¿Por qué se llega a la anorexia y la bulimia? – GENTE Online
 

¿Por qué se llega a la anorexia y la bulimia?

Dijo Jimena Cyrulnik (26, conductora de televisión) durante el crudo reportaje ya publicado en
GENTE: "Brava enfermedad la anorexia. Como lo debe ser la bulimia. El primer paso es negarla. No voy a declarar que sentí morirme, intenté suicidarme o que no paraba de llorar, pero sí entré en un agujero feo. Y en el agujero caen adolescentes, secretarias, modelos, odontólogas, actrices, chicos, muchachos, maestros, empresarios, etcétera. Ni te imaginás la cantidad de personas que la sufren. Me motiva a hablar y enfrentarla. Una enfermedad gravísima a la que debemos superar sin temor. Yo le estoy ganando".

Dice Mabel Bello (60, creadora y asesora médica de ALUBA: Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia) durante el presente reportaje de
GENTE: "Lamentablemente Jimena tiene razón: la anorexia y la bulimia les pueden tocar a todos, más allá de la edad, el sexo, la profesión o el nivel económico".

Son la punta del iceberg, la carta de presentación, el reflejo distorsionado de un espejo auténtico, las caras de una moneda que abunda en cruces. Hablamos de los rostros y cuerpos conocidos, malos o buenos ejemplos, pero ejemplos mediáticos al fin. Los rostros conocidos tras los cuales se esconde, en este caso, un desorden alimentario que viene atacando sin anestesia y de forma progresiva a la población bajo dos nombres: bulimia y anorexia. "Resulta lógico -arriesga la médica psiquiatra Bello-.
Cuando son conocidos quienes padecen cierta patología, el tema empieza a tocarse mucho más que si se tratara sólo de personas anónimas". Y continúa: "Por otro lado, lo curioso es que varios de los que se inician en esas enfermedades quizá lo hacen para parecerse a quienes la sufren. ¿Se entiende?" Se entiende y lo corroboró Cyrulnik, afirmando que recién cuando se enteró a través de la madre que dos de sus admiradoras todo terreno habían tenido que internarse al perder peso por intentar parecérsele, en cierta manera tomó conciencia del problema. "Problemón", define la licenciada Bello, y arroja datos alarmantes que confirman otra grave realidad nacional:

- Cada semestre crecen un 100% las consultas espontáneas de los padres preocupados por saber si sus hijos de 3 a 10 años sufren bulimia y anorexia.
-1 de cada 10 chicos de 10 a 18 años sufre bulimia y anorexia.
- El 9% de la población femenina en edad escolar padece bulimia y anorexia, y el 26% un desorden alimentario.
- El 2% de la población masculina en edad escolar padece bulimia y anorexia, y el 12% un desorden alimentario.
- No existen estadísticas respecto de personas de 19 años en adelante -a partir de esa edad, por vergüenza, se esconde la patología-, pero sí cifras que sostienen que el 29% de la población argentina sufre de desorden alimentario, superando los números de naciones como Alemania, Polonia, Hungría, Italia, España, Gran Bretaña, Sudáfrica, Austria, Israel, China, Pakistán, Egipto…

Pero, ¿por qué semejante diferencia? ¿Acaso en el resto del mundo no existen paradigmas famosos? Existieron, existen y existirán. La lista por sí sola podría superar la cantidad de caracteres de que dispone este informe. Así que, para ilustrar, podríamos citar cinco casos puntuales, cuyas protagonistas -celebrities internacionales de distintos orígenes y características- demuestran la volatilidad de la enfermedad. Por ejemplo, la top model y cara de
Calvin Klein Kate Moss, estándar de belleza anoréxica, terminó hospitalizada y admitiendo: "Nunca le dediqué gran tiempo a pensar en la comida. Sabía que tenía que alimentarme y lo hacía, pero es un asunto aburrido. Por otro lado, que se me acuse de alentar una enfermedad tan seria siempre me molestó. Yo no promociono las heladeras vacías". Otra famosa es la princesa Lady Diana. En Gran Bretaña llegó a admitir que arrancó con problemas de bulimia durante 1982, cuando su matrimonio con Carlos comenzaba a enfriarse. "Yo estaba todo el día recorriendo el país, tratando de confortar a gente enferma, y cuando volvía a casa no había nadie que me confortara a mí. Entonces me llenaba el estómago y después vomitaba", declaró al mundo antes de morir accidentada.

