Fue el último fin de semana que podían pasar juntos. Y no lo dudaron. Armaron, en horas, el programa que más los entusiasma: escaparse por unos días a las sierras de Córdoba. Allí, lejos de la ciudad, en contacto con la naturaleza y con todo el tiempo solo para
ellos, sienten que
"cargan pilas".
Natalia Oreiro y Ricardo Mollo partieron el viernes a la noche con dos mochilas y el entusiasmo de permitirse una escapada
"casi prohibida" en medio de tanto trabajo. Ella graba todos los días
Kachorra (éxito en su horario; promedia los 17 puntos de rating) y está preparando a full la gira que hará antes de fin de año por Europa y los países del Este, donde presentará
Turmalina, su último CD. El compone a diario y ya tiene comprometidos los próximos fines de semana con recitales en Buenos Aires y el interior.
"Es ahora o nunca -le comentó Nati a una amiga-, porque después cada uno va a estar metido de cabeza en sus proyectos y ya no vamos a tener tiempo de escapadas en
pareja". La semana anterior habían viajado juntos a Miami, porque el líder de Divididos fue quien presentó uno de los premios de MTV. Natalia causó sensación con su look (un vestido ultrasexy que ella misma diseñó) cuando acompañó a su marido al supershow de la música en el que Shakira se llevó todos los premios. Pero esos días fueron para ellos de mucho ensayo, fotos, contactos y prensa. Muy lejos de lo que uno puede pensar como
"week-end romántico".
Llegaron desde Córdoba el lunes al mediodía. Habían dejado la 4x4 estacionada en el aeroparque, porque sabían que el vuelo los traería con el tiempo justo para que Natalia corriera a grabar Kachorra y para que Ricardo organizara los ensayos con Divididos.
