El frío de agosto de Buenos Aires se mete por los recovecos de La Trastienda. Es hora del almuerzo y tres integrantes de Once Tiros comen en la antesala del local donde casi todos los días hay un show. Gente Online los espera pacientemente, sabe que la jornada de entrevistas comenzó temprano en Cuál es?, el programa radial de Mario Pergolini, y que, seguramente, los tendrá respondiendo a las mismas preguntas todo el día.
Cuando el almuerzo termina, sugieren hacer la nota afuera, para poder fumar unos cigarrillos Nevada. Allí están Santiago Bolognini y Bruno Andreu, guitarristas, y Pablo Silvera, cantante. Esto es lo que dijeron.
–Hace unos años hubo una “uruguayización” del rock en la Argentina. Ahora que bajó la marea, ¿qué sensación les queda?
–Santiago: Eso pasó porque primero hubo un boom de rock en Uruguay, que hizo que un montón de bandas la pegáramos, que trabajásemos más. Luego se trasladó a la Argentina. Pero para llegar a ese momento de furor, tuvimos que venir a tocar mucho antes, haciendo las cosas muy de a poco. Ese éxito no es definitorio en nuestra carrera.
–Bruno: La razón para venir a la Argentina es, en general, la necesidad de profesionalizarse. En Uruguay, pese a esa explosión, y si bien mejoraron las estructuras, todavía no existe una movida fluida. Fue como una moda que estalló. Acá se maneja con otro respeto al rock.
–¿Cómo son las cosas para ustedes en su país?
–Pablo: Allá es saturable. Es lógico que algo que explota tan rápido, puede bajar de la misma forma, y que se tome su tiempo para volver. Es por etapas, no es algo continuo. La Argentina como tiene mucha gente, reparte bien para varios géneros. Cada banda, si trabaja correctamente, puede desarrollarse. Si el rock está al mango, ocupa la radio, ocupa todo. Pero tampoco fue que de un día para el otro la Argentina empezó a investigar qué pasaba allá. Nosotros venimos trabajando hace mucho, en un laburo de hormiga y bandas como No te va gustar y La Vela Puerca fueron abriendo un camino.
–Yendo hacia atrás en el tiempo, ¿recuerdan los primeros shows en los que el público dejó de ser solamente el grupo de amigos?
–Santiago: Sí, tocábamos mucho en la parte de abajo de Índigo, un boliche que tenía tres pisos. Nos iban a ver nuestros amigos hasta que de un toque para el otro empezó a caer gente que no conocíamos, y ahí se empezó a armar el público.
–Pablo: No teníamos un disco, ni difusión, nada. Cambió con el primer álbum, –Parvadomus, de 2002–, que cayó justo cuando todo el mundo se puso la camiseta de la música uruguaya. Se empezó a poner plata, a apostar. Íbamos a tocar al interior del país, con estructuras que todavía no estaban preparadas para un toque de rock
–Bruno: Sí, y una vez que recorrés Uruguay dos veces, tenés que cruzar a la Argentina, no hay otra. .
–¿Cómo fueron los primeros shows en Buenos Aires?
–Pablo: Tuvimos buena suerte, creo.
–Bruno: Sí, pero el primer toque fue heavy, en el Salón Pueyrredón.
–Santiago: Te sorprendía que al principio eran dos o tres personas, pero después había un grupo de 50 que sabía las canciones, lo cual para nosotros ya era un disparate. Porque no había internet, ni facebook, ¡ni fotolog! Entendimos que teníamos que venir para seguir en carrera.
–¿Qué representó el disco “Momento extraño” en su carrera?
–Pablo: Fue el álbum que pudimos grabar en las condiciones y los estudios que queríamos y con una persona como Cristian Algarañaz. Se registraron las dos guitarras, el bajo y la batería al mismo tiempo, aprovechando uno de nuestros fuertes que es el hecho de tocar en vivo. En la placa quedó plasmada esa fluidez. Es el disco con el que estamos más contentos. Es el que ponés y explota. .
–¿Qué obstáculos pudieron superar a través de los años?¿Qué ya no les sucede y les alegra que así sea?
–Santiago: Por suerte, podemos evitar a ciertos bolicheros que se aprovechaban de nuestra inexperiencia. Me viene a la mente un toque en el que nos dieron unos canelones vencidos en parte de pago, una cosa espantosa, y terminamos todos descompuestos. Otra vez, mucho antes del primer disco, nos dijeron que fuéramos al rosedal, que es como un parquecito, porque nos iban a mandar unas pizzas. Y nos quedamos esperando ahí y ¡jamás llegó nada! Jaja.
–Pablo: Claro, “andá a la plaza que ahora te llega la comida”. ¡Y nosostros fuimos! Nadie sospechó nada.
Bruno: Quedó para la historia. Ahora cuando algo demora decimos: “¡Andá a buscarlo al rosedal!”.
–Están preparando material para un nuevo trabajo, ¿de qué se trata?
–Pablo: Estamos haciendo canciones nuevas. No somos una banda que piensa en hacer un disco temático, pero capaz que terminamos la nota y decimos “vamos a hacer un disco temático”. No somos de analizar lo que hacemos. Tocamos las canciones que nos gustan y con las que nos sentimos cómodos.
–Santiago: No podemos definir por dónde viene todavía. El fuerte nuestro es el vivo y la energía. Esa veta siempre va a estar presente. .
–¿Cómo sigue Once Tiros después de 10 años?
–Santiago: Todavía no empezamos. Igual al futuro lo vemos mejor que nunca, pero en vez de pensar en el futuro lo vamos haciendo en cada momento.
–Pablo: “Estamos terminando de definir el prólogo”. Te gustan esas frases eh, estás poeta hoy.
–Santiago: Sí, tenés razón, hoy estoy poeta.
Show: viernes 21 de agosto a las 21 en La Trastienda, Balcarce 460, Capital Federal.
Más información: Página oficial de Once Tiros.
Pablo Silvera, cantante, Martín Maristán, baterista, Santiago Bolognini, guitarrista, Bruno Andreu, guitarrista, Juan Lerena, bajista, Ignacio Piñeyro, saxofonista, Lucas Lessa, trompetista, y Andrés Tato Bolognini, Percusionista.
Su disco más reciente, editado en Uruguay en 2007, es el trabajo más acabado del grupo.
