«Muchos se hacen policías para poder comer» – GENTE Online
 

"Muchos se hacen policías para poder comer"

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Pablo Trapero (31, casado con Martina, un hijo: Mateo, nacido en pleno rodaje de El bonaerense) picó en punta. En e
l 99, su ópera prima Mundo Grúa ganó el premio de la crítica en Venecia, fue mejor película en Rotterdam, Toulouse y Friburgo, premio especial del jurado en La Habana, y mejor director en Buenos Aires, y en el último

Festival de Cannes su bonaerense subió el telón en la sección oficial no competitiva Un Certain Regard , fue aplaudida, y los diarios Le Monde y Liberation la cubrieron de laureles. A él vamos:


-¿Por qué el y no la bonaerense?

-Porque la película, aunque no parezca, no es sobre la policía de la provincia de Buenos Aires sino sobre un muchacho que vive en esa provincia y se hace (o lo hacen) policía.

-¿Es autobiográfica?

-En el 94, cuando empecé a pensarla, pudo serlo. Era la historia de un muchacho de 20 años que sale de la provincia y va a la capital. El viaje de iniciación, el descubrimiento de un mundo nuevo, digamos. Pero después cambió. De todos modos, soy un bonaerense. Nací y viví en San Justo (La Matanza). En ese sentido, la película tiene mucho que ver con mi vida. Y también con la de todos los que viven en ese territorio.

-El suyo, como todo el cine nativo de la crisis, es el cine de las ganas y la necesidad…
-Sin duda. Mi etapa de estudiante de cine está muy influida por el neorrealismo italiano, las películas de Leonardo Favio, Los inundados, de Fernando Birri… Pero la que decidió mi vocación es Tiempos modernos, de Chaplin.

-¿El bonaerense es realismo puro?
-No. La realidad de cada día supera, por cientos, la ficción. Pero lo que vivimos en la Argentina es tan terrible, tan absurdo, tan surrealista, que resulta imposible escapar de ese estímulo. De todos modos, no copio la realidad. La ficción tiene sus propias leyes, y las respeto.


-¿Quiere decir que todo lo que le pasa al Zapa, el protagonista, es imposible en la realidad?

-En gran medida, sí. el Zapa vive una especie de sueño. Se duerme, y cuando se despierta, es un policía. No elige: lo llevan, lo instalan, lo visten, le enseñan, le dan un arma, y él acepta, simplemente. Es como un espectador de su propia vida, y además, devorado por el paisaje. En realidad, el título
(El bonaerense) sintetiza la vida y la historia de los miles y miles que viven y trabajan en la provincia…

Trapero tiene apenas 31 años, pero Mundo Grúa y El bonaerense, la primera con varios premios y la segunda mimada por la crítica francesa, ya lo instalaron en el primer plano internacional.

Trapero tiene apenas 31 años, pero Mundo Grúa y El bonaerense, la primera con varios premios y la segunda mimada por la crítica francesa, ya lo instalaron en el primer plano internacional.

El director de <i>El bonaerense</>, vestido de policía. Había previsto bailar la cumbia en la escena de la fiesta de los agentes egresados (lo que en cine se llama un cameo), pero la llegada al mundo de Mateo, su primer hijo, nacido una semana antes de terminado el rodaje, le dijo <i>The End</i>.

El director de El bonaerense, vestido de policía. Había previsto bailar la cumbia en la escena de la fiesta de los agentes egresados (lo que en cine se llama un cameo), pero la llegada al mundo de Mateo, su primer hijo, nacido una semana antes de terminado el rodaje, le dijo The End.

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