Necesitaba aire. Aire y sol. Tomarse unos días… Ya se sabe, en los últimos tiempos, y si de cifras se trata, los argentinos hemos dejado de estar atentos al riesgo país para estar pendientes del… riesgo rating. La competencia televisiva está más virulenta que nunca, sobre todo para Susana Giménez, protagonista de una pulseada personal con Marcelo Tinelli. Demasiado estrés, demasiados rumores (que si se queda en Telefe, que si se va, que esto, que lo otro, mucho bla bla bla por ahora), entonces qué mejor que aprovechar el fin de semana largo para olvidarse de todo y refugiarse por unos días, junto a su nueva pareja, el empresario uruguayo Jorge Rama, en Miami.
Susana lo explicó mil veces: allá en Miami puede cargar las pilas, con el plus de salir a la calle sin necesidad de producirse -para empezar, cero maquillaje- y de paso descansar de tener que andar firmando autógrafos a cada momento. Aunque esta vez había una tarea extra por delante: la mudanza y acondicionamiento de la nueva casa de la diva. Y es que finalmente ella optó por vender su lujoso departamento en la sofisticada Fisher Island para comprarse una casa en el exclusivo barrio de South Beach. Si hasta aquí las escapadas de fin de semana a Punta del Este sirvieron para que la pareja alimentara su romance, en esta ocasión los momentos de romanticismo se complementaron con mucho de bricolage. El lugar, para ellos, tiene un significado más que especial. Y es que fue justamente allí, en Miami, para el último cumpleaños de Susana (el 29 de enero) donde se conocieron. Y lo que empezó como una simple reunión de negocios convocada por Luis Cella -productor general de Susana- muy pronto se convertiría en historia de amor.
Entonces el sábado, Susana y Jorge partieron en una camioneta 4x4 amarilla rumbo a Home Depot, la megatienda con "todo para su casa". Un buen rato después él llevaba un carrito repleto, en el que se destacaban unas colchonetas para las reposeras ubicadas en el contrafrente del nuevo hogar.
Como siempre que viaja a Miami, un destino seguro de la diva es el shopping de Bal Harbour. Allí estuvieron en más de una oportunidad, entre el sábado y el lunes, cuando la pareja regresó a Buenos Aires (volaron por la noche, casi al mismo tiempo en que Diego Maradona debutaba con su programa en Canal 13). Susana hizo un recorrido por sus marcas favoritas: Cavalli, Fendi, Dolce&Gabbana y Versace son escalas ineludibles. Y mientras ella decidió pasar un buen rato en Cavalli -hoy por hoy su diseñador predilecto-, Jorge Rama quiso sorprenderla. De pronto, él dejó el negocio y se perdió en el shopping. Cuando volvieron a encontrarse, tenía un regalo de Cartier para Susana.
La casa no tiene pileta, pero ya está encargada. Es decir, por estos días Susana no está pendiente únicamente del fragor televisivo. Paralelamente debe lidiar con arquitectos: por un lado, acá nomás, se sigue construyendo su nuevo refugio esteño en Rincón del Indio. Por el otro, allá en Miami deberá supervisar la decoración de su nueva casa.
Mientras, el buen clima de Miami se puede aprovechar con chapuzones en uno de los canales que dan al contrafrente de la propiedad. El domingo, un poco antes del mediodía, mientras Susana prefirió tomar sol, Rama no lo dudó y aprovechó para refrescarse. Después de descansar gran parte de la tarde, por la noche terminaron jugando al bowling en la zona de Flamingo Park.
Después de cuatro días de amor, shopping y bricolage, de nuevo a casita. De nuevo a la lucha.
Sábado 13, a media tarde. Jorge Rama y Susana salen de Home Depot, la megatienda de todo tipo de productos para equipar casas. Lo más visible, unas colchonetas para las reposeras del nuevo hogar que la diva se compró en Miami.
Sábado 13, a media tarde. Jorge Rama y Susana salen de Home Depot, la megatienda de todo tipo de productos para equipar casas. Lo más visible, unas colchonetas para las reposeras del nuevo hogar que la diva se compró en Miami.
