“Siento un odio terrible hacia la sociedad. Nadie se ha preocupado por mí” – GENTE Online
 

“Siento un odio terrible hacia la sociedad. Nadie se ha preocupado por mí”

Soy Emir Omar Chabán. Voy a cumplir dentro de poco –el 31 de marzo– 54 años y lo primero que quiero expresar es que 25 años trabajé en esto. Toda mi vida cuidé al público, siempre traté de crear cosas nuevas, de apoyar a los chicos jóvenes. Todo lo que pasó está más allá de la dimensión humana. Fue un accidente, una tragedia, más allá de lo que cualquiera podría haber imaginado en cualquier parte del mundo. Y a partir de ese día es todo un infierno. Son 24 horas que mi cabeza no puede parar y es todo un laberinto de locura.

Chabán cumplirá sus 54 en una celda del Penal de Máxima Seguridad de Marcos Paz: tres metros por uno y medio de piso de cemento, una ventana, paredes con restos de enduido –como si estuvieran arreglándola–, tres estantes con botellas de agua mineral, varios tuppers, abrigos y algunos papeles, una mesa de metal de color verde donde descansa una mochila, y un taburete fijado al suelo, un par de sandalias, otro de zapatos, una cama con un inodoro al lado y lavatorio de acero, donde sólo hay un cepillo de dientes y un pomo de dentífrico. Dos elementos estos últimos, recordemos, que no olvidó llevar consigo a pesar de –según dijo a la Justicia– la desesperación que tenía mientras se escondía de la policía el 30 y el 31 de diciembre de 2004, horas después de que se desatara la tragedia en el boliche República de Cromañón, que regenteaba, donde murieron 194 personas. Allí, en su celda, mientras aguarda el juicio oral –acusado por estrago doloso seguido de muerte–, repasa las últimas novedades de la causa (que ya tiene 200 cuerpos y 40 mil fojas) y se obsesiona con la lectura de Masa y poder, de Elías Canetti, un libro sobre la facilidad de manipular a las masas.

Chabán –no olvidemos– es actor, proviene del underground, y siempre trabajó para un pequeño grupo de personas. Esta vez su público se amplificó: se presentó con las palabras del comienzo, el viernes 10 de marzo, ante cuatro periodistas: Samuel Chiche Gelblung, Reynaldo Sietecase, Daniel Tognetti y Silvina Walger. Por la pantalla de Canal 9 y –la entrevista también se transmitió por Radio Del Plata– apareció con anteojos, remera beige y unos pantalones que se le iban cayendo patéticamente a medida que regresaba a su celda. Así, pálido, mucho más flaco que en sus épocas de Cemento, habló por primera vez desde el siniestro.

Lo que no cambió en Chabán es su soberbia. No bien comenzó, arremetió contra los periodistas que le hicieron la nota: “Esperemos que escuchen con humildad”. Otro rasgo es su permanente victimización: “Me la paso ahí encerrado 24 horas, angustiado, con una herida inconmensurable… (se quiebra). Nadie se preocupa por mí, el sufrimiento que tuve por un año… Traje la tragedia a mi familia, mi hermana, mi hermano…Mi madre se puede morir y ustedes me han creado como un monstruo (llora). Tendrían que estar buscando a esos tres hijos de mil (los que, según él, encendieron las candelas hacia el techo). Me siento como el judío errante. Me siento totalmente identificado con las víctimas del Holocausto, porque siento la misma situación de vicitmización”.

Y más tarde: “Siento un odio terrible hacia la sociedad. Nadie se ha preocupado por mí. Nadie pensó: ‘Pobre tipo’. Cuando yo sufría ahí, solo, solo, solo, todos pensaban: ‘Se escapó’... Yo no soy un chivo expiatorio. Soy un señuelo que se usa para cualquier cosa”.

