Todo el mundo quería que se embarazaran. Y al final, pasó. Nada de rumores tremendos, o muy pero muy ridículos. Esta vez, va fieramente en serio. El cliché está listo hace rato: será algo así como el bebé más lindo de Hollywood, o del planeta entero. Angelina Jolie y Brad Pitt debutan en esto de la paternidad, porque ella, a sus 30, ya tiene dos hijos adoptivos –Maddox, de 4, y Zahara, de 11 meses–, pero jamás dio a luz, y él –que ya firmó para ser el papá legal de los dos hijos de su chica– jamás se dio el gusto de cortar un cordón umbilical, o cambiar pañales a medianoche y todo eso, en sus 42 años. Es, por lo menos, excitante. Y para todos los paparazzi allá afuera, ni hablar. Claro, son la pareja más buscada. En fin: ¡embarazados!
Primero, Angelina se lo dijo a una trabajadora de caridad en la República Dominicana, donde está filmando The Good Shepherd, una de espías dirigida y protagonizada por Robert De Niro: “Sí, estoy embarazada”. Después lo confirmó Cindy Guagenti, encargada de prensa de Pitt: “Sí, está embarazada”. Así, sin más precisiones. Se sospecha que Angelina dará a luz este invierno, pero de casarse, nada. En fin, sólo quedaba hacerse ver…
Días atrás, Brad y Angelina volaron desde la República Dominicana hacia Puerto Príncipe, capital de Haití, invitados por Wyclef Jean –capo del hip hop nacido en la isla– para que chequearan la labor de su fundación Yele Haití, que algo de bien está haciendo entre tanta devastación. Para Angelina, embajadora de buena voluntad del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados) y acostumbrada a visitar zonas de catástrofe, esto es misión de rutina. Lo mismo para Brad, que acompaña a Angelina en sus asuntos hace un tiempo. Es más: hace no mucho, a Koffi Annan, secretario general de la ONU, se le preguntó si el galán supremo de Hollywood sería buen material para el mismo puesto que su chica. Annan, entre risas, dijo: “Lo voy a considerar”. Y en Puerto Príncipe, Pitt y Jolie visitaron los proyectos de educación y alimentación, protegidos por policías y guardianes de la ONU, en una ciudad sitiada por milicias armadas hasta la nariz. Vieron cómo los chicos recitaban poesía y bailaban, y Angelina dijo que con un poco de ayuda, Haití será un gran país. Pero de su pancita, que se notaba bastante, no dijo nada.
Aun así, en este guión tan feliz y todo sonrisas, hay alguien que queda afuera: Jon Voight, el legendario papá de Angelina. Resulta que Voight hace unos años calificó por tevé a su hija de ser un tanto inestable, y ella lo bloqueó de su existencia sin derecho a réplica. Ahora que va a ser abuelo, se enteró por la tele, como el resto del mundo. “Siempre estoy intentando ubicarla y mandarle mi amor. Ojalá que alguien me ayude y le diga que estoy realmente feliz por ella. Y ahora que va a ser mamá, me encantaría estar con ella en este momento”, dice Voight.
¿Un nombre para el bebé? Se dice, se comenta, que si sale varón, será William. Nada de esos nombres largos y extraños que estilan las celebrities para sus hijos, sino uno bien tradicional. Y de acuerdo con la tradición: se llamará como Brad –William Bradley Pitt, su nombre completo–, y el padre de Brad. Un signo de normalidad, sin duda. Bueno, eso es lo que Angelina siempre quiso: una familia bien normal.
Brad y Angelina en Puerto Príncipe, la capital haitiana, visitando la misión de la fundación Yele Haiti, del músico Wyclef Jean. Si es varón, ya tiene nombre: William, como el primer nombre de papá Pitt.
Junto a Naomi Georges, una alumna de la escuela Inmaculada Concepción, de Puerto Príncipe, en donde escucharon a los chicos recitar poesía, entre otras cosas. Eso sí, de la incipiente pancita, no comments.
