Parece la pintura fresca de un paisajista, el final perfecto de un culebrón, la imagen avasallante de un catálogo, el epílogo feliz de un film romántico: cielo celeste mar, mar celeste cielo, arenas blancas que imitan a las arenas bla
ncas del Caribe, soñada chacra marítima color ocre de fondo, crepúsculo colorado-amarillento al mejor estilo Lo que el viento se
llevó, y en el medio de la nada y del todo, ellos. Nada menos que ellos, Florencia Raggi (31, "diosa" -según quien escribe las modestas presentes líneas- desde el dedo gordo del pie hasta el extremo norte de su sombrero cowboy), Nicolás Repetto (45, "adonis" -según las fisgonas que no paran de transitar a su alrededor- desde el dedo gordo del pie hasta su peinado hacia atrás onda engominado) y Renata (3) y Francisco (1), los frutos de una relación que superó los ocho años de amor.
-Fotos, sí. Preguntas, no -se excusan ante el periodista con la intención de preservar el momento.
-Pero...
-Dale, dejanos disfrutar las vacaciones -redoblan la negativa.
Habrá que contarlo entonces. Contar que el veraneo de estas cuatro almas (dos menores, dos mayores) entre La Barra y José Ignacio conserva la armonía que muestra. Porque su pequeño mundo incluye caminatas de mañana, mediodía y de tarde, almuerzos frugales y cenas suculentas, sesiones de ejercicios caseros, visitas a y de amigos (en especial, Alan Faena y Leticia Brédice, con quienes brindaron el 31 de diciembre por la noche), picnic playero -vianda incluida- luego de domar los médanos sobre el cuatriciclo rojo y, fundamentalmente, diversión en familia; interprétese construcciones en arena y chapuzones generales dentro de las lagunitas que forma la marea temprana.
Pleno instante de intimidad: Florencia y Nico juegan con sus chicos, Renata y Francisco, y gozan la tarde al sol.
Atardecer de un día sereno. Nico y Francisquito luego de cargar arena y chapotear. Distintas generaciones de "matadores". Para ellos baila en la playa Florencia, una mamá súper.