La entrevista duró tres horas y media, y se emitió en 85 minutos. En ese lapso, Chabán mostró algunas vacilaciones y dejó enormes agujeros negros. Aquí, algunas de estas perlas negras que dejaron sus palabras:

DE QUIEN ERA CROMAÑON. Gelblung: Usted negocia con personas a las que no conoce y no hay papel que afirme que usted tiene una cesión por equis tiempo. ¿Era todo acuerdo de palabra?
Chabán: Sí.
G.: ¿Alquilaba por mes?
–Iba a tanto por ciento de acuerdo a las fechas. La idea de alquiler no me gusta mucho. Yo tenía una relación con el dueño del lugar… que no sé si es el dueño. ¡Yo decía off short en vez de off shore! ¡No entendía qué era! La habilitación del lugar éste tampoco era mía (como sí era la de Cemento). Nunca se planteó la transferencia.

G.: ¿El dueño del lugar era (Rafael) Levy, y esa noche no tenía ningún tipo de responsabilidad…?
–Tampoco sabemos si Levy es el dueño del lugar. Yo lo veía a él, pero no sé si era el dueño

Sietecase: Los padres dicen que esto es todo un armado para evitar la responsabilidad…
–En el anexo sobre sociedades queda claro que yo no pertenezco a ninguna de estas sociedades.

LAS COIMAS. –Callejeros toca dos días en Obras y en ambos hay pirotecnia. Yo no entiendo cómo la Municipalidad, teniendo el primer antecedente, no suspendió el segundo recital. Hay un doble discurso social: hay que avisar a la policía porque es un espectáculo de rock; por otro lado, si llamás a la policía dicen ‘corrupción’.

G.: ¿El rock necesita policía?
–Sí, porque necesita límites. El subcomisario dice que yo tenía relación con él: lo habré visto cuatro o cinco veces. No lo vi casi nunca. Cuando se presentó, me dejó una tarjeta para que lo llame por esto que estamos hablando. Al comisario no lo conozco. Por una especie de norma le avisé a la policía que yo iba a trabajar. Y esta ambigüedad ¿no?… Si aviso porque aviso, si no aviso porque no aviso.

G.: ¿Alguien pagaba coimas a la policía?
–Eso es un delirio, o una fabulación.

Sietecase: Hay un testimonio donde dice: “Poli, 100 pesos”.
–Ese papel no tiene fecha. Era un volante de las fiestas Rockmañón que las hacía Lagarto –los dueños de la habilitación– junto conmigo. Ese volante era del viernes 24 de setiembre y corresponde a dos días, porque dice: “Abono lunes y viernes”. Ahí dice: “Poli, 100 pesos”. Para dos días serían 100 pesos, 50 pesos por día. No hay correspondencia. Esa noche para mí había 2.400, 2.600 personas.

Tognetti: En tu advertencia, vos hablaste de 6 mil personas…
–Sí, sí. Los días anteriores hablé de 4 mil.

LA PUERTA DE EMERGENCIA. –Cuando salgo, salgo por aquí y lo encuentro a Raúl (Villarreal, su mano derecha) y a Diego Argañaraz (manager de Callejeros), y vamos a abrir esta puerta y vemos que está trabada.

G.: ¿Quién la trabó?
–Eso, te cuento, es una disquisición que queda para el juicio oral. Hay determinados detalles, como hay muchos incriminados, que son tema de investigación.

T.: Una pregunta que te negás a contestar...
–Te voy a ampliar el concepto de esa puerta. (…)

S.: Hay una pericia de bomberos que dice que si esa puerta hubiera estado abierta, en 4 minutos 25 segundos habrían salido cuatro mil personas.
–No me están escuchando….

S.: Si vos tenés este nivel de análisis y te representaste que esto podía ocurrir…
–No, es lo que vos pensás. Ahora leí la causa. Hay cosas que no sabía.

