«Si Di Zeo abre la boca, Bergés va a tener que enrejar todo el país» – GENTE Online
 

"Si Di Zeo abre la boca, Bergés va a tener que enrejar todo el país"

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"Mirá, yo no sé muy
bien hasta dónde le va a dar el cuero al juez para seguir

investigando. Si Bergés escarba a fondo, va a tener que enrejar todo el país.
Acá no se va a salvar nadie".
Las palabras que llegan desde un teléfono público
de una cárcel de la ciudad de Buenos Aires suenan a sentencia. Por momentos, la
voz del barrabrava de Boca se pierde entre los gritos de otros presos. A lo
largo de la media hora que durará la entrevista, Gustavo (un nombre que le
inventamos porque pidió la reserva de su identidad a cambio de hablar)
interrumpirá la charla varias veces para dejar "libre la línea". Dentro de los
pabellones, los barras no son bien vistos, y el uso del teléfono está reservado
a los presos veteranos. Pero Gustavo corta y vuelve a llamar cuanto sea
necesario. Quiere aclarar todas las dudas y sobre todo, hablar. ¿De qué? De las
relaciones entre La Doce y los dirigentes, los políticos y los jugadores. Algo
que desde que el juez Mariano Bergés se puso a investigar tras los incidentes
entre Boca y Chacarita el 31 de agosto, nadie se atreve a contar.

-¿Por qué quiere hablar?
-Porque estoy viviendo en el infierno y me dejaron solo. Los otros que perdieron
fueron cuidados por hinchas que también estaban presos, o les pusieron un
abogado para que los defendieran. A mí nadie me llamó para ver si necesitaba un
paquete de cigarrillos y encima me enteré de que amenazaron a mi familia. Estoy
desesperado, de noche no puedo pegar un ojo.

-¿Por qué amenazaron a su familia?
-Porque yo sé todo lo que pasaba en Boca y tienen miedo de que hable. Aunque me
doy cuenta de que el juez tiene mucha información... Por eso me llama la
atención que los que estamos tras las rejas seamos siempre los mismos perejiles.

-¿Lo dice porque Rafael Di Zeo sigue libre?
-Por ejemplo. Creo que a nadie le caben dudas de que la misma policía lo está
protegiendo. De lo contrario, no se explica cómo después de todo el circo que
armaron el día que lo fueron a detener (jueves 2 de octubre), a la mañana
siguiente salió caminando por la puerta -con una gorra y empujando un cochecito
de bebé- como si no pasara nada. Había estado toda la noche escondido en un
departamento del octavo piso. ¡Mirá si se iba a descolgar con sábanas desde el
piso 9!

-¿Y dónde está el Rafa?
-A mí me llegaron distintas versiones. Una, que está en Madrid, España, y la
otra, que estaría escondido en Buenos Aires. Pero como uno de los comisarios
vinculados a su detención es el que le avisa, no lo van a agarrar nunca. Salvo
que haya una orden política de arriba. Pero creo que en ese caso va a aparecer
tirado en una zanja...

-¿Tantas cosas sabe?
-Seguro, si el Rafa abre la boca, Bergés tiene que enrejar a todo el país.
Porque las barras bravas se utilizan para muchas cosas: para ganar una elección
en un club, para hacer una campaña política, y la misma policía te usa para
sacar algún rédito los días de partidos.

-¿Qué contacto tenían con la policía?
-Ellos son los que nos liberaban los molinetes durante 45 minutos para que
nosotros pudiéramos meter las 500 personas todos los partidos. A cambio de eso,
al jefe del operativo le damos 300 pesos por domingo. O cuando necesitan inflar
un operativo, también nos vienen a ver. En uno de los últimos Boca-River que
jugamos en el gallinero, un comisario muy importante nos dijo que teníamos que
hacer quilombo a la salida porque el Comité de Seguridad había bajado la
cantidad de efectivos que él había sugerido: "O salen y hacen bardo, o los llevo
a todos presos",
fue la orden, y en un momento nos juntaron con los de River.
Tuvimos que tirar un par de tiros y hacer un poco de circo para dejarlo
tranquilo. Después, en el otro River-Boca, con la excusa de este enfrentamiento,
metieron 400 policías más, a 50 pesos cada uno. Y esa es plata que se curran,
porque la verdad es que van la mitad de los ratis que figuran en las planillas.

