«Mis sueños están cumplidos. Ahora disfruto y agradezco» – GENTE Online
 

"Mis sueños están cumplidos. Ahora disfruto y agradezco"

Susana Giménez sigue siendo esa mujer que llena de luz
y oxígeno el lugar al

que entra. La que ríe sin esfuerzo y tiene un comentario gracioso y fresco ante
cualquier cosa. Pero algo ha cambiado. Lo correcto sería decir que algo se sumó
a su personalidad. Está más relajada, más segura, observadora y prudente.

Aunque iniciar la temporada número 16 de su programa podría ser una carrera de
obstáculos en medio de la crisis, ella enfrenta todas las obligaciones, aún las
más antipáticas, con una voluntad para la envidia. Más tarde lo dirá
abiertamente: lo suyo es una mezcla perfecta de desear y trabajar. Sigue
luchando su espacio con profesionalismo aunque ya lo tiene todo. Al menos lo que
se propuso hace ya tiempo. Se sienta a hablar y espera cada pregunta sonriendo y
se guarda unos segundos para sí antes de responder. La misma Giménez con algo
más. Aquí está.

-Dicen que su frase de cabecera es: "Una mujer nunca es lo suficientemente flaca
ni lo suficientemente rica"
.
-No es mi frase de cabecera, pero una vez leí que la duquesa de Windsor la había
dicho y me pareció una frase muy snob, muy frívola, pero muy divertida, porque
en el fondo es verdad.

-Usted ya está bien flaca y tiene fortuna ¿Cuáles son sus sueños ahora?
-En realidad, no tengo sueños. Los tenía hace mucho tiempo y se me fueron
cumpliendo todos. Ya no deseo nada más. Tengo todo y agradezco todo el tiempo.
Lo que sí me gustaría es que mi familia esté bien y tener una salud mental
equilibrada. Tener lógica, no ser como esas mujeres que crecen, envejecen y se
transforman en locas. Hay una posibilidad cierta de ponerse así a cierta altura
de la vida.

-Cambió soñar por agradecer y disfrutar.
-Totalmente. La vida logra eso. Te hace cambiar, si no, seríamos tontos. No
puedo soñar como cuando tenía 20 años y era la época de los logros. Entonces,
quería todo lo que tengo.

-¿Y cuáles son las cosas que disfruta y antes no podía porque estaba buscando
sueños?
-Tomarme un año sabático. No lo había hecho desde que tengo uso de razón. Jamás
había dejado de trabajar. Ahora pude. Siempre me daba no sé qué por la guita,
los compromisos asumidos y por la gente que dependía de mí. Siempre fui muy
responsable con mi trabajo. Me daba vergüenza dejar un contrato sólo porque
estaba cansada.

-La persistencia del deseo es un misterio. ¿Cómo hizo para lograr lo que quería
sin detenerse?
-Una cosa es un deseo y otra querer fuerte algo. Podría querer filmar con
Almodóvar o triunfar en Hollywood, pero ya está...

-Me refiero a los deseos que tenía en la juventud, esos que hoy ve cumplidos.
-Yo creo que lo que uno se pone en la cabeza, puede lograrlo. Hay que desearlo
profundamente y dedicarse a eso: mezclar muy bien las ganas con un gran
profesionalismo, mandándole órdenes todo el tiempo a esa computadora que es el
cerebro. Hay que concentrarse en: "Voy a hacer tal cosa y voy a lograr tal
cosa".

-Usted tiene una postura superpositiva.
-Total. Todo el mundo lo logra, no solamente yo. El que se lo propone, tiene que
llegar. ¿Viste que en la vida hay muchas cosas que las deseás en serio y otras
más o menos? O cuando le pedís una cosa a un santo y le decís: "Ay, San Antonio,
quiero que aparezca tal cosa
". La verdad está en sentarse y hablar con él
seriamente: "Porrrrrrr favorrrrrrrrrr, lo quiero". Ahí te escucha.

-Hoy mucha gente se ríe de la palabra "actitud", porque se ha puesto de moda
usarla. ¿Usted también se ríe o cree que en ella está la clave?
-No sé por qué se ríen de la palabra "actitud". En los Estados Unidos todo el
mundo habla de ella. De qué es la actitud. Es definitoria, hay que tener actitud
para todo. Si empiezan a usar la palabra para cualquier cosa, no. Es una manera
de pararte frente a lo que querés, es seguridad y certeza de que merecés lo que
estás buscando, y no debe ser confundida con garra y convicción. La actitud es
lo que se muestra en el trabajo, al caminar cuando es necesario que te vean.

-¿Para defender derechos?
-No, ahí se necesitan convicciones, además de actitud.

