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“Se me casó la nena”

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Podría decirse que el de ellos es un amor de los tiempos que corren. Ella, Soledad Guinzburg (31), es profesora de Bellas Artes y le faltan un par de materias para recibirse de psicóloga. El, Andrés Trebliner (31), es analista de sistemas y tiene su propia empresa de computación. Se conocieron en 2002 en una sala de chat. Palabra va, guiño emoticón viene… provocaron lo inevitable: un intenso intercambio de correos electrónicos, casi una versión nacional de Tienes un e-mail, la película de Tom Hanks y Meg Ryan. “Desde ese momento somos inseparables. No pasamos ni un solo día alejados”, cuentan al unísono. Ese profundo amor hizo que desde hace un año decidieran convivir. El mismo sentimiento que acaba de llevarlos al “sí, quiero”, y por ende, convertir a papá Jorge Guinzburg (57) en suegro.

EL CIVIL. Fue el jueves 9, pasado el mediodía. Eligieron algo íntimo, entre familiares y amigos, en el Registro Civil de Garay al 3100, Olivos. Allí el juez de Paz recibió a la pareja y los testigos (entre ellos, Malena –29–, la hermana de Sole, y amigos de la pareja). La mayor de la familia deslumbró con vestido corto color marrón, mientras que él prefirió un sobrio traje gris. Al finalizar, el brindis en la casa de los papás del novio fue el broche de oro para tanta emoción.

LA CEREMONIA. Antes de ir al templo Benei Tikvá –Vidal 2049, en el barrio de Belgrano–, la novia aguardó ansiosa el gran momento junto a su padre en el Sheraton. El blanco radiante de su vestido confeccionado por Beto Romano destacaba sus brillantes ojos celestes. A las 19 horas, todo estaba listo para la gran caminata por la alfombra roja. Así, Jorge –de traje y kipá (solideo), como todos los hombres– entregó la mano de Soledad a su yerno, quien lucía un jacquet, junto a sus padres, Fanny y Félix Trebliner. El rabino Abraham Skorka fue quien ofició la ceremonia. Para el kidushim (consagración), Andrés presentó los anillos y dijo: “Sé santificada para mí por este anillo, según la Ley de Moisés y de Israel”. Después llegó el momento del nisuim, bajo la jupá (o toldo nupcial, que simboliza la casa del novio). De esta manera, el novio la cobijó con el talit (manto ritual que simboliza la posesión). La pareja también debió completar y firmar el ketubah, el documento de consentimiento mutuo. Al terminar, el novio siguió la tradición y rompió la copa de vino con el pie, acto que significa la irrevocabilidad del matrimonio.

LA GRAN NOCHE. Un show de cirque ambient acompañó a los 220 invitados durante la recepción en el salón Versailles del primer piso del Palais Rouge, en Palermo. Luego, todos pasaron al segundo piso, donde los novios surgieron de una nube de humo y luego posaron con sus padres y hermanos.

La fiesta fue, esencialmente, una reunión de familiares y amigos de la pareja. Muy pocos famosos, entre ellos, los compañeros de Jorge en Mañanas informales –Ernestina Pais, Marcos Bicho Gómez –junto a su esposa, a punto de ser mamá– y Gastón Recondo –quien muy pronto será nuevamente papá–. Una banda hizo covers de Pink Floyd, U-2 y música disco, y los amigos de los novios armaron un video parodiando un programa de televisión. Más tarde llegó el momento de los shers (baile típico que se danza en ronda), para después pasar al plato principal: medallones de lomo al chef. ¿El postre? Una torre de brownie en salsa de frutos rojos, sin olvidar la mesa dulce, que contó con una rueda de casino.

PALABRA DE SUEGRO.Y bué… Se me casó la nena. Ella estaba en edad: tiene 31 años… ¡El que no estaba en edad de ser suegro era yo! ¡Todavía me siento joven!”, dijo entre risas Jorge Guinzburg, junto a su esposa, Andrea Stivel. “Y ni que hablar si en poco tiempo me hacen abuelo… Todos mis hijos –Soledad, Malena, Sasha e Ian– son bien distintos. ¿Cómo definiría a Sole: es la persona más optimista que conozco. Si cayera un misil sobre su casa y le destruyera el techo, ella exclamaría: ‘¡Qué bueno, ahora puedo ver el sol’”, remata el orgulloso papá, que deberá esperar quince días para volver a ver a su nena y a su flamante yerno, que ahora están de luna de miel en Cuba.

Sole, minutos antes de ir hacia el templo junto a su papá. El la acompañó por la alfombra roja hasta donde estaban el rabino Abraham Skorka y su flamante yerno.

Sole, minutos antes de ir hacia el templo junto a su papá. El la acompañó por la alfombra roja hasta donde estaban el rabino Abraham Skorka y su flamante yerno.

Después de cinco años de noviazgo y uno de convivencia, los novios pasaron el jueves por el Registro Civil de Olivos. El sábado por la tarde fue la ceremonia en el templo Benei Tikvá, y luego, la fiesta en el Palais Rouge.

Después de cinco años de noviazgo y uno de convivencia, los novios pasaron el jueves por el Registro Civil de Olivos. El sábado por la tarde fue la ceremonia en el templo Benei Tikvá, y luego, la fiesta en el Palais Rouge.

Una clásica foto familiar.

Una clásica foto familiar.

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