Promocionaba su primer disco, Inalcanzable. Buscaba el éxito. Estaba enamorada y
en pareja. Todo eso, fue. Fue hace un año ya. Quedó atrás. Hoy Lola Ponce (22) alcanzó su sueño: instalada en Italia, es la protagonista de la versión italiana de la ópera
rock Nôtre Dame de París, un fenómeno que vieron más de 8 millones de personas en el mundo. Pero… la chica éxito está sola. Mariano Martínez, a quien conoció cuando era uno de los galanes más promisorios de la televisión, el hombre que afirmaba amarla como nunca a nadie, con quien sostuvo en los últimos meses un romance vía mails y teléfono, anunciaba en Buenos Aires que habían cortado la relación, que los había separado la distancia. Acto seguido, el galán se dejó ver junto a su nueva chica: Marcela Kloosterboer, su compañera en
Son amores.
Ella regresó por cinco días. Y de vuelta en el país, instalada en su Rosario natal, habla por vez primera…
-Lola, ¿creés que puede llegar a haber un segundo capítulo con Martínez?
-No sé qué es lo que puede pasar con Mariano en el futuro, no lo pienso.
Ahora oficia de guía turística por la ciudad que la vio nacer: "Y esto, bueno, esto es Capitán Bermúdez". Lo dice con orgullo, respirando hondo el aire de su tierra. Lola Ponce va al volante, toma la rotonda de la plaza principal y señala: "La parroquia, y al lado, mi colegio. Y seguimos por esta calle, Rosales, y allá, esa de rejas blancas, esa es mi casa". La tarde tiene el sabor del regreso. Se baja del auto y corre descalza hasta la esquina, frente a la plaza. Reconoce en cada rincón algo de su infancia, de las tardes entre amigos, del "cuando sea grande quiero ser…".
Cantante, ese fue su primer sueño de chica. Y en Italia lo hizo a lo grande. Adorada por el público y la crítica, esta argentina nacida en Capitán Bermúdez, Santa Fe, se convirtió en Esmeralda, la sensual gitana de la historia de Víctor Hugo. El martes 1º, Lola regresó a la Argentina para disfrutar de un merecido descanso junto a los suyos (y los suyos hoy son: mamá María, papá Héctor y sus hermanos Alejandro y Claudia). Es que Lola ya no sabe cuándo volverá a caminar descalza por las calles de su pueblo. Por eso quiere disfrutar cada minuto.
-¿Acá empezó el sueño?
-Acá mismo y desde bien chiquita. Vengo de una familia de músicos: mi abuelo tocaba el bandoneón en la orquesta de Osvaldo Fresedo, y con mi hermano Alejandro teníamos un grupo de folclore y llegamos al Festival de Cosquín.
-¿Y cómo fue el regreso, después de más de cuatro meses sin pisar la Argentina?
-Fue la gloria. Apenas bajé del avión, en Rosario, me estaban esperando todos. Hubo almuerzo a lo Benvenutto, todos hablando al mismo tiempo, haciéndonos mimos. Y después, empecé a tocar los timbres, fui a ver a Corina y Sabrina, mis mejores amigas, a encontrarme con mi gente.
Así ven a Lola en Europa, donde triunfa como actriz y cantante.
A orillas del Paraná, en el pueblo donde nació en Santa Fe, cuenta su última charla con Mariano Martínez y asegura que está sola.
