«Me operé toda porque no quiero estar diez puntos… ¡quiero estar cien!» – GENTE Online
 

"Me operé toda porque no quiero estar diez puntos... ¡quiero estar cien!"

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En la edición anterior de GENTE, sorprendió por partida doble: no sólo confesó que había pasado por el quirófano par
a "hacerme de nuevo" -algo que las mujeres suelen ocultar bajo siete llaves-, sino que explicó paso a paso, con precisión de cirujano (valga la analogía), todas las transformaciones a que fueron sometidos su cara y su cuerpo, además de anunciar que "esto no fue todo: faltan cosas que me terminarán de hacer en abril". Así fue su relato: "Entré al Centro de Estética Cabildo el 21 de septiembre a las diez de la mañana, lista para reflorecer como la primavera. Christian (Maisonave) y su equipo son geniales. Me hicieron una lipoescultura total: rodillas, muslos, caderas, panza… Sí, me cosieron los músculos de la panza, que estaban muy distendidos por los embarazos. Luego, me achicaron la caja de las costillas para angostar mi cintura: ¡ahora mide 60 centímetros, como a mis 20 años! ¡Tengo dos talles menos! A las diez de la noche volví a casa, y unos días después empecé con masajes, mesoterapia en brazos y en piernas, y un contractor de glúteos. La historia no terminó allí. El 19 de
octubre Maisonave me hizo un lifting completo, desde el cuello hasta los ojos: párpados superior e inferior. Esta segunda vuelta duró ¡ocho horas! Por supuesto, después seguí con los ejercicios y la dieta. Ya rebajé ocho kilos, pero no basta. En abril próximo llegará la última lipo: brazos y un talle menos de lolas. La cosa no es estar diez puntos… ¡quiero estar cien! El adelanto lo tendrán en la temporada de Mardel, donde voy a hacer revista con Juan Carlos Sánchez, el Turco Salomón y Jorge Troiani,… ¡y quiero matar!"
.

Después de la producción fotográfica, más sexy y con un cuerpo increíble, GENTE siguió la charla con la nueva Yuyito.

-¿Por qué se operó? Muchos creen que no era necesario…
-Por el trabajo, por profesionalismo. Me ofrecieron hacer revista -un género muy jugado-, pero no estaba cómoda con mi cuerpo ni con mi cara. No hay mejores críticos que el espejo y la ropa. Hay un punto en que la dieta y la gimnasia no bastan…

-De chica, ¿se imaginó alguna vez en el quirófano?
-Sí, porque nunca me gustó mi nariz. A los cinco años soñaba con tener otra, y a los veinte me operé.

-Una autocrítica precoz… En general, las mujeres niegan sus cirugías: ¿por qué usted las confiesa tan crudamente?
-Porque me hace bien compartirlo.Y porque es una manera de decirle al público "Miren, lo hice para gustarles más".

-¿Sintió dolor?
-No. Fue como una siesta. Y tampoco sufrí en el posoperatorio gracias a los masajes, los ejercicios y la dieta que yo misma armé. Un mix entre el libro de una inglesa -You are what you eat (Tú eres lo que comes)-, y los consejos de Cormillot.

-¿Cómo reaccionó su familia?
-Estaban asustados. "No te hagas nada", me decían. Pero no les di tiempo. Fui, me operé, y no resultó tan dramático.

-¿Las cirugías ya son algo natural entre los ricos y famosos?
-Absolutamente. Además, la edad de las cirugías bajó mucho. Las que antes eran para gente grande, hoy se las hacen las chicas de 22 años. O peor: a los 22 ya tienen varias en su historia. Una lástima, porque muchas no las necesitan.

-Si Barbarita, su hija, quiere operarse, ¿la deja?
-¿A Barbie? ¡Ni loca! Entre otras cosas, porque en su cuerpo y en su cara no hay nada que pueda traumatizarla. Además, pasar de tan chica por el bisturí me parece una locura.

