«Tengo genes muy viriles y no fanfarroneo. Mi abuelo ha sido padre a los 92» – GENTE Online
 

"Tengo genes muy viriles y no fanfarroneo. Mi abuelo ha sido padre a los 92"

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Sale con una mujer joven, bella y exitosa: Anna Kournikova, 22, la tenista rusa más mediática. Tiene su propio perfume: True Star Men de Tommy Hilfiger, la fragancia que se posicionó velozmente entre las Número Uno del mundo en ventas. Tiene siete discos grabados y casi 40 millones de copias vendidas. Fue premiado con siete discos de oro, otros siete multi-platino y con 16 temas Número Uno en la revista Billboard. Y como si fuera poco, para People –otra prestigiosa publicación – rankea en el puesto Número Uno de los solteros más sexys del planeta. Ahora, tras el paso del huracán Wilma, Enrique Iglesias –que reside en Miami desde los ocho años– abre la casa que se construyó con sus propios ahorros. Todo se ve en pie.

Tuve suerte; quedarme sin luz fue lo peor que me pasó. Amo Miami porque aquí me he criado, porque nada me gusta más que el mar y navegar en lancha sobre sus aguas. Hoy duele mucho ver que algunos barrios quedaron tan destruidos”, confía, a días nomás de tomarse un vuelo rumbo a Buenos Aires.

–Tenías abandonada a la Argentina.
–Es cierto y juro que tu país, España y México son los lugares que más adoro. Les debo mucho a los tres, a sus gentes. Gracias a ellos yo empecé en la música. Fueron los primeros en escuchar mis temas y de eso uno no se olvida nunca. Les estoy eternamente agradecido.

–Venís a dar las gracias, entonces.
–¡¿Pero cómo no?! Voy invitado por Diego Maradona a cantar en su último programa. ¡Qué bien se lo ve, ¿no?! Me hace muy feliz que esté tan flaco, tan lúcido… No sabes cuánto lo admiro: Maradona fue mi primer ídolo. De chico fantaseaba con ser cantante o jugador de fútbol. En la música tenía cerca a mi padre. En el fútbol aprendía viéndolo jugar a él, hasta me estudiaba sus pases magistrales en los partidos. Pero no hubo caso. Hoy sé que como futbolista me hubiera muerto de hambre.

–La música es muy generosa…
–Conmigo lo ha sido, sí. Ahora nomás, gracias a ella he dado la vuelta al mundo en tres meses. Recorrí 40 países que no conocía en noventa días. Una locura, pero muy placentera. Estuve en Africa, en Egipto, en India, en Australia…

–También desapareciste de los medios.
–Pero siempre trabajando. Estuve encerrado componiendo mi octavo álbum, rompiendo con todos los horarios, porque soy de los que escriben y componen mucho por las noches. Suelo arrancar a las seis de la tarde, para irme a dormir a las siete u ocho de la mañana. Me gusta escribir. Hay veces, según el caso, que me baso en la realidad, y otras en que prefiero usar la imaginación. Pero todas mis letras hablan de mí.

–Y de muchos desamores, como si las chicas te hubieran hecho sufrir tanto…
–Algunas sí, claro. La popularidad me cambió la vida sexual. Antes de ser famoso no conseguía ganar chicas ni abusando del apellido de mis padres. Hoy ligo mujeres bellas por todos lados.

–Creí que todavía estabas en pareja.
–Lo estoy, sí. Pero eso no quita que las chicas se me regalen donde vaya. Sigo con Anna y sigo muy enamorado. La peleamos todos los días, como lo hacen todas las parejas, creo yo. Conseguir pareja es fácil, lo difícil es mantenerla (risas). Pero llevamos más de tres años juntos ya...

–Leí por ahí que hace unos meses se casaron en secreto.
–Nada más lejos de la realidad… ¿Casarse? ¿Tener hijos? ¡Ufff, qué lejos está eso de mí! Tengo 30 años recién. Quizás en diez, quince, veinte, cuarenta años más.

–Se te va a pasar la hora…
–No hay edad ni límites para el amor, tampoco para la paternidad. Tengo genes muy viriles y no fanfarroneo: mi abuelo ha sido padre a los 92. Si no me apura mi novia, ¿por qué me voy a apurar yo en tener un hijo, no? Hoy por hoy, estoy muy concentrado en el disco. De eso vivo y sobrevivo. Por suerte, me mantengo solo desde los 18 años y espero seguir así pasados los cien. La libertad que te da la independencia económica no la cambio por nada.

–Eso sí, no te veo cantando hasta los 92… –(Carcajadas) Ahí estoy de acuerdo. Creo que hay que saber tirar la toalla a tiempo. Aunque ojo, hay gente que a los 60 se sigue reinventando y se sube al escenario sin pasar papelones. Los Rolling Stones, por darte un ejemplo. Lo peligroso de esto es terminar convirtiéndote en una caricatura de ti mismo. Espero que el día que me suceda eso, alguien me diga: “Enrique, ya estás haciendo gilipolladas”.

–De última, seguirás vendiendo perfumes…
–Cállate, que no sabes cuánto me he reído con eso de la fragancia. Un año antes de que la lanzaran, pusieron gente a mi alrededor para preguntarme todo: cómo quería que huela, que si el frasquito me gustaba, que si la música de la publicidad me iba bien, que cómo quería grabar la tanda, y que tantas cosas, que al final les dije: “Basta ya. Si este perfume termina oliendo a bosta, será todo culpa mía…” (risas). Pero ha salido muy bien y con mucho éxito, por suerte… Me quedé pensando en eso del futuro… Soy un busca y eso me hace sentir inmune ante cualquier fracaso. El día que enviude de la música, encontraré otro amor donde volcar toda mi pasión.

Es un ganador y sabe reírse de eso. No le falta fama, ni éxito, ni dinero, ni chicas. Sin embargo, el hijo de Julio Iglesias dice que la vida le enseñó a ser un busca y que eso lo hace inmune frente a cualquier fracaso.

Es un ganador y sabe reírse de eso. No le falta fama, ni éxito, ni dinero, ni chicas. Sin embargo, el hijo de Julio Iglesias dice que la vida le enseñó a ser un busca y que eso lo hace inmune frente a cualquier fracaso.

“<i>La popularidad me cambió la vida sexual. Antes de ser famoso no conseguía ganar chicas ni abusando del apellido de mis padres. Hoy ligo mujeres bellas por todos lados</i>”

La popularidad me cambió la vida sexual. Antes de ser famoso no conseguía ganar chicas ni abusando del apellido de mis padres. Hoy ligo mujeres bellas por todos lados

“<i>En la música hay que saber tirar la toalla a tiempo. Lo peligroso es terminar convirtiéndote en una caricatura de ti mismo. Espero que ese día alguien me diga</i>: “Enrique, ya estás haciendo gilipolladas”.

En la música hay que saber tirar la toalla a tiempo. Lo peligroso es terminar convirtiéndote en una caricatura de ti mismo. Espero que ese día alguien me diga: “Enrique, ya estás haciendo gilipolladas”.

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