Esta es la parte de la historia que sólo conocen quienes alguna vez han visto a Marcelo Tinelli en pijama. Porque fue cuando ya estaba metid
o en la cama -con el control remoto de la tele todavía en su mano- que decidió que no iba a salir al aire con VideoMatch .
"Me cayó la ficha: no hago el programa -comentó en la intimidad de esa madrugada del martes 9-.
Mañana llamo a Claudio (Villarruel) y se lo digo".
Dejó el televisor clavado por un rato en Canal 13: miró algunas escenas de 099 Central
("No me gustan mucho los policiales con historia de amor, pero este tiene una gran producción. Está muy bien el
Chueco", comentó según dijo un íntimo). Después hizo zapping entre los canales de cable y
CQC ("No fue un programa con grandes sorpresas, pero estuvo bien", le repitió a ese amigo). Durante el zapping se quedó unos minutos en la película de Rodrigo y el show de los Midachi que pasó
Telefé en ese horario. No hizo comentario alguno.
Paula Robles -su mujer, que espera el segundo hijo de la pareja para noviembre- apagó la luz del dormitorio del piso de Le Parc. Los dos sabían que la decisión era mucho más que profesional. Lo habían hablado durante todo el fin de semana en su campo de Baradero: un programa diario -como pedía
Telefé- iba a quitarles la posibilidad de disfrutar de su familia.
"Ya no quiero volver a hacer tele todos los días, necesito dedicarles más tiempo a mi familia, a mis hijos. Con Paula buscamos mucho este bebé. No tengo ganas de llegar todas las noches cuando los chicos ya están dormidos, no verlos a la mañana cuando van al colegio, no disfrutar del bebé. Estar con los chicos sólo los viernes a la noche. Estoy en un momento de la vida en el que tengo claro que mi mayor triunfo es apostar a mi familia. Ese es el verdadero éxito", le dijo Tinelli a GENTE en una charla informal, el miércoles 10, cuando ya había lanzado la bomba y el ambiente de la televisión estaba convulsionado.
El domingo había estado casi de la mañana a la noche con Claudio Villarruel en Baradero. El gerente de programación de Telefé se había subido a su auto para hacer los 172 kilómetros hasta Macondo -el campo de Tinelli- cuando escuchó del otro lado del teléfono la voz del número uno de la televisión que le decía: "No quiero hacer el programa diario. Lo venimos hablando desde noviembre, pero seguimos hablando del programa diario. Y yo siento que debo hacer lo mismo que el año pasado: dos veces por semana, lunes y jueves de 21 a 23. Tengo el tema familiar: sabés que con Paula buscamos el bebé durante casi dos años. Ahora ella está embarazada y no tengo ganas de pasarme todas las noches metido en el canal. Además, hacer un
VideoMatch solo en el horario de protección al menor es retroceder. Me gusta tener el público de los chicos de nueve a diez, y de diez a once a los más grandes que quieren humor más zarpado. Sé que la promo está al aire, pero no estoy convencido de hacer el programa como me proponés. No
va".
Sábado 13 de abril. Mediodía en la costanera. Marcelo, Candelaria (Micaela estaba en la casa de una amiga), Francisco y Paula con su embarazo de dos meses y medio. El bebé llegará en noviembre.
No estoy salvado ni mucho menos. Invertí millones de dólares en la productora, me metí en préstamos, me endeudé. Y lo hice porque creo que este es el mejor país para ver crecer a mis hijos".">
El sábado salieron a comer. El domingo llevó a Francisco a una calesita. Tinelli confiesa: "No estoy salvado ni mucho menos. Invertí millones de dólares en la productora, me metí en préstamos, me endeudé. Y lo hice porque creo que este es el mejor país para ver crecer a mis hijos".
