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"Tenemos una onda especial"

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Tras cuatro meses de jugar a las escondidas, Diego Torres (33) y Débora Bello
(26) compartieron la semana pasada una suerte de mini luna de miel en el centro
de esquí Las Leñas. Y siguiendo con una táctica que ya se transforma en estilo,
hicieron todo lo posible para pasar inadvertidos. Pero no hubo pasamontañas,
antiparras ni estrategia que pudiera evitar que GENTE los descubriera en la
montaña para confirmar que el romance entre el cantante y la modelo viene muy en
serio.
 
MIMOS, SOL Y NIEVE. Llegaron el lunes 26, acompañados de otras dos parejas de
amigos de Diego Torres. En plan de bajísimo perfil, se alojaron en una de las
opciones más modestas y económicas del valle. En el departamento 484 del
complejo de dormi house Milla -un dos ambientes sin ningún lujo, bien estilo
alpino, que cuesta 2500 pesos la semana-, pasaron unos intensos y románticos
días. El desayuno fue siempre puertas adentro, ya que el departamento cuenta con
cocina. Todas las mañanas salían alrededor de las diez y media rumbo a los
lockers donde guardaban sus equipos alquilados. Para evitar ser reconocidos por
la prensa, e incluso por los fans del cantante, ambos eligieron usar
pasamontañas, anteojos de sol y antiparras, aún en los momentos más calurosos.
Débora, quien en temporadas anteriores también pisó la nieve acompañada de su
ex, el empresario gastronómico Javier Iribarren, demostró ser una experta
esquiadora. Diego, en cambio, debutó con la tabla de snowboard y los primeros
días tuvo varios tropiezos. Por suerte, su flamante novia fue muy paciente y
esquiaron siempre juntos, ella aminorando la velocidad para que él la alcanzara,
y ayudándolo a levantarse cada vez que el cantante se caía. Al mediodía se los
vio almorzar en los paradores de montaña, como La Cima, Santa Fe y Elurra. Por
la tarde, el punto de encuentro con sus amigos para tomar chocolate caliente fue
en Innsbruck, la confitería de la base. De noche casi no salieron ni transitaron
los lugares de moda. Una noche cenaron en el restó del Hotel Piscis donde daba
un show en vivo Carolina de la Muela, una corista de la banda de Torres. Y otra
noche prefirieron pedir delivery de Sushi Club del Ufo Point.

Torres y su chica llegaron el lunes 26, se alojaron en un departamento sencillo, donde preparaban su propio desayuno y vivían sin lujos, y trataron de pasar inadvertidos.

Torres y su chica llegaron el lunes 26, se alojaron en un departamento sencillo, donde preparaban su propio desayuno y vivían sin lujos, y trataron de pasar inadvertidos.

En las pistas, Débora demostró ser muy hábil con los esquís. Diego, en cambio, tuvo que escuchar los consejos de su chica para no matarse con el snowboard.

En las pistas, Débora demostró ser muy hábil con los esquís. Diego, en cambio, tuvo que escuchar los consejos de su chica para no matarse con el snowboard.

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