-¿A los hombres les gustan las mujeres operadas?
-Totalmente. Les gustan las operadas, con curvas, bien sexys. Hoy ya están más acostumbrados. Por otra parte, creo que ellos están pasando por el bisturí casi tanto como nosotras…

-¿Por necesidad o por moda?
-Un poco -o bastante- de las dos cosas. Pero eso sí: ellos se impresionan mucho con las exageraciones. Por ejemplo, los excesos de botox y colágeno, que deforman más que mejoran.

-¿Se acabó el estilo Barbie, que parecía una clonación?
-Me parece que sí. En realidad, hay dos razones decisivas para operarse. La primera, mejorar lo que a uno nunca le gustó; la otra, defenderse contra el paso del tiempo.

-¿Lograr un aire aniñado a fuerza de bisturí es bueno?
-Según la psiquis del paciente. Se puede tener aire aniñado y ser muy maduro, o al revés. Hay casos de chicas muy jóvenes que se operan para parecer "más mujeres", pero eso, si no va acompañado de madurez mental, no sirve. Y lo contrario, mujeres maduras haciéndose pasar por nenas, resulta patético.

-En cierta etapa de su vida, usted cambió su imagen. Poco maquillaje, ropa suelta, poca exuberancia. ¿Por qué?
-Por las dos cosas más fuertes que me pasaron: las muertes de mi madre y de mi padre. Muerta mamá, desdeñé la revista, me recluí en un mundo infantil, y por eso hice un show para chicos. No quería desnudarme ni hacer reír a nadie. Muerto papá, también me alejé de la revista y empecé a estudiar Periodismo. Fueron dos duelos, y los viví como tales. Pero ya pasó.

-¿Extraña estar en pareja? ¿Es una asignatura pendiente?
-Pendiente, pero sin urgencia. Igualmente quiero mostrarles a mis hijos que el matriarcado que viven hoy no es para siempre. Que se puede vivir en pareja, en familia, y compartiendo lo bueno, lo malo, lo fácil y lo difícil. ¿Cómo debe ser el hombre que me acompañe? Maduro y amante de la familia, como yo. A esta altura de mi vida, son condiciones esenciales.

-¿Y respetuoso de su trabajo?
-Es relativo. Si conociera al hombre de mi vida y volviera a armar una familia, me retiraría del escenario sin problemas. Eso sí, nada de jovencitos. Necesito alguien con experiencia de vida, con madurez, con aplomo, con seguridad.

-¿Los hombres prefieren las líneas o las curvas?
-Depende. Si es de posición social alta, quiere una esposa flaca para mostrar y una amante rellena para…, bueno, para no mostrar. Si es de clase media, quiere una modelo… para convertirla en una ama de casa, pero sin mostrarla mucho. Si es de clase baja -más salvaje y sexual-, no le teme a ninguna mujer.

-¿Cómo se imagina dentro de veinte años?
-En familia, viviendo mitad en la ciudad, mitad en el campo, rodeada de chicos, festejando navidades y organizando vacaciones. ¡La felicidad total!

por Georgina Dellepiane
fotos: Santiago Turienzo
producción: Fini Bencardini y Sergio Bárbaro.
Agradecemos a Natalia Antolin

<i> Hoy ya están acostumbrados. Por otra parte, creo que ellos están pasando por el bisturí casi tanto como nosotras…", asegura Yuyito.
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"A los hombres les gustan las mujeres operadas, con curvas, bien sexys.
Hoy ya están acostumbrados. Por otra parte, creo que ellos están pasando por el bisturí casi tanto como nosotras…"
, asegura Yuyito.

Los 40 no llegan sin dejar huella. Y como me ofrecieron hacer revista, decidi meterme en el quirofano. No estaba comoda con mi cuerpo ni con mi cara. No hay mejores criticos que el espejo y la ropa. Hay un punto en que la dieta y la gimnasia no bastan".">

"Los 40 no llegan sin dejar huella. Y como me ofrecieron hacer revista, decidi meterme en el quirofano. No estaba comoda con mi cuerpo ni con mi cara. No hay mejores criticos que el espejo y la ropa. Hay un punto en que la dieta y la gimnasia no bastan".

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