-La tiene clara, usted. Es muy pragmática.
-Totalmente. Soy de Acuario. Es muy bueno ser pragmático. Yo me doy cuenta de
que hay gente que da vueltas y vueltas por una pavada. Gastan energías hablando,
cuando todo es blanco o negro y chau. Se embarullan solos y yo me pregunto por
qué no hacen lo que tienen que hacer en vez de estar preguntándoles a todos.

-¿Nunca dice: "Si yo hubiera..."?
-No. Jamás me arrepiento de nada de lo que hice. Primero porque ya no puedo
volver atrás. No es ni mi filosofía ni mi personalidad. Yo creo que todo en la
vida pasa por algo. Para bien o para mal. Para enseñarte, para castigarte o para
hacerte más fuerte.

-¿Piensa que el sufrimiento enseña o vuelve canalla a las personas?
-Depende. Si sos un canalla, te pone peor, pero si sos una buena persona, te
enseña y te templa. Son cosas que vienen del más allá. Lo que realmente hace
daño es la injusticia, al menos a mí. Luchar contra la injusticia es una cosa
espantosa. Te puede volver loco, vengativo y resentido.

-¿Le ocurrió alguna vez?
-No mucho, pero cuando me ocurrió, sufrí muchísimo.

-Se está volviendo más espiritual, oí que tiene un gurú.
-Acá dicen cualquier cosa. Brian Weiss no es un gurú, es un psiquiatra muy
importante de Mount Sinai. Escribe unos libros extraordinarios sobre la
experiencia con sus pacientes. Una vez, una paciente -a la que hipnotizaba para
curarla de unas fobias- empezó a relatarle vidas anteriores que decía recordar y
le cambió la vida a él, porque se apasionó con este tema. Se dedicó a tratar
mediante la regresión a vidas pasadas. Con los años dejó el consultorio y ahora
escribe y da conferencias por el mundo sobre este tema.

-¿Y cómo se acercó a él?
-Porque leí sus libros y me fascina. Me llamó en Miami para invitarme a una
conferencia con ejercicios y yo, que estaba con todo el tiempo del mundo, fui.

-¿Hizo el ejercicio de regresar a vidas pasadas?
-No. No me salió porque tiene que ser a solas. En medio de una conferencia es
complicado. Weiss ya no hace regresiones, aunque si yo se lo pidiera, lo haría.
En los Estados Unidos hay varios médicos que se dedican a eso.

-¿Qué le gustaría encontrar atrás?
-Fuimos muchas cosas. No tuvimos una sola vida pasada. Hemos sido hombres,
mujeres, malos, buenos. Yo creo en la reencarnación y el que no crea en esto se
va a reír. Porque la vida no puede ser tan inútil ni tan corta. Vinimos acá para
aprender, y si somos buenas personas y tenemos una vida sin hacer mal a nadie,
sin pretender llegar a Santa Teresa, en la próxima vida vamos a ser mejores. Yo
creo, como los hindúes y toda la filosofía oriental, que a la gente que le va
todo mal es porque tiene un castigo que vivir en este paso. Y le encuentro una
lógica.

-¿Da mucho consuelo pensar que hay reencarnación?
-Sí. Por ejemplo, se le pierde el miedo a la muerte. Weiss empieza las
conferencias diciendo que no hay que temerle a la muerte porque, en realidad,
nunca nacemos. Somos un traje y cuando nos vamos, lo dejamos. El alma sigue.

-Y en esta etapa de plenitud, ¿cuáles son las pequeñas cosas que le hacen pensar
que la vida es linda?
-El campo, los animales, mis flores, mi vivero. En el campo siempre me encuentro
diciendo: "¡Qué bueno, estar aquí!". El fin de semana pasado lo dije al menos
tres veces. Estábamos con Jorge (Rodríguez) rodeados por los perros, con los
seis galguitos que acaban de nacer y un cabrito de cuatro meses que me regalaron
y me sigue a todas partes. Vivimos en una vorágine tan tremenda que para mí eso
es la gloria. En estos días, antes del programa, desde que me levanto tengo
miles de cosas para hacer: me prueban ropa, me ponen las extensiones, me aplican
las uñas, grabo los sketchs, hago notas periodísticas, tengo que elegir fotos.
Siempre rodeada de gente, es una locura.

-¿Sigue pensando del amor lo mismo que antes?
-Sí, y también que no se puede vivir sin amor.

-Tampoco es tan fácil encontrarlo.
-Lo sé muy bien. Es una parte difícil de la vida. Hablo con muchas mujeres y a
todas les pasa algo. No encuentran al hombre adecuado, salen con casados que les
mienten… lo eterno. La mayoría de las mujeres están así. En general, no siguen
casadas...

