«Sé que mamá hubiera querido que yo esté acá» – GENTE Online
 

"Sé que mamá hubiera querido que yo esté acá"

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"Que no me pierda en la noche, que no me pierda en el vino, la vida vale la pena si aprendo a hacer el camino". Viernes 2
7, 00.35 hora. Hace cuarenta minutos que Diego Torres bajó del escenario. Del otro lado de la puerta, en la intimidad de la habitación 802 del hotel

Del Comahue, en Neuquén, él y su novia, Angie Cepeda, cantan a dúo y a capella una estrofa de
Que no me pierda, el tercer corte de Un mundo diferente, uno de los discos más exitosos del cantante. Están emocionados, casi eufóricos. Hace algunos minutos, nomás, Diego brindó un concierto que jamás olvidará: la vuelta a la cancha -tal cual definió- desde que murió su madre, Lolita Torres.

Después del show, las vivencias son puertas adentro. Uno de los miembros del equipo invitó a la pareja a cenar a un restorante, pero ellos declinaron el convite y eligieron compartir esos momentos a solas. Llamaron al room service y pidieron pollo deshuesado a la parrilla con puré mixto. Brindaron con agua mineral. Sabían que la ocasión lo merecía: este Diego acababa de jugar con entereza el partido más duro de su vida.

Doce días después de la muerte de Lolita, Diego retomó sus compromisos laborales. En su agenda,
Un mundo diferente tiene presentaciones hasta fin de año y va a cumplirlas. 

El jueves 26 llegó a Neuquén, acompañado por su novia, en el vuelo 2660 de Austral, que aterrizó a las 13:39. Desde la pista, enfiló directo hacia el hotel, y cuarenta minutos después, con gran profesionalismo, bajó a la conferencia de prensa: "Estoy muy contento de retomar los conciertos. Volver al escenario es la vitamina para seguir viviendo", dijo sincero. Y agregó: "Mi madre, ante situaciones difíciles que ha pasado en su vida, demostró tener una fortaleza muy grande. Por eso siempre
digo
: 'Ojalá yo tenga el diez por ciento de la fuerza que ella tuvo'. Me tomé estos 12 días porque estaba muy frágil para salir a la cancha, pero hoy es el primer partido y me siento bien. Yo sé que mamá hubiera querido que esté acá, cumpliendo con mis compromisos. ¿De qué me sirve encerrarme en mi casa, si desgraciadamente no puedo cambiar nada?".

Diez minutos antes de las tres de la tarde, Diego subió a su habitación, donde lo esperaba Angie. Colgaron el cartelito con la inscripción No molestar y se entregaron a una siesta. Recién a las 20:20 partió rumbo al estadio Ruca Che, donde cuatro mil personas ansiaban su regreso.

A las 21:36 Diego apareció en escena y cantó Soy de la gente. Así, arrancó el mismo show que presentó en el
Luna Park. En el backstage, Angie no se perdió ni un solo tema. Fumó, bailó y cantó. E hizo oídos sordos a una chica que, a pocos metros, le gritaba: "¡Angie... prestame a Diego!".

Diego Torres, con la multitud que copó el estadio Ruca Che de Neuquén como telón de fondo. Me tomé 12 días porque estaba muy frágil para salir a la cancha. Pero hoy es el primer partido y me siento bien", dijo.">

Diego Torres, con la multitud que copó el estadio Ruca Che de Neuquén como telón de fondo. "Me tomé 12 días porque estaba muy frágil para salir a la cancha. Pero hoy es el primer partido y me siento bien", dijo.

Para su primer recital tras la muerte de Lolita, Diego tuvo un apoyo fundamental: su novia, Angie, que bailó en el backstage y lo acompañó en el hotel, de donde salieron sólo para el concierto.

Para su primer recital tras la muerte de Lolita, Diego tuvo un apoyo fundamental: su novia, Angie, que bailó en el backstage y lo acompañó en el hotel, de donde salieron sólo para el concierto.

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