Jane Fonda, emblemática figura hollywoodense y ex del empresario Ted Turner, reconoce que a lo largo de un cuarto de siglo luchó alternativamente contra la anorexia y la bulimia. "Tengo 64 años y recién en los últimos tres comprendí cuándo suficiente era suficiente", sostuvo quien en los 80 vendió a lo largo y ancho del planeta sus videos de gimnasia para ponerse en forma. Imágenes que los consumidores y destinatarios suelen imitar. Igual que millones de niñas y adolescentes intentaban imitar a las Spice Girls agotando de las góndolas compactos y merchandising, cuando dos de sus cinco integrantes, Victoria Adams y Geri Halliwell, sufrían la patología. Claro que apenas una lo admitió, no sin deschavar a la otra. "Sufrí desórdenes alimentarios. Yo estaba obsesionada con mi apariencia
-aceptó la mujer del futbolista inglés David Beckman-. Bueno, yo y Geri, que nos alentaba a sustituir las comidas con preparados
líquido
s", aseguró en su autobiografía. Uma Thurman, actriz del momento, fino y delgado estilo de belleza, quien posó para la campaña gráfica de Lancôme, reconoce mientras espera su segundo hijo de Ethan Hawke: "Desde que nació Maya a mediados del 98 sufro algo sicológico que me hace creer que tengo sobrepeso. Me veo gorda frente al espejo", pena.

"Mi explicación transita por distintos caminos", entiende Mabel Bello, mientras enumera los dos grandes motivos por los que una persona termina presa de la anorexia y la bulimia: 1) El individuo en sí, genéticamente condicionado a huir de la realidad y no afrontarla, que cae en actitudes depresivas por miedo a no ser aceptado. 2) La sociedad en sí, que expone la Campaña del cuerpo flaco. ¡Cuántas madres les prohíben los caramelos o el postrecito entero a sus nenes para que mantengan la línea! "A tal par de causas yo les añadiría una tercera -agrega-,
fundamental: la angustiante situación económica. El corralito, la desocupación, el dólar en las nubes, los sueldos por el piso y la ausencia de proyectos se trasladan al cuerpo. El sueño pasa
a 'ser parecido al otro'. ¿Por qué creés que en Villa La Cava hay tantas chicas con problemas de anorexia nerviosa? No por el hambre sino porque su único objetivo, sintiendo que el futuro que les espera no será de lo mejor, es parecerse a las figuras que descubren en las revistas, en el cine, en la televisión local".

Los ejemplos puertas adentro -o Argentina- también abundan, con la misma variedad de exponentes. Distintos casos para una idéntica enfermedad. Entre los más conocidos, resaltan otros cinco, tres ya bastante difundidos y dos bastante recientes. A saber: El de Nadia Fillol, la hija de Ubaldo (el arquero argentino campeón del mundo 1978), que empezó con trastornos alimentarios en el secundario y a los 15 inició un tratamiento para curarse de la bulimia. "Descubrimos la enfermedad de nuestra hija por los dedos de su mano. De tanto metérselos en la boca para vomitar los tenía terriblemente marcados", reconocieron sus padres. El de la actriz Romina Yan, quien pocos meses atrás se animó a contar cómo superó la anorexia. "En la tele, la exigencia de un cuerpo perfecto es fuerte. Muchas veces me lo hicieron sentir, en especial durante los primeros tiempos de Chiquititas, a los 14,
15
. 'Tenés que bajar, la ropa no te entra', me aconsejaban algunos. Fue terrible. Sufrí pero aprendí que es más importante vivir que ser flaca". Y el de la ex modelo Raquel Satragno, una de las damas más bellas del país dos décadas y media atrás, que recién a madura edad comprendió lo que había padecido: "Cuando me enteré de que existían estas enfermedades,
pensé
: '¡Caramba! Entonces fui ambas cosas: bulímica y anoréxica'. Resolví contarlo para que a otras mujeres no les sucediera lo mismo".