-¿La vida es demasiado larga para un solo amor?
-Obvio. Nunca pude entender, ni cuando tenía 25 o 30 años, que se pudiera vivir
con un solo amor toda la vida.

-Además, el amor cada día está más frágil...
-Yo nunca estuve sola, no sé muy bien cómo es eso. Cuanto más conocés a la
gente, más cuesta entregarse. Cada día me abrazo más a mis perros.

-¿Y cómo encontró a los argentinos después de un año de tanto viaje?
-Somos tan atípicos para lo bueno y para lo malo, que no sé... Cosas peores de
las que pasaron no creo que vayan a ocurrir. Se ha muerto tanta gente este año
por el estrés del corralito. Demasiadas tensiones. Y veo que todo sigue igual.

-¿Teme por el país que les toque a sus nietos?
-Me gustaría que vivieran en el mismo país en el que yo vivía cuando era chica.
Había problemas, pero nada pasaba a mayores. Nunca dejábamos de ir al colegio
por una huelga. Una pena, siempre andábamos buscando motivos para faltar y no lo
encontrábamos. Estábamos orgullosos de nuestra formación: a cualquier argentino
le preguntabas cuál era la capital de Finlandia y la decía. Pero siempre ocurrió
que si le preguntabas a un americano, no tenía ni tiene la menor idea. Me da
lástima cómo está la educación hoy, por los chicos. Cada vez están más lejos de
la lectura, nosotras leíamos muchísimo, desde Mujercitas, Salgari, las Bronté
hasta el Quijote de la Mancha. Lo que más me gustaría es que el nuevo gobierno
encarara el tema de la educación. Yo sé que hay muchas necesidades urgentes,
pero la educación me tiene muy preocupada. Es primordial.

-Su vida es el sueño de millones de mujeres que no pudieron cumplirlo. ¿No le
pesa esto?
-No. Lo que a las mujeres les gusta de mí es mi libertad. Siempre hice lo que
quise sin molestar a nadie. Y no todo el mundo puede hacer lo que se le da la
gana. Hay que tener muchas cosas: ser independiente en lo económico, tener
valentía, animarse a los golpes. Es duro, lo entiendo. Además, ellas saben que
no les miento, soy natural, creíble, no soy ególatra, manejo la fama y el dinero
con buen gusto.

-La última pregunta es la más difícil y quizá la más obvia para una mujer que
dice haber cumplido todos sus sueños.
-Entonces no me la hagas, por favor....

-¿Es feliz?
-Nadie pudo nunca definir la felicidad. Ocurre solo por momentos. Hay días en
los que me siento muy bien y otros mal. Pero si tengo que poner todo en la
balanza, soy muy feliz. Yo no me permito ser infeliz. Mi abuela me decía: "No le
hagas caso al cuerpo
", porque yo me tiraba en la cama apenas me sentía cansada.
Apliqué muchísimo eso en la vida. Cuido mucho que la cabeza no se me vaya por
cualquier lado con malos pensamientos, que tiren para atrás. Tuve una vida muy
especial, con un hermano loco, internado en un manicomio. Veía sus reacciones y
le preguntaba a mamá por qué se comportaba así. Yo no podía creer que existiera
eso. Pensaba que si dejaba de hacerse el loco... después nos dimos cuenta de que
era loco. Ahí aprendí que se puede manejar la cabeza, incluso se puede manejar
la locura. Me obligué a salir adelante. En todo.

por Teresa Ferrari
fotos: Claudio Divella
producción: Sofía Delger. Asistente: Estefanía Allende
maquilló: Juan Carlos López. Peinó: Miguel Romano
(agradecemos a: Bed Time, Astromelia muebles y El Carpincho)

El amor es una parte difícil de la vida. Hablo con muchas mujeres y a todas les pasa algo: no encuentran el hombre adecuado o salen con un casado que les miente… lo eterno. Pero yo sigo pensando que no se puede vivir sin amor".">

"El amor es una parte difícil de la vida. Hablo con muchas mujeres y a todas les pasa algo: no encuentran el hombre adecuado o salen con un casado que les miente… lo eterno. Pero yo sigo pensando que no se puede vivir sin amor".

Yo creo que todo lo que uno se pone en la cabeza, puede lograrlo.Es importante tener actitud en la vida. Es una manera de pararte frente a lo que querés, es la seguridad y la certeza de que mereces lo que estas buscando. Es lo que se muestra en el trabajo y al caminar cuando necesitas que te vean".">

"Yo creo que todo lo que uno se pone en la cabeza, puede lograrlo.Es importante tener actitud en la vida. Es una manera de pararte frente a lo que querés, es la seguridad y la certeza de que mereces lo que estas buscando. Es lo que se muestra en el trabajo y al caminar cuando necesitas que te vean".

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