«Nos usan para encubrir a alguien muy poderoso» – GENTE Online
 

"Nos usan para encubrir a alguien muy poderoso"

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Pablo Martín Belluscio fue liberado. Mutilado, tras 43 días de encierro. El
martes 4, sus captores lo abandonaron en el partido de Benavídez, frente al
barrio privado Santa María de Tigre. La suma pagada por su rescate -arrojado
desde un tren en marcha- no trascendió a la prensa, aunque se presume que oscila
alrededor de los 147 mil dólares. La herida que le produjo la amputación de su
dedo índice ya había cicatrizado. "Pablo está bien, fue bien cuidado e incluso
(sus secuestradores) le dieron una inyección antitetánica"
, declaró entonces la
fiscal de la causa, Rita Molina. Horas después, el gobernador Felipe Solá
declaró: "Esta es la gran noticia del día".

DOLOR DE PADRE. "Acá no hay nada que festejar. Tuvimos que pagar rescate y a
Pablo le cortaron un dedo. ¿Qué están festejando, se puede saber? Primero dicen
que hay un policía preso. Después no. Hasta el propio Presidente sale a
reconvenirlos (sic). Eso es algo espantoso. Estamos pagando, premiando porque
mutilaron a Pablo. Aunque sea, hubiese aparecido el dinero rápido. ¿Qué pasó con
el rescate? Con esa plata ya estarán comprando más armas para hacer otros
secuestros…
". Las palabras de Gustavo Belluscio repiten el tono de su último
e-mail: tristeza y bronca. El arquitecto -a quien sus amigos definen como un
hombre "transparente y bohemio"- espera y exige respuestas. ¿Adónde está el
dinero que junto a su ex esposa, Marlene, pagó como rescate? ¿Por qué, horas
después de la liberación de Pablo, distintas autoridades nacionales y
provinciales aseguraron que habían detenido a un oficial de la policía
bonaerense que había tenido participación en el secuestro y luego se desdijeron?
¿Quién cortó el dedo índice derecho de su hijo con precisión quirúrgica?
Indignado, Gustavo Belluscio apunta al ministro de la provincia de Buenos Aires,
Juan José Alvarez, y a la bonaerense.

HABLAN LOS DETENIDOS
. Ocho personas fueron detenidas luego de la liberación de
Pablo. La Justicia estudia hoy sus grados de participación en el secuestro. Sus
nombres son: Luciana Díaz, Catalina Senna, María de los Angeles Grosso,
Francisco Senna, Javier López, Oscar Villagra, Luis Alberto Sarrachini y Marcelo
Senna. Juntos, enviaron a GENTE un escrito con su descargo: "Estamos presos
porque somos gente que vivimos en un barrio humilde y somos marginados y nadie
nos escucha
-aseguran-. Nuestros nombres fueron publicados en todos lados
tratándonos de delincuentes. Nos acusan de ser delincuentes con un amplio
prontuario y de ser los secuestradores de Pablo Belluscio. ¡Eso no es cierto!
¡No tenemos nada que ver con el secuestro del que se nos acusa! Se está
cometiendo una gran injusticia. Mientras, los verdaderos secuestradores se
encuentran gozando de sus libertades y del dinero que han pagado por el rescate.
Se está involucrando a gente inocente. Dejándonos en esta situación, nos hace
pensar que se está encubriendo a alguien muy poderoso. Los verdaderos culpables
tienen que estar tras las rejas. Entendemos el sufrimiento que vivieron y viven
los padres de Pablo Belluscio. También nosotros tenemos familiares, padres e
hijos que están sufriendo mucho. No queremos que pase con nosotros lo que pasó
con el caso Echarri. Ahí también detuvieron durante mucho tiempo a gente
inocente. Necesitamos, deseamos y pedimos… por favor, que se encuentre a quienes
están atrás de todo esto. Somos inocentes"
.

El lunes 10, los familiares de los detenidos quisieron manifestarse en la puerta
de la Fiscalía Federal de San Isidro. Entonces, la fiscal Rita Molina salió al
cruce: "Vengan adentro de la fiscalía. No quiero circo acá en la calle", dijo. Y
los recibió en su despacho.