Entre las confesiones de las últimas semanas (aparte de la de Cyrulnik, detonante de la investigación en curso) resaltan los de Lara Bernasconi y María Susini. Bernasconi, 23, modelo, cuerpo marcado, look agresivo, señala: "Me enfermé cuando aún no era conocida. Recién llegada de Tucumán, enfrenté demasiados cambios y me faltó contención. Resulta difícil salir de la anorexia. Quizá estás bárbara y de repente te angustiás y perdés el hambre. Una enfermedad para no distraerse y vigilar de cerca. Aprendí a cuidar mi salud más que mi peso". Susini, de 25, cronista de
Siempre listos, por su parte, sostiene: "Hace dos años viajaba por todo el mundo haciendo notas, y el estrés me enfermó. Un día me autoprovoqué vómitos en el baño de un avión luego de comer. No paré de hacer macanas hasta que asumí que tenía bulimia. Se lo conté a mi familia y a mi novio y les pedí que me frenaran si me levantaba de la mesa para ir al baño. Aprendí que se puede bajar de peso alimentándote, con médicos serios y gimnasia adecuada".

Dijo Jimena Cyrulnik durante el crudo reportaje ya publicado en GENTE: "No podía comer. Se me cerró el estómago. En realidad, el candado del estómago lo tenía en la cabeza, que no me permitía ingerir lo necesario. Sufría mareos. Comencé a achicarme, bajaron los talles. Dejé de gustarles a los hombres. No sabés…".

Dice Mabel Bello durante el presente reportaje de GENTE: "Por algo en la última reunión de las ONG (Organizaciones No Gubernamentales)
asociadas a las Naciones Unidas, desarrollada en Corea hace un par de temporadas, se anunció que la tercera adicción mundial después del alcoholismo y la droga pasaron a ser la bulimia y la anorexia. Con el nuevo milenio, dejaron de limitarse a pocos. Llegó la hora de tomarlas de una buena vez como un problema serio".

por Leonardo Ibáñez
informes: María Noel Alvarez
fotos: Santiago Turienzo, Jorge Luengo, Diego Soldini, Aníbal Pérez y Archivo Atlántida
<b>Jimena Cyrulnik</b>, hace cuatro meses, la animadora comprendió que estaba enferma de anorexia. Ahora sigue al pie de la letra un tratamiento con nutricionistas y sicólogos. <b>María Susini</b>, en 1999, la cronista se dio cuenta de que sufría bulimia. Ahora les pide a su familia y a su novio que si la ven encerrarse después de comer, la detengan. <b>Lara Bernasconi</b>, cuando llegó sola a Buenos Aires desde Tucumán, la modelo se sintió desbordada y cayó en la anorexia.

Jimena Cyrulnik, hace cuatro meses, la animadora comprendió que estaba enferma de anorexia. Ahora sigue al pie de la letra un tratamiento con nutricionistas y sicólogos. María Susini, en 1999, la cronista se dio cuenta de que sufría bulimia. Ahora les pide a su familia y a su novio que si la ven encerrarse después de comer, la detengan. Lara Bernasconi, cuando llegó sola a Buenos Aires desde Tucumán, la modelo se sintió desbordada y cayó en la anorexia.

Desde Uma Thurman (Sufro algo sicológico que me hace creer que tengo sobrepeso. Me veo gorda frente al espejo"), hasta Kate Moss ("Nunca le dediqué gran tiempo a la comida. Es un asunto aburrido"), pasando por Lady Di ("Estaba todo el día tratando de confortar a gente enferma, y cuando volvía a casa no había nadie que me confortara a mí. Entonces me llenaba el estómago y después lo vomitaba").">

Desde Uma Thurman ("Sufro algo sicológico que me hace creer que tengo sobrepeso. Me veo gorda frente al espejo"), hasta Kate Moss ("Nunca le dediqué gran tiempo a la comida. Es un asunto aburrido"), pasando por Lady Di ("Estaba todo el día tratando de confortar a gente enferma, y cuando volvía a casa no había nadie que me confortara a mí. Entonces me llenaba el estómago y después lo vomitaba").

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