El miércoles, a eso de las 20 horas, Carolina Pampita Ardohain se fue a comprar un iPod a Macstation -un emporio de chiches techno en Barrio Norte- para escuchar tranquilita sus mp3. Ahí, casualmente, estaba Martín Barrantes (33). El local, digamos, no es muy grande. Encontrarse era inevitable. Se saludaron con un beso en la mejilla, de estilo cordial, y listo. Partieron. Su ex marido tenía cosas que planear. El evento, precisamente, se llama Copa Delta Airlines Polo on Snow 2005, en Las Leñas, auspiciado por GENTE y Movistar. Y lo armó Martín. Claro, un match en la nieve, como los hacen en Saint Moritz, no es cosa fácil. "Un desafío muy grande", define él. Cuarenta petisos viajaron desde La Pampa. Para colmo, el clima no ayudó demasiado. Pero Barrantes está contento, tranquilo. Fueron amigos, para darle un rato al taco, como Martín Zorreguieta, hermano de Máxima -también separado de su mujer, Mariana Andrés, hace unos meses- o Giuseppe Vianini. Un elegante copetín en el hotel Virgo, con ensalada de radicchio rosso, quesos y tinto, y a jugar, en equipo de a tres, con pelota naranja -así se ve mejor- y algunos chukkers menos. Está contento, tranquilo, por otras cosas. Como frente al duelo que se da tras una separación. El lo inició hace dos meses. Ahora, termina.
-¿Sentís que volvés tranquilo a la soltería, que ahora las cosas están bien?
-Todas las relaciones cuando se acaban tienen algo de triste… Fue mucho tiempo el que pasamos juntos con Carolina. Pero ahora no siento nada, estoy bien.
-¿Qué pasó realmente? ¿Cuál fue la causa?
-Los dos somos personas muy independientes. Fue el desgaste natural de una pareja.
-Siempre sostuviste que no hubo terceros en discordia. Después apareció Benjamín Vicuña.
-No, mirá, eh, ya te dije que de eso no hablo.
Es cierto. La mención de Benjamín Vicuña, el actor chileno que ahora sale con su ex mujer -se dice, se los vio juntos-, lo descoloca un tanto, no le agrada todo lo que se dijo y se imprimió. Más aun a sabiendas de que el 1º de julio Pampita y Vicuña se fueron juntos a ver a De La Guarda al Centro Cultural Recoleta. El pequeño vendaval de la separación aún no era cosa pública. Su reacción es comprensible… Sin embargo, Barrantes está aprendiendo a encontrarle el costado bueno a la soltería.
Barrantes hoy, combinando polo y negocios. Y a caballo en la nieve, con el taco.
