La prensa francesa ya lo llama “Monsieur Anderson”. Luego de su casamiento con Pamela, la conejita más famosa de todos los tiempos, Kid Rock volvió a ser una presa codiciada por los paparazzi. Pero el músico (republicano, declarado defensor de la política bélica de George W. Bush) no se lleva del todo bien con los flashes: cada vez que lo sorprenden, levanta sus dedos mayores en un gesto que se pretende obsceno. O simplemente le da la espalda al lente mostrando su tatuaje de un águila con la leyenda American Bad Ass. En otro plano, la recepción de Ira de Furstenberg reunió a lo más top de Mónaco. Y el príncipe Alberto, todo un experto en fiestas, no quiso perderse semejante celebración. Sin embargo, el soberano sorprendió a todos cuando llegó al hotel Hermitage de la mano de la bellísima Charlene Wittstock (28), nadadora olímpica de Canadá.
El marido de Pamela, enojado
Kid Rock y su polémico tatoo
Alberto y Charlene… ¿blanquearon?