No será la única vez que hable de ella. Tendrá cientos de oportunidades y
millones de excusas. La nombrará hasta el cansancio y la elogiará hasta llenarse
la boca. Contará al detalle, a quien quiera escuchar, cómo fueron sus primeras
palabras y travesuras. Eso sí, el primer relato, ese que nace en el preciso
instante en que un padre ve por primera vez a su hijo, será por siempre único e
inmortal. El de Pablo Echarri fue así: "Cuando el reloj de pared marcaba las
15:02, Morena apareció entre las sábanas. Estaba con un poco de sangre y
lloraba. Una de las enfermeras la limpió con una toallita y me la entregó. Ahí
la tenía, por primera vez entre mis brazos. No podía dejar de mirarla, de
llenarla de besitos. Me acerqué a Nancy para mostrársela y ahí me di cuenta de
que yo también lloraba. Fue un instante, el de los tres juntos, que me quedó
impreso en la cabeza como una fotografía. Juro que ahí comprendí lo que es la
felicidad y el valor que tiene la palabra 'amor'".
Lo dijo el sábado 23 de agosto, a las 19:30 horas, en la puerta de la Maternidad
Suizo Argentina, mientras aprovechaba para pitar el primer cigarrillo del día,
con el que mató tantas horas de ansiedad.
BEBE PROGRAMADO. Tenían todo fríamente calculado: Pablo saldría de las
grabaciones de Resistiré más temprano; Luca Martin, que había ido al cine con
sus abuelos maternos a ver Buscando a Nemo, regresaría a tiempo para la cena; y
Nancy los estaría esperando con la pizza napolitana servida.
Los tres bolsos estaban listos: uno, con el ajuar para la beba y los camisones
para la mamá; otro, con la ropa para Luca, que durante el tiempo de internación
pararía en la casa de su papá, Matías; y un tercero con unas mudas para Pablo,
que planeaba internarse junto a su mujer en la habitación 1111 de la Maternidad
Suizo Argentina. Echarri cuenta las horas previas así: "Después de dar varias
vueltas, logramos dormirnos. El sábado nos levantamos muy temprano, desayunamos
los tres juntos. Matías pasó a buscar a Luca y nosotros al mediodía nos fuimos
muy tranquilos a la clínica". Y todo tiene su explicación: como Luca nació por
cesárea, era muy probable que la beba no tuviera un parto vía normal. Por eso,
los futuros papás decidieron programar (día y hora) la llegada de Morena.
Los planes no fallaron: una hora y 32 minutos más tarde, el cuerpito de 3 kilos
y 180 gramos lloraba y latía.
por Pablo Procopio
fotos: Walter Papasodaro, Diego Soldini, Alejandro Carra y Enrique Medina
Con su pulgar en alto, Echarri anunció el nacimiento de su hija Morena.
Pablo, Nancy y Morena todavía a bordo de mamá.
