: “<i>Cuando veo las fotos de Nora o recuerdo alguna anécdota es imposible que no me largue a llorar. Nos amábamos mucho. Fue una madre ejemplar y una compañera de fierro</i>”, asegura hoy el doctor Macarrón, que trabaja todos los días durante ocho horas atendiendo a sus pacientes.

Marcelo y Nora, en una de las tantas fiestas en las que se los veía juntos: “Cuando veo las fotos de Nora o recuerdo alguna anécdota es imposible que no me largue a llorar. Nos amábamos mucho. Fue una madre ejemplar y una compañera de fierro”, asegura hoy el doctor Macarrón, que trabaja todos los días durante ocho horas atendiendo a sus pacientes.

María Delia Grassi de Dalmasso –de anteojos, mamá de Norita– asegura: “<i>Nunca van a encontrar a los culpables</i>”.

María Delia Grassi de Dalmasso –de anteojos, mamá de Norita– asegura: “Nunca van a encontrar a los culpables”.

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