Antes de ser actriz, Bárbara Lombardo (25) hizo de todo para sobrevivir. Trabajó en la tintorería de su familia, armó ferias de ropa, fue promotora de productos bancarios, vendedora de cualquier cosa, y hasta incipiente estudiante de Derecho. Pero un día dejó todo y se decidió a seguir su vocación postergada: actuar.
El camino no fue fácil. Se preparó estudiando teatro y canto y tomando clases de yoga y expresión corporal. Luego fue a todos los castings que pudo, y le llegó su oportunidad en 2003, cuando interpretó a Vanina en Resistiré. Aunque el personaje que la convirtió en popular fue el de Pilar, esa chica de clase alta que se enamoró de Leo, el hijo mecánico de Tito Roldán. Hoy también es Lourdes en Doble vida, donde llora y sufre casi todo el tiempo.
Ahora Bárbara sonríe cuando llega el momento de hablar de Cautiva, la película que se acaba de estrenar y que la tiene como protagonista, interpretando a Sofía, una adolescente que estudia en un colegio religioso y se entera de que es hija de desaparecidos. “Fue mi primer trabajo como actriz. Se filmó durante todo el 2001, una experiencia inolvidable. Desde ese momento mi vida cambió, y mis personajes siempre fueron fuertes. Nunca interpreté a una heroína tonta, quizá porque soy una mujer de carácter, brava y contestataria”, arriesga.
–¿Cómo logró su primer protagónico sin tener experiencia previa?
–Gastón Biraben, el director de la película, fue el que me descubrió y me convocó para un casting. Me hizo pruebas de cámaras, leer mucho y trabajar una escena con Mercedes Funes. Se dio cuenta de que entre nosotras había química y me contrató. El rodaje fue un parto que duró un año... ¡porque nos agarró el corralito!
Lo terminamos gracias al premio de Cine en construcción que se ganó el film en el Festival de San Sebastián, en España.
–¿Se reunió con las Madres de Plaza de Mayo para componer el personaje?
–No, porque Gastón me dijo que no quería hacer una película política, sino contar el drama de Sofía. Y yo para componer el personaje jugué con la ingenuidad y
el asombro, y pedí no cruzarme en el rodaje con Susana Campos –que hace de mi abuela– hasta el día en que filmáramos la escena. Tampoco quise ver fotos de centros clandestinos. Todo eso resultó fundamental para componer mi personaje. Después de trabajar en Cautiva hice una participación en Diarios de motocicleta (la película dirigida por el brasileño Walter Salles) y Un año sin amor (que trata sobre la vida de un escritor enfermo de sida). Me encanta el cine y sueño con, alguna vez, ser una de las actrices de Tim Burton.
–¿Su vida privada es inaccesible?
–Soy muy pudorosa, y prefiero cuidarla. Eso no me impide ser una persona feliz, con cuatro hermanas mujeres que amamos a Liliana, nuestra mamá. Fernando, mi papá, murió cuando yo tenía tres años. Siempre fui una nena con mucho carácter y revoltosa. En el secundario me tranquilicé cuando empecé a tomar clases de teatro y danza. Aunque seguí siendo rebelde.
–¿La televisión y el cine le cambiaron la vida?
–Ahora con lo que gano puedo pagar el alquiler de mi departamento. Al principio me ayudaba mi vieja. Por suerte me puedo mantener sola. Pago mis cursos de canto, yoga, antropología y astrología. Soy una mujer feliz.
–¿Astrología?
–Sí, estudié Astrología con Celeste (Cid), mi amiga. La quiero desde el día que la conocí. Mis amigos me piden todo el tiempo que les haga una carta astral, pero por ahora me siento una aficionada. Quizás alguna vez me dedique a trabajar como astróloga, pero la verdad es que no quiero dejar nunca de actuar.
–¿Apeló alguna vez al zodíaco para resolver cuestiones de amor?
–No, nunca. Te cuento que en mi vida estuve sólo dos veces de novia, nunca con alguien del ambiente artístico. El primer amor me sucedió a los quince y terminó a los veintiuno. Después tuve otro que duró dos años. Ahora estoy sola y disfruto a full mi soledad. No me molesta no tener pareja, porque valoro mucho mi libertad: es mi mayor tesoro.
Bárbara se luce en Cautiva, su primer protagónico en el cine. “El rodaje fue un parto y duró más de un año porque la plata de la producción quedó atrapado en el corralito de la era Cavallo”.
“Siempre fui una nena con mucho carácter y revoltosa. En el secundario me tranquilicé cuando empecé a tomar clases de teatro y danza. Aunque seguí siendo rebelde...”
“Mis amigos me piden todo el tiempo que les haga una carta astral, pero por ahora me siento una aficionada. Quizás alguna vez me dedique a trabajar como astróloga”
