“Siempre supe que iba a ser una estrella de rock… Aunque sea en un aviso” – GENTE Online
 

“Siempre supe que iba a ser una estrella de rock... Aunque sea en un aviso”

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El tono formal con el que atiende el celular genera dudas. La cortesía en su saludo es totalmente opuesta a las delirantes intromisiones de aquel Gordo Liberosky, que desde la pantalla de MuchMusic se convirtió, en el 2001, en un verdadero héroe popular. A Iván Romanelli (40, soltero) le pasó lo que a muchos actores.

Su personaje alcanzó más fama que él. Hasta el día de hoy lo reconocen en la calle por haber protagonizado en ese canal musical las más variadas maldades, encubierto en una peluca enrulada y un vestuario ridículo, aunque pocos saben su verdadero nombre.

Y hay más: sólo los fanáticos atentos lo volvieron a descubrir como el rockero metálico de la publicidad de Anaflex que sumó otro nombre al saludo callejero que recibe: “Chau, Miguel”, le gritan desde la aparición del aviso del antiinflamatorio.

¿El duro que aparece ahora como un gitano enamorado bailando sobre un tablao es o no el mismo que aparecía en el canal musical? Es, sí. Es él. El Gordo Liberosky, VJ Tanketa, El taxista de Ciudad Abierta, el Michael Mur (con “u” que parodiaba al verdadero Moore en el Circo criollo de Nico Repetto y que llegó a hablar por teléfono con el mismísimo Fidel Castro), el que compartió escenario con Alfredo Casero en el ND Ateneo y este año formó parte del elenco de La risa es bella por Canal 13. Es él, sí. ¿Pero quién es? ¿Es o se hace?

–¿Cuál fue tu debut en televisión?
–Fue en Turno tarde, un programa que condujo Mario Pergolini en Canal 9, creo que en 1994. Allí aparecí con el pelo largo y vestido con un tapado de piel, dando vueltas en una calesita. Fue el primer laburo rentado, la primera vez que nos pagaron por hacer las idioteces que proponíamos.

–¿El plural a quién incluye?
–Al grupo de amigos, todos oriundos de Bahía Blanca, con los que luego trabajé en Much. Además de Gastón Duprat y Mariano Cohn estaban los hermanos Federico y Mariano Mercuri. Eramos jóvenes incipientes, con ganas de romper las pelotas y encontrar un trabajo que nos hiciera reír.

–Y lo lograron. ¿Pero cuántas cosas intentaron antes?
–La tele llegó de casualidad, fue como un juego. Algunos tuvimos un laburo más formal: yo, por ejemplo, trabajé en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca. Y antes de eso fui obrero en la construcción de una central termoeléctrica y durante tres años me las rebusqué en una fábrica textil. Entraba a las seis de la mañana, pero era joven… Tenía ímpetu y ganas (risas).

–¿Y cómo saltaste del museo al humor de los separadores de MuchMusic?
–Todo empezó cuando Gastón Duprat vino a ver a la banda de rock donde yo tocaba la batería, Los Profetas de Jamón. Sacó unas fotos del show y luego llegaron algunos videos. Nunca me propuse que la actuación fuera mi medio de vida. Comenzó por diversión, y fue creciendo hasta el día de hoy.

–¡Ah, rockero ya eras!
–Sí. Siempre supe que iba a ser una estrella de rock. Lo que nunca me imaginé que lo lograría en un aviso de analgésicos (risas).

–¿Cómo llegaste a hacer publicidad?
–Me llamaron luego de un casting. Hace dos años hice la campaña del Heavy para Anaflex y en marzo de este año, para el mismo producto la campaña Gitano.

–¿En la calle te reconocen?
–Me dicen Liberosky o Miguel. Soy la prueba de que hay público para todo: a veces me paran y me preguntan por cosas que hasta yo mismo había olvidado.

