“Menos mal que no se suspendieron los Oscar… Es tan divertido verles la cara a los perdedores” – GENTE Online
 

“Menos mal que no se suspendieron los Oscar... Es tan divertido verles la cara a los perdedores”

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Mi hijo no va a venir con un balón número cinco bajo el brazo, de ninguna manera. A lo sumo cargará unos dividís”, enfatiza un tanto enfadado Axel Vladimir Kuschevatzky (35, capitalino, co-director y co-editor de la revista La cosa, asesor fílmico de Telefe y guionista). Y después de explicada, puede comprenderse su sensación. “Hay dos ‘amigos’ que, haciéndose los graciosos, llaman al celular, ponen voz de mafiosos y me amenazan: ‘Cuando nazca el pibe que tu mujer espera para abril, lo secuestraremos y lo llevaremos a que disfrute un partido de River’, balbucean y cuelgan. Los tengo calados. Nada hará que Juancho juegue a la pelota. Menos que lo haga en Núñez. Mis suegros y cuñados son de Boca, mi familia de San Lorenzo. Espero que traiga algo de mi defectuosa información genética. Lo más cerca que estará de una redonda ocurrirá cuando le ponga el video de Escape a la victoria, aquella producción del ’81 en la que participaron Silvester Stallone, Michael Caine, Pelé, Osvaldo Ardiles, Bobby Moore”, remata su bronca el marido de Patricia Molina (también de 35, también periodista), todavía ajeno al motivo de la nota: su cuarta participación consecutiva (el domingo 24 de febrero a las 22, como presentador y junto a la estadounidense Ana María Montero –corresponsal de CNN en español–), en el pre-show de la entrega de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, para TNT y para 44 millones de hogares de 50 países.

Algo así como una semifinal de Mundial de Fútbol sin equipos latinoamericanos compitiendo”, compara respetando la línea.

–Antes de avanzar con el tema que nos convoca, ¿ni siquiera Viggo Mortensen en persona, portando su acostumbrado escudito del Ciclón, lo convencería de que su primogénito se calce los botines?
–Ni Mortensen, el Bambino Veira y la Chancha Rinaldi en patota... Por cierto, votaría a Viggo en Actor Principal, eh. Su papel de ruso en Promesas del este me deslumbró. Igual, amén mi gusto, supongo que se lo darán a Daniel Day-Lewis, que la rompe en Petróleo sangriento.

–“Amén mi gusto”, mencionó. Sigamos ese criterio personal. ¿Para Actor Secundario a quién escogería?
–A Javier Bardem, aunque él suele repetir que “el mejor intérprete del planeta no soy yo, es Ricardo Darín”. ¡Qué sólido se lo nota a Javier en Sin lugar para los débiles! Sin embargo, debo resaltar la personalidad que viene adquiriendo el hermano de Ben Affleck, Casey (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford). Qué nivel el nivel de los caballeros. Notable. El de las mujeres, ni que hablar.

–¿Le cuesta encontrar una Mejor Actriz entre las cinco centrales?
–Me cuesta una barbaridad. Tanto Marion Cotillard (La vida en rosa) como Julie Christie (Lejos de ella), Laura Linney (The savages), Cate Blanchett (Elizabeth: La edad de oro) y Ellen Page (La joven vida de Juno) merecen ganar. Así que, permitíme que Ellen encabece mi lista sentimental. Me la crucé accidentalmente durante 2007 en un ascensor de los Estados Unidos, la saludé y me encantó su naturalidad y onda relajada al charlar. ¿Sabrá que es la nueva joven grossa del cine? ¿Sabrá que es la heredera de Jodie Foster? Ojalá salga victoriosa. Respecto a Actriz Secundaria, aceptáme a Tilda Swinton (la recordamos por su Arcángel Gabriel en Constantine y su Bruja Blanca en Las crónicas de Narnia-El león, la bruja y el ropero). De elegir una “mala” para un guión, la llamaría a ella. En Michael Clayton brilla. Repito, el nivel general me asombra.

–¿Lo mismo respecto a la calidad de los largometrajes seleccionados?
–Exacto. No hubo ningún Titanic, ningún El Señor de los Anillos. En la temporada nos encontramos con poco cine pochoclero, pero con muchas opciones de excelencia, lo que celebro de corazón.

–¿Y a cuál consagraría usted?
–Otra vez Sin lugar para los débiles, la de Bardem. Aparte, les concedería la estatuilla de Director a sus responsables, los hermanos Ethan y Joel Coen, que nunca caen en la tentación de rodar bodrios, que seguro no se detendrán en la red carpet –le escapan–, y que tampoco creo que triunfen, a pesar de que su policial –una especie de Fargo, sin chistes– me pareció maravilloso. Acá vuelve a puntear Petróleo sangriento, de Paul Thomas Anderson (cinta, además, súper candidata en Dirección de Fotografía y Dirección Artística), y agregaría a La joven vida de Juno, de Jason Reitman. Bourne: el ultimátum, cantada dentro del rubro Edición.

–Resuma, Axel, anímese. ¿Qué filme le recomendaría no perderse a su cercano hijo, de la 80º edición de los Academy Awards?
–Ratatouille. Mágica, profunda y emocionante. Mi debilidad en Película de Animación. La primera que le pondré a Juan, no lo dudes, será Ratatouille. Léase el cuarto consecutivo desde la red carpet para el porteño, quien festeja el regreso de Jon Stewart a la conducción: “<i>Se nota su ritmo televisivo”, argumenta. “La ceremonia depende en gran medida del animador</i>”.

Léase el cuarto consecutivo desde la red carpet para el porteño, quien festeja el regreso de Jon Stewart a la conducción: “Se nota su ritmo televisivo”, argumenta. “La ceremonia depende en gran medida del animador”.

“<i>Pese a que jamás se canceló de manera definitiva una entrega de los Oscar, llegué la última semana a Atlanta, lugar en el que se encuentra la central de Turner Network Television (TNT), con la incertidumbre de si sucedería por primera vez. En los cuarenta, una inundación; en 1968, el asesinato de Martin Luther King; en el ’81 el atentado contra Ronald Reagan pospusieron las ceremonias, pero luego se terminaron realizando. El paro de guionistas (foto de abajo), que comenzó en noviembre, generó ciertos riesgos sustanciales. Hasta que, dos semanas antes del día D, la satisfacción de la justa exigencia de que se incluyan en el nuevo convenio colectivo de trabajo los beneficios generados por el material bajado vía internet solucionó la cuestión. El programa que grabamos e iba a salir si persistía la medida de fuerza, por fortuna quedará guardado. Menos mal que no se suspendieron los Oscar… Es tan divertido verles la cara a los perdedores</i>”.

Pese a que jamás se canceló de manera definitiva una entrega de los Oscar, llegué la última semana a Atlanta, lugar en el que se encuentra la central de Turner Network Television (TNT), con la incertidumbre de si sucedería por primera vez. En los cuarenta, una inundación; en 1968, el asesinato de Martin Luther King; en el ’81 el atentado contra Ronald Reagan pospusieron las ceremonias, pero luego se terminaron realizando. El paro de guionistas (foto de abajo), que comenzó en noviembre, generó ciertos riesgos sustanciales. Hasta que, dos semanas antes del día D, la satisfacción de la justa exigencia de que se incluyan en el nuevo convenio colectivo de trabajo los beneficios generados por el material bajado vía internet solucionó la cuestión. El programa que grabamos e iba a salir si persistía la medida de fuerza, por fortuna quedará guardado. Menos mal que no se suspendieron los Oscar… Es tan divertido verles la cara a los perdedores”.

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