"Vine para quedarme -dice con la emoción filtrándose a través de sus palabras,
cerrando su puño derecho colmado de anillos y golpeándose el pecho como
reafirmando la promesa-. Quiero meterme en la historia del rock argentino."
Pablo Cordero -21, oriundo de Villanueva, Córdoba, y padre de Tomás (4)- nunca
olvidará la noche del sábado 14, cuando los jurados de Escalera a la fama lo
consagraron solista masculino del programa de Canal 13. Es que nadie imaginaba
de antemano que ese chico llegado último al casting se convertiría en el
ganador. "Tuve que pedir por favor para que me dejaran participar. Por suerte,
aceptaron y acá estoy", confiesa orgulloso. Y luego se defiende: "No soy un
músico instantáneo ni improvisado. Sé que voy a tener que lidiar con ciertos
prejuicios, pero también sé que cuando la gente me escuche, los voy a disipar",
arriesga seguro.
Estudió música desde los 10 años, toca el piano, compone sus temas y también se
anima a interpretar clásicos como New York, New York, hecho famoso por Frank
Sinatra, o Heal the world, por Michael Jackson. Pero existe una razón
fundamental, palpable, viva, que hizo que Pablo viera la música con otros ojos.
"La llegada de Tommy fue un clic. Comencé a tomarme la música como un trabajo.
Ahora cumplí parte de mi sueño. Voy a vivir de lo que me gusta, y ésta es la
vida que siempre quise compartir con mi hijo".
Después del programa le dio su primera entrevista a GENTE.
Junto a Pipa Mc Clean, su rival en la gran final, "coleccionando" corpiños de fans al estilo Sandro.
