“Pienso en mi hijito y el dolor no se acaba” – GENTE Online
 

“Pienso en mi hijito y el dolor no se acaba”

Perder un hijo es una de las cosas más difíciles de superar para un hombre. Es un momento duro, triste e inentendible. Pero sólo cuando se consigue aceptar el dolor se encuentran fuerzas para mirar el futuro con esperanza…” (proverbio chino).

Para Martín Palermo (31) y Lorena Barrichi (30) no hay consuelo. La vida les dio un golpe tan duro que sólo lo podrán borrar con el amor que se tienen, la ayuda de sus seres queridos y el tiempo. El jueves a la madrugada, su hijo Stéfano, de 29 semanas de gestación y 500 gramos de peso, cerró sus ojitos para siempre luego de permanecer dos horas en una incubadora de la clínica CEMIC. Después de seis meses de embarazo, la esposa del goleador de Boca sufrió una serie de complicaciones y el miércoles fue internada de urgencia. Santiago Rippold, el jefe de Ginecología y Obstetricia, decidió que lo mejor era adelantar el parto por cesárea para intentar salvar al bebé. Y a pesar de que el neonatólogo Martín Valdez no se despegó de Stéfano, la lucha fue inútil.

Coco, quiero jugar igual”, fueron las palabras que Palermo le dijo al técnico después de hablarlo con Lorena. Y Basile no dudó: “Martín, hacé lo que tengas ganas. Si querés venir, vas a ser titular, pero eso queda en vos”, le respondió el técnico de Boca por teléfono. Y el sábado a las diez de la noche el delantero ingresó al hotel Intercontinental, donde recibió el cariño y el apoyo de todos sus compañeros. “Llegó después de la cena, y cuando nos vio se largó a llorar como un chico. Aunque no parezca, Martín es uno de los tipos más sensibles que hay en este plantel. Si siente algo, no lo puede ocultar. Después se fue a la habitación con Guillermo (la 601) y se quedaron hablando hasta tarde”, le contó a GENTE uno de los integrantes del plantel xeneize.

El domingo, ni bien pisó el césped de la Bombonera, fue recibido con una ovación por parte de la hinchada. “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir/ los goles de Palermo que ya van a venir” y “Martín, querido/ La 12 está contigo”, fueron los mimos por parte de todo el estadio, que estalló cuando el goleador marcó dos de los tres goles que Boca le convirtió a Banfield. Después del segundo, miró al cielo y abrió sus brazos: “Creo que sintió que Stéfano lo estaba mirando y se los dedicó a él. Como lo conozco muy bien, desde la platea me dio esa sensación. Pero sólo Martín sabe lo que pasó por su cabeza en ese momento”, cuenta uno de los amigos de la pareja, que los acompañó en sus momentos más difíciles, como cuando –en mayo de 2004– Lorena estuvo cerca de la muerte tras sufrir un accidente cerebrovascular.

Justo después de esa recuperación, Martín y Lorena decidieron volver al país y planear su casamiento, que se concretó en diciembre de 2005. Dos meses más tarde confirmaron lo que venían buscando: estaban embarazados. En cuanto se enteraron de que iban a tener un varón eligieron el nombre y comenzaron a prepararle su cuarto en la casa del barrio de Palermo. “Eso va a ser muy duro: volver y ver la habitación que le estaban preparando a Stéfano... Ahora es cuando tenemos que acompañarlos y no dejarlos solos, sobre todo a ella”, cuenta otro amigo cercano.

Si bien Martín pudo descargarse el domingo con sus gritos de gol, al finalizar el partido dejó el estadio sin hacer declaraciones. De allí, directo a la clínica, para pasar la noche junto a su señora. “Entró y lo primero que hizo fue abrazar a Lorena y largarse a llorar con ella. Están viviendo un momento muy duro. Martín es un tipo muy sensible, y esto lo conmovió como a cualquier papá que pierde un hijo. Es más, en la clínica se cruzó muchas veces con bebés recién nacidos y los miraba como si nunca hubiese visto a ninguno, a pesar de que tiene a Ryduán, su hijo de 9 años… Pero si hay algo que él sabe es salir de las adversidades. Y no tengo dudas de que ésta también la va a pasar, y que dentro de poco vamos a tener un nuevo integrante en la familia”, le dijo a GENTE uno de los familiares del jugador. Y enseguida repitió las conmovedoras palabras de Martín: “‘Pienso en mi hijito y el dolor no se acaba’, me decía una y otra vez, y seguía llorando como un chico”.

El lunes, cerca de las cuatro de la tarde, la pareja volvió a su casa. Salieron por la puerta trasera de la clínica, para evitar el acoso de los flashes y las cámaras de televisión. Martín subió a la parte trasera del auto, abrazó fuerte a Lorena y la besó de la misma manera que cuando la fue a buscar al hospital, en España, después del accidente. Es que sólo ese amor que se profesan mutuamente, el mismo que los llevó a estar juntos durante seis años, los ayudará a superar este mal momento y entender que, al igual que en el fútbol, la vida siempre da revancha.

Pese al drama, y a que obviamente no se entrenó durante la semana, Martín le pidió a Basile poder estar en el debut de Boca en el Torneo Apertura. Y aunque la rompió dentro de la cancha, su corazón estaba en otro lado.

Pese al drama, y a que obviamente no se entrenó durante la semana, Martín le pidió a Basile poder estar en el debut de Boca en el Torneo Apertura. Y aunque la rompió dentro de la cancha, su corazón estaba en otro lado.

Basile abraza a Martín luego de su reemplazo a los 34 minutos del segundo tiempo, y el Nueve rompe en llanto. Después se quedó en el banco con su cabeza en otra parte.

Basile abraza a Martín luego de su reemplazo a los 34 minutos del segundo tiempo, y el Nueve rompe en llanto. Después se quedó en el banco con su cabeza en otra parte.

Martín y Lorena en épocas felices que, sin dudas, lograrán recuperar.

Martín y Lorena en épocas felices que, sin dudas, lograrán recuperar.

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