TRAS LA PISTA DE LALA. Por lo bajo, los investigadores de la causa reconocen que
entre los detenidos sólo hay "perejiles" o "periféricos". Y confirman que
algunos recobrarán su libertad en las próximas horas. Hoy, los detectives están
tras la pista de Horacio López, un hombre de 33 años con antecedentes penales a
quien ya declararon prófugo. Se especializa en robar casas, y todos en el barrio
San Cayetano, en San Isidro, lo reconocen bajo el seudónimo de Lala. Es el
hermano mayor del detenido Javier López. Sería uno de los cabecillas del
secuestro de Belluscio. Otro de los objetivos de la investigación es Ana María
Armoa, una tarotista de 40 años -también apodada Lala- que se encuentra prófuga.
Los vecinos la reconocen como la encargada de practicar abortos y de curar a los
delincuentes que llegan heridos al barrio. Y la señalan como amante de un tal
"inspector Medina", oficial que trabajaría en la DDI de San Isidro… Según las
pesquisas, Armoa estaría implicada en la amputación del dedo de Belluscio.

INSEGURIDAD E IMPUNIDAD. Ariel Strajman -secuestrado el 16 de octubre de 2002-
fue el primero en padecer la amputación de uno de sus dedos, tremenda brutalidad
que hoy practican distintas bandas de secuestradores. Luego de su liberación,
sus captores (N. de la R.: reconocidos como "la banda de los patovicas") pronto
fueron encarcelados. Sin embargo, Strajman en la actualidad tiene como vecino,
en su mismo barrio -Villa Urquiza-, a Juan Alberto Sommariga, el líder de la
organización que lo secuestró y mutiló, quien goza del beneficio de arresto
domiciliario. "Tendría que estar encerrado, pero todos lo ven por la calle,
paseando o haciendo compras",
jura Strajman. El domingo 9, el secuestrado
Leopoldo Andrada, de 66 años, fue liberado por sus secuestradores después de 56
días de encierro. El hombre, extrañamente reconocido como "el padre del narco",
recuperó su libertad luego de que su familia pagase dos rescates: el primero en
Luján y el segundo -en el que los secuestradores exigieron armas- en San Andrés
de Giles. Aquella misma mañana, el presidente Néstor Kirchner denunció haber
recibido amenazas contra su familia. Mientras la investigación por el "caso Belluscio" sigue su curso, el jefe de la Brigada Antisecuestros, Angel Casafuz,
fue denunciado por enriquecimiento ilícito desde la División de Asuntos Internos
de la bonaerense. Según la acusación, Casafuz tendría tres embarcaciones cuyos
valores sumarían 500 mil pesos, ocho automóviles y una empresa distribuidora de
café que habría omitido en su declaración jurada. La investigación está en manos
del fiscal Víctor Violini.

Pablo Martín Belluscio ya está de regreso en su casa. Sin embargo, su pesadilla
no terminó. Con razón y coraje, su padre insiste con su reclamo por justicia y
una mayor seguridad "para todos". El domingo 9, sus compañeros de equipo de roller-hockey celebraron su liberación con petardos y bombas de humo en la
cancha central de Perú Beach. Y desplegaron una bandera con la leyenda "CAT is
back, Turbo is in the house
" ("CAT -tal el nombre del equipo- está de vuelta,
Turbo -apodo de Belluscio- está en casa").

Más allá de la comprensible alegría de las víctimas y de sus seres queridos por
la liberación, las autoridades deben saber que el padre de Pablo tiene razón: no
hay nada que festejar. Porque no es posible una sociedad que nos obliga a
agradecer el hecho de estar vivos. Porque es hora de acciones y no de discursos.

Mutilado, Pablo Belluscio recuperó su libertad el martes 4 último, luego de 43 días de encierro.

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Ocho adultos fueron detenidos. Hoy la Justicia analiza su responsabilidad en el secuestro.

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