-¿Y cómo entran las armas a la cancha?
-Eso es una pavada. A la hinchada no la revisan nunca. Adentro de los bolsos
donde llevamos las banderas tenemos los fierros y las púas. Por ahí, si el
comisario nos avisa en la semana que nos van a revisar sí o sí, los dejamos
escondidos en algún auto, cerca de la cancha, por si afuera hay combate. Es más,
me acuerdo de que una vez estaba todo podrido y le tuvimos que dar el bolso con
los fierros al jugador más importante de Boca en ese momento, -que después
también fue integrante del cuerpo técnico del club-, para que los entrara
(risas).

-Es decir, existe una relación estrecha con los jugadores.
-El que te diga que no, es un mentiroso. Todos los meses nos juntan 15 lucas
para nuestros gastos y ahí todos ponen, porque al que se hace el bol… lo vamos a
apretar, o si el domingo juega mal, lo chiflamos y le c... la carrera. ¿Sabés
cuántos jugadores de Boca se tuvieron que ir porque no querían "colaborar"?
Después hay casos individuales: algunos necesitan el apoyo de la barra para
renovar un contrato o para entrar al club.

-¿Por ejemplo?
-El caso más reciente fue el pase de un número 5. Un día vino un ayudante de
campo, que ya no está, y nos dijo que presionáramos a los dirigentes para que lo
traigan, y que a cambio nos iban a dar el 15 por ciento que le correspondía al
jugador. Enseguida metimos presión y el pase se hizo, aunque Boca ya estaba de
temporada en los Estados Unidos. Otro ejemplo es el de un arquero que vino de
Vélez. ¿Cómo podía ser que jugara en la primera de Boca si "no tenía manos"? El
tema es que a fin de mes era el que mejor se portaba con el grupo. Después, como
era tan malo, se hizo insostenible por más plata que pusiera. Y otro que te
puedo decir es el de un volante con muchos huevos, que ahora es técnico. Cuando
Macri no le quería renovar el contrato, nos vino a pedir que presionáramos a los
dirigentes y el Rafa le exigió a cambio la mitad de lo que iba a cobrar en Boca.
El tipo se calentó, lo puteó, le dijo que le parecía un abuso; pero como no
arregló con la hinchada, se tuvo que ir del club.

-¿Cuál es la relación con los dirigentes?
-La misma que en cualquier club. Hace varios años uno de los hombres de
confianza de un dirigente nos citó para que le diéramos consejos. En esa primera
reunión, el Rafa le pidió que le ayudara a comprar seis autos, que después le
sirvieron para poner una agencia de remises en Villa Lugano. Y meses más tarde
colaboró con Di Zeo para que se comprara dos más, uno de ellos, el Mitsubishi
Eclipse que le secuestraron el día que le allanaron el departamento.

-¿Quién les daba las entradas?
-De local, teníamos la contraseña y el molinete trucho. Pero para los partidos
de visitante, venía un vocal titular y un colorado de chivita que trabaja en
estadio, y nos daban las entradas. Después teníamos otro curro, que era la
reventa cuando había un partido importante. Cuando Roberto Altamura era el
tesorero del club (N. de la R.: Roberto Pompillo, vice de Boca, le hizo una
cámara oculta y lo echó cuando comprobó que les proporcionaba entradas a los
barras para que las revendieran), nos daba 1.500 entradas y después poníamos un
aviso en el diario vendiéndolas más caras. De eso se encargaban el Cabezón
Lancry y el Gordo Salas. Si te fijás en los diarios viejos, figura un teléfono
de la Boca (el 4303-57..), que es el de un semipúblico de un almacén de la
familia de Lancry y está frente a su casa.

