Alicia Vikander es la actirz de moda en Hollywood. Su papel en La chica danesa le valió el Oscar a mejor actriz de reparto pero también fue su consagración definitiva entre los grandes.
“Siempre traté de interpretar personajes fuertes por su complejidad y la diversidad de sus emociones. Tuve la suerte de que los directores me invitaron a participar en esas historias”, dijo en referencia a ese papel.
Sus comienzos
De niña, su madre (actriz de teatro) la llevaba con ella cuando no conseguía babysitter y Alicia se dormía entre bambalinas. Ahí se sentía “en casa” y de pequeña actuó en algunas comedias musicales en Suecia.
Cuando su madre la llevó a ver El Cascanueces descubrió su primera gran pasión: el ballet. Un arte que comenzó a aprender desde muy pequeña y que practicaba con gran disciplina. A los 15 años fue admitida en el Real Ballet de Estocolmo. Pero una serie repetida de lastimaduras y heridas puso fin a su sueños, justamente cuando recibió una propuesta para participar en una serie de televisión.
“Fue como una iluminación, pues sentí algo aún más intenso de lo que jamás había experimentado bailando”, recuerda.
Sus primeros trabajos y la consagración
Fue elegida para el rol protagónico del filme Pure —la historia de una joven perdida que cae bajo la influencia de un director de orquesta manipulador—. Los dados estaban echados. Después de verla en esa película, el director danés Nicolaj Arcel la eligió para encarnar a la reina Carolina Matilde en A Royal Affair, sobre la pasión de la soberana por el médico de su marido, interpretado por Mads Mikkelsen, que provocó un escándalo en Copenhague, en el siglo XVIII. Un pequeño obstáculo, el filme era en danés… pero eso no la amedrentó. Alicia se instaló en Copenhague y aprendió el idioma en dos meses: un desafío y una proeza, y según el director, “una prueba de su increíble coraje”.
Una vez más, su actuación no pasó inadvertida y el británico Joe Wright la eligió para trabajar junto a Keira Knightley en Anna Karenina, en el rol de Kitty, una jovencita frívola e inconsciente que madura a lo largo del filme. Un nuevo reto, porque además de la complejidad del papel, fue el primero en inglés para ella, que consiguió hablarlo sin acento.
Luego de estas dos películas, las propuestas se sucedieron una tras otra, y si bien no todas son memorables, tuvo la oportunidad de trabajar con actores bien establecidos: Seventh Son, con Julianne Moore y Jeff Bridges; Testament of Youth, con Kit Harington (Game of Thrones), en la que interpreta a la feminista inglesa Vera Brittain; The Fifth Estate, filme sobre Julian Assange y el escándalo WikiLeaks, con Benedict Cumberbatch; Burnt, una comedia culinaria con el guapo Bradley Cooper; Son of a Gun, un drama carcelario con Ewan McGregor, y The Man from U.N.C.L.E., bajo las órdenes de Guy Ritchie.
Pero fue con Ex Machina, un filme de ciencia ficción en el que interpreta a un robot sensible y manipulador, y con The Danish Girl, que se desataron las alabanzas entusiastas de la crítica y del público.
Desde Vanidades
Alicia Vikander en la red carpet de los Oscar 2016. Foto: E!
