Lo que vuelve del otro lado, la imagen, el rebote de uno mismo que llega
¿igual? desde un espejo. Fabián Gianola, que protagoniza en el Complejo La Plaza
la obra El protagonista (ante el espejo), tiene un mambo con la imagen, o por lo
menos da la impresión de que debería tenerlo: tanto está, tanto aparece, tanto
se deja ver. En un comercial de jabón en polvo, en el cine, en el teatro y,
claro, en la madre televisión. Lo vemos a Gianola casi todo el tiempo. Y ¿qué
pasa cuando lo vemos? Por ahora, ha sabido aparecer sin desgastarse: un logro
infrecuente. ¿Y qué ve él mismo cuando se ve?
-Tengo mucho pudor de mi propia figura.
-Una figura bastante expuesta.
-Es algo que se fue dando.
El personaje de Gianola en la obra de Luis Agustoni es un miserable sin vueltas:
padre ausente, marido infiel, amante múltiple, ególatra y amigo desleal. El
personaje de Gianola, además, hace algunas apariciones al borde del desnudo. En
una escena del segundo acto, cuando se saca la camisa, cuando se quita sus
pantalones, cuando queda en slip, baja, desde las butacas en grada, un silbidito
como de quien piropea a la distancia. Sobre el escenario, Gianola traba
musculito.
-Horas de gym…
-Pero no porque me quiera ver como un patovica. De chico tenía muchísimos
problemas respiratorios, físicos, tuve escoliosis a los doce, en fin… una salud
un poco frágil. Mi viejo, entonces, me mandaba a hacer deportes, mucha gimnasia
correctiva. Estoy acostumbrado a entrenar desde los cinco.
-De todas formas, alguien que manda al frente su cuerpo seguramente tiene una
relación consolidada con lo que el espejo le devuelve.
-Bueno, soy muy coqueto, pero sin histeria. Odio maquillarme, por ejemplo. Hay
tipos que por ahí llegan con cara de cansados y necesitan que el maquillaje les
devuelva no sé qué. Yo llego y ya quiero grabar. Preguntá, si no. En Ideas del
Sur me decían "tapaojera y polvo", porque no quería más que eso para empezar a
grabar.
-De la lógica del galán, entonces, nada…
-Nada, porque no soy galán, nunca lo fui, nunca trabajé de galán, y el personaje
de galán nunca me dio de comer.
muy pudoroso".">
Gianola rodeado por las imágenes múltiples que le devuelven los espejos. Aunque en la obra hace un semidesnudo que varias mujeres festejan desde las butacas, él se define como "muy pudoroso".
Entre las butacas de la sala Pablo Neruda y frente a sí mismo, minutos antes de la función.