-¿Qué función tenía Lancry en la hinchada?
-Junto al Rafa, eran los jefes de la hinchada. Y aunque no iba más a La Doce y
veía los partidos desde la platea, igual tenía bastante incidencia en la
hinchada. Pero como trabajaba en la Legislatura porteña y es el contacto con un
importantísimo dirigente radical, trataba de mantenerse alejado. Aunque sus
negocios los seguía teniendo...

-¿Cómo nació su relación con los políticos?
-Ellos son quienes nos vienen a buscar cuando necesitan que le hagamos una
campaña o cuando tienen algún trabajo pesado para hacer...

-¿Por ejemplo?
-Y… hace poco Di Zeo viajó al interior para reunirse con un candidato peronista
y arreglar el tema de la campaña electoral. De esto hay testimonio, porque
cuando le allanaron la casa se llevaron la foto del Rafa con el tipo. Ahí, en
esa reunión, el Rafa le pidió un millón de pesos. Como no llegaron a un acuerdo,
le mandaron 450 Planes Trabajar para que tampoco apoyemos a la contra. Y te
puedo contar otra: cuando en abril fue el quilombo de la fábrica Brukman, tomada
por piqueteros, vino a la Bombonerita un ministro y le dio a Di Zeo 20 mil pesos
para que llevara cien hombres e hicieran lío en una marcha. Fuimos, y como los
piqueteros nos reconocieron, la marcha se disolvió a las tres cuadras. Es decir,
nos ganamos 40 pesos en un par de horas. Eso nos pagó el Rafa.

-¿Cuáles eran los otros negocios de Di Zeo?
-La venta de droga en la cancha, y también se encargaba de conseguir patacones,
pesos y dólares truchos. Todos los jueves hacíamos un asado y un partido en la
canchita donde hace el calentamiento precompetitivo el equipo visitante cuando
viene a la Bombonera, y ahí se repartía la plata. Por ejemplo, Roberto Ibáñez,
sobre el que pesó una acusación de violación, era el chofer personal de Di Zeo y
a la vez le hacía de tesorero. Después, los domingos le teníamos que rendir todo
a Alejandro Falciño, alias Bebote o Ale. A ese también lo están buscando los
pibes de la hinchada porque manejaba la plata grande, y no repartía.

-Por lo que usted cuenta, se manejan con total impunidad, ¿Nadie los puede
detener?
-Es que muchos se quieren hacer los vivos y eso no lo vamos a permitir. Por
ejemplo, cuando Boca jugó la final con el Santos, en Brasil, el Rafa y el
Cabezón agarraron a un dirigente y le pidieron las entradas para nosotros. El
hombre se hizo el b... diciendo: "Para ustedes no hay nada". Ahí nomás Di Zeo le
puso un revólver en la cabeza. Al otro día aparecieron las entradas, los pasajes
y las habitaciones para los muchachos.

El ex líder de La Doce -prófugo desde el jueves 2 de octubre-, cuando dirigía la barra.

El ex líder de La Doce -prófugo desde el jueves 2 de octubre-, cuando dirigía la barra.

Rafa Di Zeo y Santiago Lancry muestran sus carnets de Boca al entrar a un partido, pocas semanas después de la pelea con la barra de Chacarita en 2001. Hoy, Di Zeo está prófugo y Lancry acaba de ser detenido por el juez Bergés.

Rafa Di Zeo y Santiago Lancry muestran sus carnets de Boca al entrar a un partido, pocas semanas después de la pelea con la barra de Chacarita en 2001. Hoy, Di Zeo está prófugo y Lancry acaba de ser detenido por el juez Bergés.

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