–Recuerdo la convocatoria en Muchmusic, que anunciaba: “Podés ser el guionista de Liberosky. Verás tus maldades en pantalla, perpetradas por el mismísimo Gordo”. ¿Liberosky era malo?
–No. Era un pel.... En realidad, las maldades que hacía eran bastante naïf. Sacudir una botella de gaseosa para que al destaparla mojara a todo el mundo, pasar en bicicleta a toda velocidad por un charco para salpicar a dos nenes vestidos de guardapolvo blanco y toda una serie de gansadas que al principio eran ocurrencia de Duprat y Cohn (los creadores de Televisión Abierta que prestaban cámara a la gente común en la trasnoche de América y que luego hicieron los sketchs del programa de Susana) y luego fue lo que el público sugería.

–¿Que mirás en televisión?
–No tengo cable en casa. Me divierte mucho Bendita TV. Beto Casella es un chanta autorizado.

–¿Preferís a Casella que a Pettinato?
–Sí, ahora sí. Petti se mordió la cola a sí mismo. Desde la pelea con Diego Gvirtz (el productor de Duro de domar) se desvirtuó: lo noto desganado. Ahora que lo nombramos, también trabajé con él.

–¿Con Pettinato? ¿En dónde?
–En un programa que se llamaba Listo ya, que iba los sábados por Telefe. Fue en los inicios de los juegos interactivos por teléfono. También estaba Gillespie. Era todo muy loco. Pettinato llegaba con esos trajes amarillos y decía: “Si no anda el sistema, renuncio”.

–¿Y andaba?
–No, nunca. Pero Petti no renunció…
¡Al mes levantaron el programa!

–¿Creés que en la televisión abierta hay cada vez menos lugar para el humor?
–La tele de hoy es de entrada y salida. La risa es bella, por ejemplo, fue un ciclo al que le iba bien en rating. Nunca medimos menos de diez puntos, y ni siquiera respetaron los trece programas pautados: quedaron dos sin emitirse.

–¿Por qué pasó eso?
–No tengo idea. Fue algo de la gerencia del canal. Hoy se mide todo por el costo económico, no importa la calidad del producto. Los canales no quieren invertir en producción. Entonces, los fines de semana ponen películas y ya está.

–¿Querés aprovechar y decirle algo a la gerencia de Canal 13?
“¡Señor Suar, eso no se hace!”. Con humor, pero se lo digo. Además, si la cosa era pelear rating con Telefe, habría sido mejor hacer trece episodios y no once.

En la calle lo reconocen como el Gordo Liberosky de MuchMusic o Miguel en el aviso de <i>Anaflex</i>. También fue baterista de <i>Los Profetas del Jamón</i>, la banda en la que tocaba en su Bahía Blanca natal.

En la calle lo reconocen como el Gordo Liberosky de MuchMusic o Miguel en el aviso de Anaflex. También fue baterista de Los Profetas del Jamón, la banda en la que tocaba en su Bahía Blanca natal.

El polifacético Iván, con rulos onda afro, con las lanas largas de Miguel –en la publicidad de <i>Anaflex</i>– o como el Gordo Liberosky. Este año actuó en <i>La risa es bella</i>, con Freddy Villarreal. Hoy divide sus días entre su entrenamiento en karate –rinde primer kyu, el anterior al cinturón negro– y los castings publicitarios.

El polifacético Iván, con rulos onda afro, con las lanas largas de Miguel –en la publicidad de Anaflex– o como el Gordo Liberosky. Este año actuó en La risa es bella, con Freddy Villarreal. Hoy divide sus días entre su entrenamiento en karate –rinde primer kyu, el anterior al cinturón negro– y los castings publicitarios.

<i>“Me divierte mucho</i> Bendita TV. <i>Beto Casella es un chanta autorizado… Pettinato se mordió la cola a sí mismo. Desde la pelea con Gvirtz se desvirtuó: lo noto desganado”.</i>

“Me divierte mucho Bendita TV. Beto Casella es un chanta autorizado… Pettinato se mordió la cola a sí mismo. Desde la pelea con Gvirtz se desvirtuó: lo noto desganado”.

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