“Para los mexicanos soy la mujer del actor más guapotote” – GENTE Online
 

“Para los mexicanos soy la mujer del actor más guapotote”

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El viernes hizo un ruego: que en la producción de Sos mi vida le dieran lunes y martes libres. Y no bien le dijeron que sí, sacó el pasaje, empacó y al día siguiente aterrizaba en el Distrito Federal para sorprender a su marido, el nuevo sex symbol mexicano.

Así son las cosas hoy entre Diego Olivera y Mónica Ayos: visitas exprés, escapadas apasionadas y el fugaz regreso a casa de él para reencontrarse con su esposa y sus hijos. Están separados por diez horas de vuelo: él en México, ella acá, en la Argentina. Culpa del trabajo, de las ganas de crecer en lo suyo… Y la llevan más que bien. Porque desde que se instaló en el DF para grabar Montecristo en TV Azteca, Olivera consiguió éxito, prestigio, popularidad y fama de sex symbol latino. “Tengo algo que ver con ese look que hoy tiene –comenta orgullosa Mónica a sus amigas–. Cuando lo conocí llevaba el pelo corto y vestía remeritas de marca. De a poco fue cambiando esa onda prolijita por otra más casual: pelo largo, barbita de dos días, muy sexy…”.

Mónica se quedó, decíamos, por sus buenos motivos: es la mejor amiga de Natalia Oreiro en Sos mi vida, la novela de mayor rating, ensaya todas las noches Doña Flor y sus dos maridos (obra teatral que se estrenará en Mar del Plata este verano) y, como si fuese poco, debutará en el cine con su primer protagónico de la mano de Sergio Renán, nada menos.

Pero volvamos al reencuentro: llegó Ayos, inesperadamente. Y Diego, una vez más, murió de amor. El sábado la llevó a conocer Cuernavaca, una ciudad alucinante a una hora del DF, a bordo de un auto con chofer incluido (Héctor, su nombre) que le puso la productora. El domingo recorrieron a pie y de la mano lugares históricos de la capital. Luego, ella lo acompañó al súper y regresaron al condominio de cinco ambientes que es el hogar de Diego en México.

El lunes fue día de grabación. Diego le presentó a todos sus compañeros de trabajo y Mónica estuvo ahí, a su lado, como más le gusta. El martes por la noche se despidieron y el miércoles por la mañana ella aterrizaba en Ezeiza. Entonces, decía: “Estoy orgullosa de Diego. Está genial en su papel y ya lo reconocen en todo México. ¿Celos? No. Me encanta saber que no soy la única que lo ve como un sex symbol. Allá no soy Ayos, soy la mujer del actor más guapotote (risas), y eso está buenísimo…

Se sabe: que el definitivo regreso de Diego será a fin de año, que el 3 de octubre ella comenzará a rodar en San Luis su primer film junto a Sergio Renán y que mientras tanto sus hijos (Federico y Victoria) viajarán a México para estar con papá y que –por dos meses más– seguirán así, escapándose de vez en cuando, para mantener la pasión, pese a los ocho mil kilómetros que los separan.

Ayos viajó por 96 horas para estar con la nueva estrella mexicana: su marido. Olivera le presentó a todo el elenco de Montecristo, a los directivos de TV Azteca y la llevó a conocer la ciudad de Cuernavaca.

Ayos viajó por 96 horas para estar con la nueva estrella mexicana: su marido. Olivera le presentó a todo el elenco de Montecristo, a los directivos de TV Azteca y la llevó a conocer la ciudad de Cuernavaca.

“<i>Estoy orgullosa de Diego. Está genial en su papel y ya lo reconocen en todo México. ¿Celos? No. Me encanta saber que no soy la única que lo ve como un sex symbol</i>”

Estoy orgullosa de Diego. Está genial en su papel y ya lo reconocen en todo México. ¿Celos? No. Me encanta saber que no soy la única que lo ve como un sex symbol

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