T.: ¿Por qué se cerró?
–Hay detalles que no puedo dar, porque tienen que ver con una investigación. Esta puerta no puede ser tomada como puerta de emergencia en ningún caso; esta puerta da a otra propiedad. Para ser de emergencia tiene que dar a la calle. Dice específicamente que en la parte edilicia “no puede haber una puerta hacia otro lugar que se puede incendiar”. (…)

Sietecase (lee la plancheta de habilitación): “Superintendencia Federal de Bomberos: el local posee una salida alternativa exclusivamente en caso de producirse un siniestro, permitiendo la evacuación del público concurrente por un corredor que sirve en casos normales…

G.: ¿Alguien tenía llave de esta puerta?
–Son detalles que, como hay muchos imputados, yo no puedo dar.

G.: Podía ser usada como puerta de emergencia y estaba cerrada…
–¡Te digo que sí, pero la fuimos a abrir!

G.: Esto queda como un punto de misterio.
–Hay que aceptar que esa puerta no puede considerarse como puerta de emergencia.

T.: Hay una contradicción: la plancheta dice que, en caso de siniestro, sí.
–Está mal habilitado por bomberos, pero supongamos que bomberos se dio esa libertad que no puede dársela. Entonces ahora hay catorce arquitectos haciendo una investigación exhaustiva por orden del juez, para demostrar por qué este lugar no podía ser habilitado. No puede existir esta puerta.

T.: Es muy contundente lo que acaba de decir.
–¿Qué dije?

T.: Que este lugar no podía ser habilitado.

LOS SEGUIDORES DE CALLEJEROS. Yo creo que el público también es culpable. Creo que tiene que haber un señalamiento del público”.

Tognetti: ¿El público es culpable? ¿De qué?
–Si yo te digo no hagas esto, y vos lo hacés a pesar de que están la policía, el cartel, los socorristas… Vas con una actitud maníaca que impone que tenés que entrar con cosas. Yo ahí les rogaba que no lo hicieran. Alguien entra con eso, ¿vos qué decís?

G.: Vos estabas en el peor lugar en el peor momento. Y vos pudiste salir.
–Nooo. Me costó muchísimo.

G: ¿Pero vos me entendés lo que te quiero decir?
–No, perdonáme, pero no te entiendo. Este lugar existió desde el año 97. Nunca hubo problemas. ¿Vos podés pensar que tres chicos aparezcan con esta cosa (señala una bengala) que son armas para matar gente en el primer minuto de tirar eso? Entonces los tres chicos son los principales responsables.

Chabán, que cumplirá 54 años el 31 de marzo, en su celda del penal de Marcos Paz. Repasa la causa y lee con obsesión Masa y poder, de Elías Canetti.

Chabán, que cumplirá 54 años el 31 de marzo, en su celda del penal de Marcos Paz. Repasa la causa y lee con obsesión Masa y poder, de Elías Canetti.

El tiempo no para Omar Chabán no muestra signos de arrepentimiento. Contó su versión de aquella noche y señaló como únicos responsables a quienes permitieron el techo de poliuretano (que al encenderse arrojó ácido cianhídrico) y a quienes encendieron las candelas. Además, dijo que la seguridad “era de Callejeros”. No tuvo palabras de consuelo para los familiares de las víctimas y sólo lloró cuando le leyeron el apoyo del grupo Miranda! y al hablar de sí mismo.

El tiempo no para Omar Chabán no muestra signos de arrepentimiento. Contó su versión de aquella noche y señaló como únicos responsables a quienes permitieron el techo de poliuretano (que al encenderse arrojó ácido cianhídrico) y a quienes encendieron las candelas. Además, dijo que la seguridad “era de Callejeros”. No tuvo palabras de consuelo para los familiares de las víctimas y sólo lloró cuando le leyeron el apoyo del grupo Miranda! y al hablar de sí mismo.

“<i>Todo lo que pasó está más allá de la dimensión humana. Fue un accidente, una tragedia más allá de lo que cualquiera podría haber imaginado en cualquier parte del mundo. Y a partir de ese día es todo un infierno</i>”

Todo lo que pasó está más allá de la dimensión humana. Fue un accidente, una tragedia más allá de lo que cualquiera podría haber imaginado en cualquier parte del mundo. Y a partir de ese día es todo un infierno

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